miércoles, 22 de febrero de 2017

Chile se olvida del derecho a la igualdad.

J. SÁEZ LEAL
22 FEB 2017 - 02:08 CET
La jueza Karen Atala denuncia el cumplimiento a medias de la sentencia de la Corte Interamericana que hace cinco años le devolvió la custodia de sus hijas, que había perdido por ser lesbiana.
“En cierta medida mi caso sirvió para dar visibilidad a un fenómeno invisible. Serví para darle rostro y cuerpo a las lesbianas, sobre todo a las lesbianas madres”. Con esas palabras resume la jueza chilena Karen Atala el avance experimentado por el país tras una serie de procesos judiciales que la tuvieron como protagonista de 2003 a 2012. Fue el 24 de febrero de este último año cuando la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) condenó al Estado chileno por “violación del derecho a la igualdad y la no discriminación”. Atala había presentado una denuncia después de que la Corte Suprema de Chile le negara la custodia de sus hijas por su orientación sexual, tras una demanda de su exmarido y padre de las tres niñas, nueve años atrás. La CIDH argumentó que la justicia chilena había operado basada en un patrón cultural.

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