martes, 19 de mayo de 2015

ALCALÁ DE HENARES Y LA APUESTA POLÍTICA POR EL MUNICIPALISMO VERDE EN UN ESTADO COOPERATIVO

Plan Estratégico de Los Verdes de la Comunidad de Madrid para la Comarca Hidráulica del Río Henares entre la fábrica de Cervezas del Grupo Mahou-San Miguel hasta la EDAR de Soto de Espinillos

LA APUESTA POR EL MUNICIPALISMO VERDE EN UN ESTADO COOPERATIVO: EL CASO DE LA CIUDAD DE ALCALÁ DE HENARES


"La nueva Gran Depresión ha puesto fin a una de las mayores etapas de prosperidad de la historia económica española. Durante más de una década, entre finales de 1994 y principios de 2008, la economía española creció a un ritmo continuo y sostenido, generalmente más alto que el de la mayor parte de sus socios europeos. La elevada tasa de creación de empleo, permitió incorporar el mayor contingente de fuerza de trabajo de toda su historia: siete millones de trabajadores, la mitad migrantes procedentes del Sur global. El motor de la euforia pareció residir en la llamada «economía del ladrillo». La fuerte expansión del sector de la construcción se tradujo, en efecto, en la producción de más de cuatro millones de viviendas, al tiempo que el país se convertía, por mor de la fuerte inversión pública, en el primer Estado de la Unión Europea por kilómetros de autovía, y luego por kilómetros de ferrocarril de alta velocidad. De todos modos, el dato más significativo de estos años, no estaba en la fuerte tasa de inversión inmobiliaria, sino en el espectacular incremento del valor del patrimonio de las familias que creció en más de tres veces, en sólo diez, años gracias a la continua alza de los precios de la vivienda. Mientras duró, fueron pocos los que se atrevieron ya no a criticar, sino incluso a querer conocer abiertamente, estos mecanismos. La manta de asfalto sobre los últimos espacios abiertos de la costa mediterránea, la amenaza sobre un creciente número de ecosistemas, el irreversible agotamiento de los ciclos hídricos de las regiones más deficitarias y el fuerte aumento de los consumos de materiales, especialmente energía, no pasaron inadvertidos, pero fueron infravalorados como un «coste menor» de un modelo de crecimiento que proveía riqueza a espuertas, tanto a los agentes empresariales y a las arcas públicas como a importantes franjas sociales. Mucho menos señalada fue la aparente paradoja de cómo se podía crecer a ese ritmo con un modelo laboral caracterizado por una creciente precarización y segregación —al que se añadía el apartheid legal de los migrantes de los países del Sur— y por un estancamiento a largo plazo de los salarios reales de al menos ¡el 60 % de la población! Indudablemente, esto fue posible porque el rápido crecimiento del crédito y la evolución de la burbuja patrimonial permitieron un significativo incremento del consumo doméstico que, otra vez, fue mayor que el de los países europeos. Es aquí, y no tanto en una conspiración política, donde se debe encontrar el sello de consenso del modelo de desarrollo. La riqueza había parecido beneficiar a prácticamente todos, porque prácticamente todos habían tenido acceso a la propiedad del bien que estaba sirviendo de base a la burbuja especulativa: la vivienda. Nadie podía pensar entonces que, en poco más de un año, la antigua riqueza se convirtiera en quiebras empresariales, endeudamiento, paro y la amenaza de una implosión social de efectos imprevisibles. En efecto, como si de un análisis clínico se tratara, la crisis ha desvelado la debilidad de las bases de este modelo. Por debajo del potente resplandor de la riqueza financiera late una situación mayoritaria de desposesión, desigualdad y precariedad. Lo más inquietante de la actual coyuntura no se encuentra, por lo tanto, en la mayor o menor prontitud de una recuperación que probablemente insistirá en las fórmulas financieras o inmobiliarias de los años pasados, sino en el estallido de una crisis social que sólo ahora empezamos a vislumbrar. Es en esta encrucijada en la que las luchas en torno a la distribución de la riqueza social se vuelven decisivas y en la que el debate sobre lo que siempre subyace a toda discusión económica se hace más urgente que nunca". De Isidro López y Emmanuel Rodríguez (Observatorio Metropolitano)Financiarización, territorio y sociedad de propietarios, Madrid, Trafi cantes de Sueños, 2010.
Según la Fundación Mundial de Ecología, a fecha de hoy, sólo existen 3 Eco-cities (ciudades ecológicas) en el mundo: Davis (Estados Unidos), Aalborg (Dinamarca) y Curitiba (Brasil) y, ninguna de ellas, ha logrado alcanzar todavía, el modelo ecopolítico conceptuado como Municipalismo Verde, segun los criterios de dicha institución brasileña.
Por otra parte, el presidente de la Fundación Conama, destacó en este sentido, el papel «clave» de las ciudades por su «papel ejemplarizante» y «palanca de cambio de la conducta de los ciudadanos», en clara sintonía con este principio, y con la importancia de combatir la debacle económica, con criterios de sostenibilidad.
Por último en el Plan Estratégico FEMP Siglo XXI se dice lo siguiente Joan Subirats i Humet Catedrático de Ciencia Política y de la Administración. Universidad Autónoma de Barcelona:
“Estrategias de las Entidades Locales ante el cambio social y las preocupaciones ciudadanas. El nuevo papel de los Gobiernos Locales”
