Son muchos y bien avenidos. «Vivir más cerca de los míos y dedicarme a mis nietos, mis hijos, mi marido, mi madre y a mis siete hermanos». Éste es el deseo de Esperanza Aguirre, que a sus 60 años dice adiós a más de tres décadas de política con el recuerdo fresco del cáncer de pecho que sufrió en 2011. Cuando regrese de Ibiza, donde pasa unos días de relax, tiene su puesto de funcionaria esperándola en el Instituto de Turismo de España, Turespaña, dependiente del Ministerio de Industria, lo que le dejará más tiempo para disfrutar de los suyos. Éstos llevaban un año, desde la enfermedad, pidiéndole que levantara el pie del pedal. «Ha sido una confabulación familiar», opina la periodista Virginia Drake, autora de la única biografía de Esperanza Aguirre ‘La presidenta’ (2006). Y añade: «Son como una tribu, se llevan fenomenal, y echan la culpa del cáncer al estrés del trabajo». Y, por impensable que pareciera hace unos días, la indomable, férrea, controvertida y lenguaraz ‘Espe’ les ha hecho caso. Dicen que la muerte de dos amigas por el mismo mal que ha padecido ella ha influido en su decisión.
Sus apellidos, Aguirre y Gil de Biedma, suenan a aristocracia, artistas, dinero... El padre de Esperanza, el abogado José Luis Aguirre Borrell –fallecido el 16 de enero de 2002 a los 78 años–, procurador en Cortes durante siete legislaturas como Empresario del Sindicato Nacional de Combustible, se casó con Piedad Gil de Biedma y Vega de Seoane, hija de los condes de Sepúlveda, «la que llevaba los pantalones en casa», según Esperanza. Hoy es una mujer de avanzada edad que en mayor medida podrá disfrutar del tiempo libre de la dimitida presidenta. Tras ella llegaron siete hijos más: Isabel, Piedad, José Luis, María, Santiago, Rocío y Cristina. Esperanza siempre ejerció de hermana mayor porque los padres tenían mucha actividad social, tarea que no le entusiasmaba precisamente, según reconoce en su biografía: «Tenía un montón de hermanos pequeños que daban muchísimo el coñazo: hacían ruido, no me dejaban hacer los deberes, me estropeaban los cuadernos...». Hoy son uña y carne.
Movida, golf y Meninas
La madre de Esperanza y la de la fotógrafa Bárbara Allende Gil de Biedma, Ouka Leele, son primas y buenas amigas: «Yo soy prima segunda de Esperanza, así que tampoco estamos todo el día juntas, pero hemos celebrado muchas fiestas con la familia, y muy divertidas, porque los Gil de Biedma son mucho de hacer el payaso, con un dominio del lenguaje y un sarcasmo... Hacíamos cangrejadas... A su madre le gustaba cantar jotas, e imagínate cuando aparecía el poeta...». Ouka Leele coincidió más con uno de los hermanos de Esperanza, José Luis, que compartió con ella vivencias de la Movida madrileña: «Sí, era el cantante, guitarrista y pianista del grupo Bajas Pasiones». Con su banda inauguró la famosa sala El Sol de Madrid y clausuró el mítico Rock-Ola antes de que lo cerraran por orden judicial. Hoy es pintor y comisario de exposiciones y se hace llamar Jaelius.
Piedad, a la que llaman Piedy, se metió a empresaria de la noche y alumbró en 1991 junto a su hermana Rocío (hoy responsable de las ferias Madridgolf y Expobike) y Mariola Orellana, la mujer de Antonio Carmona (Ketama) la sala de conciertos Caracol de Madrid, aunque la vendieron 5 años después. Hoy es una «perfecta anfitriona», según la fotógrafa, y organiza reuniones con caras famosas, fiestas de ambiente flamenco con gente como Madonna, Miguel Bosé, Marta Sánchez... Luego está Santiago, el díscolo, según Drake: «Le echaron de casa por vago y maleante, por estar de brazos cruzados, y se fue a vivir a la buhardilla de un amigo, la cocinera de la familia le llevaba comida a escondidas.». Años después fundó con un socio inglés la exitosa consultora inmobiliaria Aguirre Newman.
Con Isabel, la segunda –quien en 1984 participó en la restauración de ‘Las Meninas’ de Velázquez–, compartió Esperanza el día de su boda. «Lo retrasó porque su madre se quedó embarazada de la última hermana, Cristina, y no quería ir al enlace así –recuerda Drake–. Por eso, y a pesar de que tenía que competir con el bellezón de Isabel, que se casaba con un hermano de Alfonso Ussía, lo hizo. Esto da idea de lo que supone la familia para ella».
