domingo, 2 de junio de 2013

Alcalá de Henares ante el decrecimiento económico socialmente sostenible

LOS VERDES DE ALCALÁ DE HENARES

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Historia del movimiento de la "Décroissance"
Escrito por Joan Martínez Alier

Timothée Duverger, La Décroissance, une idée pour demain, préface de Serge Latouche, Sang de la Terre, Paris, 2011, 239 p..

En Francia, en vez del manido “desarrollo sostenible” se ha impuesto en la opinión pública, a pesar de todos los obstáculos, el debate sobre el “decrecimiento económico socialmente sostenible” (una expresión de Vincent Cheynet). Las revistas del movimiento, Silence, La Décroissance, se distribuyen en decenas de miles de ejemplares. Hasta el presidente de Francia no puede menos que hablar a veces del “decrecimiento” aunque sea para caricaturizar sus propuestas. Periodistas muy conocidos como Hervé Kempf y Nicolas Hulot discuten seriamente el decrecimiento en Le Monde y en la televisión.
Este libro hacía falta para entender cómo se ha desplegado el movimiento por el Decrecimiento en Francia desde el 2002. Su joven autor es militante del Partido Socialista y está acabando el doctorado en Historia en la Universidad de Burdeos. Clasifica y explica las distintas corrientes del Decrecimiento, apoya sus argumentos en evidencia escrita y en entrevistas, da una abundante bibliografía en un libro que se lee fácilmente y que narra la historia del movimiento con sus meandros, embrollos y malhumores (sin disimular los adjetivos que unos ecologistas lanzan contra otros, como “ecotartufos”). Al final consigue una síntesis muy comprensible.
Cualquier elogio del crecimiento cero o, peor aun, del decrecimiento, recibe inmediatamente insultos de los políticos. Duverger recuerda que ya en 1972 el presidente de la Comisión Europea, el sindicalista agrario social-demócrata holandés, Sicco Mansholt, se mostró favorable al “crecimiento bajo de cero”, habiendo leído el Informe de los Meadows al Club de Roma. André Gorz en 1972 (en debate con Sicco Mansholt en un coloquio de Le Nouvel Observateur) usó positivamente por primera vez la palabra décroissance pero el Partido Comunista francés, por boca de Georges Marchais, como también desde la derecha el ministro de economía Giscard d’Estaing y el comisario europeo y economista Raymond Barre, coincidieron en la condena de tales ideas. Giscard d’Estaing aseguró que el no era un objecteur de croissance, jugando con las palabras objecteur de conscience de los contrarios al servicio militar obligatorio. El chiste resultó fallido porque algunas corrientes del movimiento francés se auto-bautizaron orgullosamente hasta hoy como Objetores al Crecimiento.
Todo ese movimiento francés ha estado influido por el título de una selección de artículos de Georgescu-Roegen publicada como libro en 1979 como Demain la décroissance. Pero, además de la bioeconomía de Georgescu-Roegen o economía ecológica, el movimiento tiene otro origen: la crítica culturalista al “economicismo”, que proviene de antropólogos económicos (Marcel Mauss, Karl Polanyi, Marshall Sahlins) a través de Serge Latouche, crítico del concepto de “desarrollo”. Precisamente, el despegue del Decrecimiento se dio en 2002 en un congreso en Paris auspiciado por la UNESCO con el título Défaire le développement, refaire le monde. Ese congreso enlazó con pensadores de treinta años atrás, críticos de la tecnología y del desarrollo uniformizador y destructor de la naturaleza como François Partant y los gascones Jacques Ellul y Bernard Charbonneau en Francia, el austríaco Ivan Illich. El libro dedica dos o tres acertadas páginas a cada uno de ellos y también a Cornelius Castoriadis.
Otro origen cercano del movimiento son los Casseurs du Pub (que se oponen a la publicidad pro-consumista, similares a los AdBusters de Norteamérica) con Vincent Cheynet. Para una rama espiritualista, la personalidad de Pierre Rahbi y su campaña presidencial (fomentada por Vincent Cheynet), son importantes. Las diversas ramas del Decrecimiento conservan recuerdos electorales más antiguos, de la primera candidatura presidencial verde en Francia en 1974 con el agrónomo René Dumont.
Duverger construye su libro analizando los dos sentidos que tiene la palabra Decrecimiento, como “palabra bomba” y como “palabra edificio-en-construcción”. Esta distinción es de Paul Ariès. Al emplear esa “palabra bomba” destructora de la obsesion por el PIB, rompiendo el consenso de economistas, políticos, medios de información y hombres de negocios en favor del crecimiento económico, el movimiento se sitúa más allá de la posibilidad de ser domesticado y recuperado. Algunas corrientes de los Verdes (aunque no el ex ministro y diputado por París, Yves Cochet, intrépido decrecentista en la Asamblea Nacional) tratan de suavizar la cuestión al introducir el “decrecimiento selectivo”. Pero, en general, el Decrecimiento continua siendo un concepto radical, que inspira a activistas y que permanece en los márgenes de la política institucionalizada.
Precisamente, como mot-chantier, como edificio en construcción, el Decrecimiento inspira los movimientos de la simplicidad voluntaria (con orígenes en tradiciones gandhianas milenarias como en la idea de aparigraha, el no-atesoramiento, la no-posesión). El Decrecimiento inspira también experiencias territoriales exitosas como Città Slow en Italia o las transition towns in el Reino Unido y sus paralelos en Francia. Inspira la relocalización de las actividades económicas en las zonas rurales (con antecedentes en la década de 1970: Sauvons le Larzac contra el ejército francés) y finalmente inspira también movimientos político-electorales. En este tema de la política electoral aparecen personajes diversos de la izquierda francesa (desde socialistas a post-comunistas y diversos trotskistas) en su relaciones con los Verdes y los Decrecentistas. El autor consigue dar orden y cierta lógica a ese rico panorama de desencuentros, peleas y reconciliaciones.
Llama la atención la ausencia en el libro de Duverger de antecedentes como Kenneth Boulding y Herman Daly (cuya economía del steady-state de 1972 es ahora decrecentista), y el primer libro de René Passet, de 1979, L’économique et le vivant, un texto pionero de economía ecológica. Llama también la atención que la extinción de la biodiversidad, el aumento del efecto invernadero, el pico del petróleo, la crítica a la energía nuclear, la paradoja de Jevons o efecto rebote, el descenso del EROI, el aumento de la huella ecológica, la ausencia de desmaterialización de la economía, aparezcan ciertamente en el libro como argumentos poderosos en favor del Decrecimiento pero sin trazar en detalle su origen. Más bien se dice cuando llegaron esas ideas a Francia de segunda mano.
Sin embargo, en los últimos años el movimiento francés por el Decrecimiento tiene voluntad de difusión internacional, por el éxito de libros de Serge Latouche traducidos a muchos idiomas y a través de congresos de académicos y activistas en Paris en el 2008 y en Barcelona en el 2010 que dieron lugar a diversas publicaciones en inglés. Impulsor de esos congresos fue el joven ingeniero ambiental François Schneider, conocido por haber organizado en 2004-05 una lenta vuelta a Francia con un asno que acabó en Magny-Cours protestando contra las carreras de automóviles de la Fórmula 1. (Los próximos congresos internacionales sobre Decrecimiento tendrán lugar en mayo de 2012 en Montreal y en septiembre 2012 en Venecia).