La reflexión estratégica que ha emprendido la FEMP se enmarca en un momento de grandes cambios sociales y económicos, no sólo en España sino en todo el mundo. Es en este contexto en el que se sitúa este documento, con el que se pretende contribuir a repensar el papel de las Entidades Locales en España, a partir de repasar su trayectoria en estos últimos decenios de democracia y contribuir a señalar las nuevas perspectivas de acción que se abren.
1. Introducción
¿De dónde venimos?
Los más de treinta años de democracia que hemos disfrutado en un país poco acostumbrado a estas alegrías, y el significativo papel que han jugado y siguen jugando los Ayuntamientos en el bienestar concreto y cotidiano de los ciudadanos españoles, han ido consolidando una forma de entender el papel de las Entidades Locales que las sitúa bastante más allá de lo que tradicionalmente se había entendido como Administración Local. En este sentido, la reivindicación del concepto de Gobierno Local no es pues sólo un problema de terminología, sino que expresa también la voluntad de reivindicar una esfera propia de demos; de problemáticas propias y de exigencia de capacidades de gobierno que hagan realidad lo que denominamos como “autonomía local”. Este significativo reconocimiento se hace en momentos de grandes cambios sociales, económicos, familiares y políticos. Y no es pues extraño que exista en el mundo local la sensación de que también en los municipios y Ayuntamientos estamos “cambiando de época”. En los primeros años de la democracia, las Entidades Locales no necesitaban elucubrar en exceso sobre lo que era necesario hacer. La cantidad de cosas que el franquismo había dejado pendientes en relación a las necesidades y servicios a los ciudadanos, disculpaban un esfuerzo de reflexión estratégica sobre la perspectiva de futuro. Desde entonces, las cosas han ido cambiando mucho. Se han ido resolviendo muchos problemas y carencias, y poco a poco han ido surgiendo más debates sobre qué tipo de ciudad o pueblo queremos, qué tipo de gobierno precisamos, o qué distribución de protagonismos y de responsabilidades entre iniciativa pública, iniciativa social y respuestas mercantiles es la más adecuada en cada caso.
2.¿Dónde estamos y hacia dónde cambiar?
A lo largo de muchos años y dentro de lo que podríamos considerar las coordenadas básicas de la sociedad industrial, el ejercicio de gobierno se caracterizó por una clara división entre un ámbito público en el que el voto se entendía como el elemento básico y suficiente de representación y legitimidad política, y una esfera privada en la que las relaciones sociales esenciales (familia, género,...) eran consideradas ajenas a la política.
3.El fortalecimiento de la dimensión política local
Podríamos asegurar que tanto desde la perspectiva comparada como desde la experiencia española, la dimensión política local se ha ido fortaleciendo en los últimos años. Tanto en el modelo más claramente anglo-escandinavo, basado en el principio estatutario o de autorización competencial, como en el modelo continentalmediterráneo, basado en el principio de competencia general, los últimos veinte o treinta años han reforzado claramente el peso estratégico y decisivo de los Gobiernos Locales en las nuevas agendas territoriales y de bienestar. Tenemos ejemplos en la Gran Bretaña posconservadora, en los pactos entre lander y municipios en Alemania, en el nuevo papel de los municipios en los países escandinavos, o en el evidente incremento de competencias (sin un acompañamiento comparable de aumento de recursos) en los municipios franceses, italianos o españoles. Y todo ello ha provocado nuevas formas de articulación intermunicipal, y entre el ámbito local y otros ámbitos de gobierno. 
4. Las nuevas formas de gobierno y de gobernanza locales en un contexto de cambio de escala
Este fortalecimiento de la dimensión política de los espacios locales no se da bajo las formas que tradicionalmente han caracterizado al gobierno. Para empezar, si bien el territorio ha reforzado su peso, también se ha hecho menos definible desde perspectivas clásicas puesto que las escalas pueden variar mucho en relación con objetivos y finalidades diversas. ¿Qué es hoy lo “local”? Podríamos hablar de lo que es próximo, pero la propia definición de lo que es próximo es muy relativa, puesto que en los ámbitos rurales unos pocos kilómetros se consideran distancias próximas y en una ciudad esta misma distancia aparece como lejana. “Local” tiene que ver también con identidad, con pertenencia, con conexión, con un sentido compartido de una historia vivida de manera conjunta.
5. ¿Estamos avanzando? ¿Hacia un nuevo Gobierno Local?
Algunos de los elementos de cambio que van surgiendo aquí y allá sobre el papel de los Gobiernos Locales y sus formas de ordenación y actuación parecen sugerir que muchas de estas cuestiones han ido penetrando en el debate político y legislativo. En algunos cambios recientes de Estatutos de Autonomía en España se constatan avances en esta línea, con la incorporación del concepto de Gobierno Local, y con listados de competencias, incorporando esferas sustantivas para el bienestar de la población, en las que hasta ahora los Gobiernos Locales tenían una presencia más bien periférica.
Podríamos, pues, concluir estas reflexiones con algunas consideraciones generales a tener en cuenta en el debate estratégico de la FEMP:


−− El Gobierno Local se enfrenta al futuro desde una agenda de actuaciones más compleja y heterogénea de lo que lo hacía años atrás. El cambio de época en el que estamos inmersos resitúa la significación y la capacidad de gobierno de los Ayuntamientos. −− La vida de los ciudadanos y ciudadanas está hoy más llena de incertidumbres y de dudas sobre su trabajo, su familia, su vida, de lo que lo estaba hace unos años. Estas incertidumbres planean sobre la realidad social y afectan la vida de pueblos y ciudades. La política tiene que ver hoy en día en pueblos y ciudades con cotidianeidad, estilos y formas de vida.
−− Los Ayuntamientos y sus equipos de gobierno son los que desde posiciones de primera fila deben gestionar y tratar de implicar conjuntamente a la ciudadanía en la gobernación de la vida local, y en la resolución de unos problemas cada vez más complejos y más difíciles de resolver desde los recursos y las estructuras de gestión de que disponen los Gobiernos Locales.
El bienestar individual y colectivo de los ciudadanos depende cada vez más de la capacidad de servicio y de la capacidad de gestionar servicios y recursos desde la proximidad de los Gobiernos Locales. Sin los Ayuntamientos no hay bienestar ciudadano específico y viable.
−− El territorio es hoy un elemento central en la acción de los Gobiernos Locales. Este territorio viene definido tanto por elementos de proximidad como por elementos de conectividad. −− Gobernar hoy en cualquier ciudad o pueblo de España requiere asumir más interdependencias entre actores y niveles de gobierno. Los Ayuntamientos deben ser facilitadores, desde sus responsabilidades, del gobierno compartido a nivel local. La acción pública es la resultante de intervenciones conjuntas de las esferas institucionales y de las iniciativas privadas en el gobierno de la ciudad.
−− Los problemas de la gente requieren políticas pensadas y gestionadas desde la proximidad, con lógicas trasversales y con mecanismos y estilos de gobierno y gestión participativos. Hace falta sumar esfuerzos, generar complicidades y consensuar procesos de avance, en el marco de unas opciones estratégicas definidas de manera comunitaria, aprovechando las oportunidades de la proximidad territorial. Leer mas

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