domingo, 28 de julio de 2013

ESPAÑA Y CANADÁ: EL FACTOR HUMANO

Los Verdes de Alcalá de Henares

Madrid, Galicia, Canadá y el factor humano-1

Cuando Arthur C. Clarke escribró la novela que luego Stanley Kubrick convirtió en su pelicula 2001: una odisea del espacio empezamos a intuir algo que ya se proyectaba en el futuro como es la necesaria convivencia amorosa hombre-máquina.

El reciente logro tecnologico que representa el aterrizaje de un "drone" en un portaviones norteamericano en algun lugar del oceano y los dos accidentes ferroviarios, el de Canadá con un tren carguero y el de Galicia con un tren rapido de viajeros vuelve a poner de manifiesto este dilema.

Una vez que terminen las investigaciones de las causas de dichos accidentes podremos tener mas conocimiento para poder perfilar propuestas mas ajustadas basadas en el interes general y no en turbios intereses corporativos de todo pelaje tanto publicos como privados. Ese será el momento de adjudicar responsabilidades a personas y maquinas para que jueces e ingenieros pongan pleito a los presuntos culpables en funcion de la posiblidad de cada cual para haber evitado las tragedias citadas.

Hasta que lo anterior suceda solo podemos filosofar y teorizar en torno a posibles soluciones de tipo universal.

La primera solucion que se nos ocurre es un cambio de paradigma en la relacion hombre-maquina.

Resulta curioso que la respuesta de TODOS los viajeros de la terminal 4 de Barajas cuando les informas de que han viajado en un tren sinconductor desde la terminal satelite hasta la terminal 4 invariablemente es: ¿PERO HABRA UNA PERSONA QUE VIGILA POR SI ALGO FALLA? que mas que una pregunta es una ansiosa afirmacion.

Creo que esa idea de fallo mecanico nos viene de la perdida de la inocencia a partir de nuestra relacion con los ordenadores personales y su presunta infalibilidad.

Ni existe ni existirá nunca una guerra entre robots y los seres humanos-que se apunta en la pelicula-por la sencilla razon que dos no pelean si uno no quiere y es obvio que a los humanos no nos interesa esa guerra que no podriamos ganar.

En nuestra ya prolongada convivencia con las maquinas y desde que tendimos una inmensa red de caminos de hierro por todo el planeta, muchos de los cuales abandonados en una interesada obsolescencia, debemos dar un paso mas en direccion correcta, presuntamente claro.

Debemos avanzar en la direccion de un nuevo paradigama en la relacion del hombre y de la maquina en el hombre debe cuidar de la maquina y la maquina debe cuidar del hombre en una relacion biunivoca y bireccional amorosa.

ver mas en:http://www.jotdown.es/2011/08/2001-una-odisea-del-espacio-explicada-paso-a-paso/

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