Es interesante encontrar vinculaciones entre el Decrecentismo y corrientes de la revista Esprit. También lo es conocer los intentos de la derecha conservadora, ruralista, de Alain de Benoist, de presentarse como decrecentista. Hay seguramente más materia que explorar ahí, en la historia francesa. Hay corrientes europeas de extrema derecha (como la que Anna Bramwell representa en sus obras sobre el llamado ecologismo nazi) que elogian la vida rural, los bosques, el neo-paganismo, el anti-urbanismo. Pero aunque los nazis hablaran de Blut und Boden su práctica fue realmente de Blut und Autobahnen, industrialista y expoliadora de otros territorios.
Duverger trata también brevemente el tema demográfico. Aparece de nuevo Yves Cochet escandalizando a los bien pensantes al proclamar la “huelga del tercer infante” en oposición a la persistente propaganda natalista de demógrafos de izquierda como fue Alfred Sauvy. Pero Duverger no traza la línea existente entre Françoise d’Eaubonne en 1973, feminista radical, heredera de una larga tradición neomalthusiana reconstruida por Francis Ronsin (La grève des ventres, 1980), y el movimiento decrecentista que, por no indisponerse con los marxistas, se siente todavía incómodo ante la posible acusación de “malthusianista”.

Pese a estas observaciones menores, el balance final que uno puede hacer del libro de Duverger es realmente muy positivo. Está bien documentado y bien argumentado, descubre los hilos de un complicado tapiz de conexiones ocultas pasadas y actuales, y pone en relieve el éxito que el influyente movimiento por el Decrecimiento ha conseguido en sus varios niveles de actuación en Francia, tanto al desacreditar el crecimiento económico como al proponer alternativas.
Hasta aquí el articulo
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A partir de aquí los comentarios

Por el momento ni el PAPA PACO ni el PAPA NAZI muestran intención aparente de ceder a las presiones de los señores de la guerra que en el mundo son para resolver esta prolongada crisis económica como si hizo,presuntamente, Benedicto XIV contemporáneo de Antonio Gramsci, mediante el recurso al negocio de una  guerra mundial sangrienta y prolongada.