Piedad, a la que llaman Piedy, se metió a empresaria de la noche y alumbró en 1991 junto a su hermana Rocío (hoy responsable de las ferias Madridgolf y Expobike) y Mariola Orellana, la mujer de Antonio Carmona (Ketama) la sala de conciertos Caracol de Madrid, aunque la vendieron 5 años después. Hoy es una «perfecta anfitriona», según la fotógrafa, y organiza reuniones con caras famosas, fiestas de ambiente flamenco con gente como Madonna, Miguel Bosé, Marta Sánchez... Luego está Santiago, el díscolo, según Drake: «Le echaron de casa por vago y maleante, por estar de brazos cruzados, y se fue a vivir a la buhardilla de un amigo, la cocinera de la familia le llevaba comida a escondidas.». Años después fundó con un socio inglés la exitosa consultora inmobiliaria Aguirre Newman.
Con Isabel, la segunda –quien en 1984 participó en la restauración de ‘Las Meninas’ de Velázquez–, compartió Esperanza el día de su boda. «Lo retrasó porque su madre se quedó embarazada de la última hermana, Cristina, y no quería ir al enlace así –recuerda Drake–. Por eso, y a pesar de que tenía que competir con el bellezón de Isabel, que se casaba con un hermano de Alfonso Ussía, lo hizo. Esto da idea de lo que supone la familia para ella».
¿Quién era el afortunado?
Cuenta la madre de Esperanza que a ésta no le gustaba demasiado el golf, una pasión compartida por muchos miembros de la familia, que prefería el tenis hasta que apareció el conde de Murillo, Fernando Ramírez de Haro y Valdés, hijo de conde y marquesa. Con una finca propia en Salamanca y varias de la familia dedicadas a la ganadería y al cultivo de cereales, este economista, «hombre de campo casado con una mujer que dedicaba 16 horas al día a trabajar –según Pilar Aresti, ex senadora del PP– tuvo que dedicarse a los dos hijos del matrimonio. Se quieren mucho, siempre están juntos». «Cuando habla de él se le saltan las lágrimas», desvela Drake. Dice la propia Esperanza en su biografía: «Mi marido es un gran educador de niños, les da seguridad. Mi padre era un encanto de hombre, pero no era muy buen educador. Mi marido sí lo es y yo soy bastante mala, la verdad, más bien como mi padre», del que la política confesó haber heredado 100.000 euros.El hijo mayor de Esperanza, Fernando, de 36 años, el más parecido a ella en caracter, tiene un cargo de responsabilidad en una sociedad inmobiliaria ligada a Aguirre Newman, la de su tío Santiago. El pequeño, Álvaro, de 32 años, abogado, es desde enero asesor del gabinete del secretario de Estado de Comercio, cargo de libre designación que provocó críticas por haber sido «otorgado a dedo» –las mismas que ha recibido la hermana pequeña de la expresidenta, Cristina, periodista de 37 años contratada por el Ayuntamiento de Madrid–. Ambos vástagos siguen ampliando el clan con dos hijos del primero y otro que está por llegar del segundo. Con la primera nieta, Beatriz, la orgullosa abuela se abría paso por los pasillos del Congreso para enseñar la foto en el móvil a todos sus compañeros.
UN ABULTADO CLAN
Los padres
José Luis Aguirre Borrell, abogado fallecido en 2002, y Piedad Gil de Biedma y Vega de Seoane.
El tío poeta
El poeta de la Generación del 50 Jaime Gil de Biedma era uno de los hermanos de Piedad, madre de Esperanza.
Siete hermanos
La expresidenta es la mayor. Le siguen Isabel (restauradora), Piedy (ex empresaria de la noche junto a su hermana Rocío y organizadora de fiestas), José Luis (ex músico de la Movida y hoy artista plástico), María, Santiago (empresario inmobiliario), Rocío (responsable de las ferias Madridgolf y Expobike) y Cristina (periodista).
La prima fotógrafa
Bárbara Allende, Ouka Leele, es su prima segunda.
Los hijos
Fernando (sector inmobiliario) y Álvaro (abogado).
Los nietos
Beatriz y el bebé Fernando, ambos hijos del primogénito y Carolina de Oriol. Y hay otro por llegar, Beltrán, fruto del matrimonio del benjamín con Astrid Thams, que trabajó con Agatha Ruiz de la Prada y hoy lo hace para el Real Madrid.
José Luis Aguirre Borrell, abogado fallecido en 2002, y Piedad Gil de Biedma y Vega de Seoane.
El tío poeta
El poeta de la Generación del 50 Jaime Gil de Biedma era uno de los hermanos de Piedad, madre de Esperanza.
Siete hermanos
La expresidenta es la mayor. Le siguen Isabel (restauradora), Piedy (ex empresaria de la noche junto a su hermana Rocío y organizadora de fiestas), José Luis (ex músico de la Movida y hoy artista plástico), María, Santiago (empresario inmobiliario), Rocío (responsable de las ferias Madridgolf y Expobike) y Cristina (periodista).
La prima fotógrafa
Bárbara Allende, Ouka Leele, es su prima segunda.
Los hijos
Fernando (sector inmobiliario) y Álvaro (abogado).
Los nietos
Beatriz y el bebé Fernando, ambos hijos del primogénito y Carolina de Oriol. Y hay otro por llegar, Beltrán, fruto del matrimonio del benjamín con Astrid Thams, que trabajó con Agatha Ruiz de la Prada y hoy lo hace para el Real Madrid.
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