La pensión de los futuros jubilados deberá bajar un
45% si se quiere salvar el sistema
Bruno Perez
viernes, 03/05/13 -
La cuantía de las futuras
pensiones tendrá que reducirse hasta en un 45% si se quiere garantizar la
supervivencia del sistema público de protección social.
Así se refleja en un informe
elaborado por el Instituto de Estudios Fiscales, el servicio de estudios
del Ministerio de Hacienda, sobre las
implicaciones que tendrá sobre el sistema público de pensiones la aplicación
del llamado factor de
sostenibilidad, en cuya fórmula de aplicación trabaja actualmente la
Comisión Parlamentaria del Pacto de Toledo con el objetivo de presentar un
informe antes del verano.
El informe subraya que, a
la luz del perfil de la pirámide española de población para los próximos años,
las medidas ya adoptadas, como la extensión progresiva de la edad de jubilación hasta los 67 años y
la ampliación de 15 a 25 años del periodo de cotización que se tendrá en cuenta
para calcular la pensión, se quedarán muy cortas a la hora de garantizar el
futuro de las pensiones públicas.
En concreto, el Instituto
estima que dichas medidas apenas servirán para retrasar en tres o cuatro años
la quiebra del sistema y eso que, según sus cálculos, se traducirán en
una disminución de 3.000 euros
anuales en la pensión media que percibirán los futuro jubilados
españoles, es decir, un descenso del 15%.
Sin embargo, el incremento
exponencial del flujo de personas que alcanzarán la edad legal de jubilación a
partir del año 2025 y la mejora de las expectativas de esperanza de vida harán
que, aún con una estimación optimista de la evolución de la tasa de ocupación y
de los salarios en la sociedad española, el desequilibrio del sistema de
pensiones tal y como lo conocemos hoy sea inevitable.
El reto de la sostenibilidad
La conclusión que alcanza
el IEF es rotunda: si se quiere mantener el sistema público de pensiones tal y
como lo conocemos hoy la aplicación del factor de sostenibilidad deberá
recortar la cuantía de las nuevas pensiones de forma muy significativa.
Ese ajuste no afectaría,
lógicamente, a las pensiones que la Seguridad Social ya está
abonando en la actualidad, sino a las de los españoles que alcanzarán la edad
de jubilación en el futuro. Al menos, ése es el escenario de trabajo que ha
utilizado el instituto.
Sus conclusiones varían
según el factor de sostenibilidad elegido. Si éste fuera únicamente la
esperanza de vida de los ciudadanos, el ajuste sería relativamente suave, ya que
no esperan variaciones extremas de este indicador en los próximos años y sólo
exigiría una reducción de la pensión media del 22%, respecto a la que se
percibiría bajo las condiciones actuales.
Sin embargo, en un
análisis más realista, elaborado sobre la relación esperada de número de
cotizantes a la Seguridad Social (es decir, flujo de ingresos) y número de
pensionistas (nóminas a pagar), el ajuste necesario en la prestación media para
acompasar los gastos esperados del sistema a los ingresos previstos se
dispararía hasta el 45%.
Cualquier medida que se
adoptase en el futuro cercano o más lejano para garantizar la sostenibilidad de
las pensiones debería, por tanto, tener como referencia ese porcentaje de
ajuste si lo que se quiere es mantener el equilibrio entre los ingresos y los
gastos del sistema.
De este modo, recalca el
informe, el problema de la sostenibilidad financiera del sistema quedaría
resuelto, pero a costa, advierte el IEF, de generar importantes bolsas de pobreza entre la población pensionista.
Posibles alternativas
Hay que aclarar que todas
estas estimaciones se basan en la estructura actual del sistema, es decir, se
apuntan los ajustes que habría que realizar para equilibrar las cuentas
de las pensiones públicas sobre la premisa de una edad legal de jubilación de
67 años y un periodo de cálculo de la pensión de 25.
En opinión del
investigador del think tank de Hacienda y autor del informe, el profesor de la Universidad de Cantabria y
experto en econometría, Ignacio Moral-Arce, entre las posibles alternativas es
imperativo poner en marcha medidas que, por la parte de arriba de la pirámide
poblacional, prolonguen la vida laboral de los trabajadores, y, por la de
abajo, agilicen la incorporación de los jóvenes al mundo laboral.
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