Pablo Sebastián
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Sabemos que la nueva política ‘dialogante’ del Gobierno de Mariano Rajoy hacia Cataluña y la anunciada apertura de un despacho de la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría en Barcelona pueden ser pasos tan audaces como temerarios aunque tienen como primer objetivo rebajar la tensión y romper el mono discurso victimista del nacionalismo secesionista catalán.
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