lunes, 27 de febrero de 2017

España; Las tarjetas black y el buen gobierno corporativo: sobran los corruptos de los consejos.

Miguel Alba
27/02/2017
Nadie como Francisco de Quevedo supo radiografiar tan certeramente las miserias de un país, de esa España decante del siglo XVII, con apenas cinco palabras. “Poderoso caballero es don dinero”.
Han pasado ya cuatro siglos de su más famosa letrilla. Estrofas breves, salpicadas de pegadizos estribillos, ideadas como vehículo contra la corrupción de la época. Un cáncer que soporta estoicamente el paso del tiempo. Hace cuatro días, lo que iba a ser una mañana de jueves cualquiera, se convirtió en un homenaje a la letrilla de Quevedo. En apenas cinco horas se concentraron las denuncias de un fiscal contra las amenazas para juzgar libremente la presunta corrupción del presidente de Murcia; la vuelta a Suiza de Urdangarin tras eludir la prisión preventiva sin que mediase fianza de por medio; las penas de cárcel para Blesa, Rato y el resto de ‘paganinis’ con tarjetas black y el levantamiento de la fianza de 4,2 millones a José Antonio Griñán por el caso de los ERE. “Poderoso caballero es don dinero”.

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