Antes al contrario para que existe un consenso tácito entre "los pastores de las almas de la grey creyente planetaria" de las tres religiones abrahámicas,- judios,cristanos y musulmanes- y de la china e india para no autorizar el sacrificio y la destrucción de millones de cuerpos de carne pecadora joven y que un torrente purificador de sangre joven derramada lave los pecados de la especulación mundial promovida por GOLDMAN SACHS entre otros. Al menos de momento.

El tradicional recurso al método de la alternancia de negocios de guerra y negocios de paz se tiene que conformar con la guerra de Siria y la mas que probable intervención turca después de su sorprendente firma de la paz con los kurdos iraquies gracias al alejamiento del peligro de que una eventual particion de Irak provocase la creación de un kurdistan iraqui independiente.
La defenestración política de Joe Biden y Hillary Clinton ambos miembros del movimiento sionista partidario de la particion ha tranquilizado a Turquia.

Eso si los 200.000 efectivos del ejercito turco preparados para la hipotética invasión del kurdistan iraqui se aprestan ahora para acudir en ayuda de los rebeldes sirios promoviendo una guerra total en Siria y que podría extenderse a toda la región con la colaboración de Israel en un eventual ataque a Irán lo que no esta nada mal para los fabricantes de armas.
Presuntamente claro.
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LA HORA DE LA CONCERTACION SOCIAL TRAS LA CUARTA GUERRA MUNDIAL

Después de la victoria del los EEUU sobre la URSS en la llamada guerra fría y en pleno fragor de la cuarta guerra entre China y los EEUU y superada por el momento la crisis de la energía gracias al “fracking” es llegado el momento de la concertación política sobre la base del postulados políticos del CRECIMIENTO ECONOMICO SOCIALMENTE SOSTENIBLE.

Los Verdes del Corredor del Henares-LVCM consideramos que el uso de la expresión acuñada por Vincent Cheynet, DECRECIMIENTO ECONOMICO SOCIALMENTE SOSTENIBLE, en el debate político y en estos momentos de crisis social en España puede ser tomado por muchos ciudadanos como un sarcasmo político incomprensible.

No pretendemos pasar ahora por ser ni los apóstoles de la causa política del decrecimiento económico socialmente sostenible ni la correa de transmisión política de los movimientos sociales que defienden valientemente su aplicación política en el devenir económico futuro.

Que algo no funciona bien en sistema capitalista actual es algo reconocido públicamente desde al administración de Presidente Reagan en la que se planteaba el debate del llamado poscapitalismo.

Que algo no funcionaria en el sistema capitalista actual ya lo adelanto Marx y además adelanto soluciones políticas que aplicadas como en el caso de China producen un  monstruo político llamado "capitalismo de estado".

Creemos que es llegada a la hora de la concertación en torno a postulados políticos que tengan que ver con el "estar bien colectivo" de las almas y del cuerpo social así como del inconsciente colectivo junguiano.

En todo caso y tal y como dijo el líder del movimiento helénico SYRIZA debemos estar preparados ante cualquier eventualidad incluso para la circunstancia de que una masa de ciudadanos angustiados nos entreguen su apoyo político con la esperanza de que nuestras propuestas aporten soluciones no ya para ellos sino para sus nietos.

Al contrario de lo les ocurre a los partidos políticos tradicionales no podemos fallarle a nuestro eventual electorado ya que no tendríamos una segunda oportunidad política.
Presuntamente claro.
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propósito del debate político y social sobre el decrecimiento económico socialmente responsable

Plantear este importante debate social y político en la Ciudad de Alcalá de Henares en estos momentos politicos en los que el presunto gangster político y mediatico bellobartoliano Antonio R. Naranjo acaba de hacer una nueva muesca en las cachas nacaradas su viejo y reluciente revolver "Colt" político de presunto asesino mediático a sueldo de los aguirristas tocados a su vez por la presunta debacle económica de ENCIN GOLF resulta cuando menos inoportuno.
Habrá que esperar como dice Pilar de IU al 2015.

Presuntamente claro.

En Alcala de Henares a 6 de junio de 2013

Ante la propuesta de Los Verdes del Corredor del Henares-LVCM de dialogar en torno a los postulados contenidos en la filosofia del decrecimiento la unica respuesta que recibimos del tal Eddy de IU, una especie de becerro politico mansurron y taimado, es al de un frente de izquiedas en un Torrejon de Ardoz perdido para la izquierda politica del corredor desde que la ultraderecha consiguió represtacion como en el caso de Alcalá de Henares.
En vez de un analisis marxista ó crociano del hecho, esos presuntos cretinos politicos  se dedicaron a insultar a los votantes en muchos casos antiguos votantes suyos.












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