domingo, 20 de octubre de 2013

Alcalá de Henares,"Biografía no autorizada del Juan María Palacios Díaz".



Presuntas memorias políticas Juan Camargo:

Biografía no autorizada del Juan María Palacios Díaz

Capítulo primero: la crisis de la legionella

La razón primigenia en el proceso de destrucción del Parque Municipal de Servicios se encuentra en la mente. presuntamente enferma, del técnico municipal del Parque Municipal de Servicios, el ingeniero técnico industrial Juan María Palacios Díaz, presuntamente claro.

La primera ocasión en la que lo intentó fue durante la crisis de la legionella con una actitud destructiva que a punto estuvo de costarle su puesto de trabajo e incluso la vida, presuntamente claro. Solo la intervención de unos asesores y asesoras leales le salvaron.
Por aquellas fecha criticas Palacios se encontraba como casi siempre, a plan, con lo cual además de exacerbar su ya de por si fétida halitosis, lo que le valió el apodo de "El Atarjea" que le pusieron los malvados chicos de las aguas, le producía un empeoramiento de su agrio carácter hasta limites inaguantable para su superior y no quiero ni imaginar lo que pasaría con lo que el consideraba sus inferiores, es decir los demás, presuntamente claro.
 
Un resentimiento acumulado de muchos años por los presuntos agravios recibidos de los mandos intermedios agravada por una increíble adicción a la comida que harían palidecer de envidia al mismísimo Pantagruel y Carpanta juntos, Juan María hizo que mi tensión arterial llegase a 170-120 milímetros y ello pese que mi medica de familia ya me había todos los principios activos del arsenal terapéutico disponible incluido el valsar tan que se encontraba en fase de experimentación clínica final antes de salir al mercado.
Mi desconocida hipersensilidad al alapril y todos sus derivados, descubierta gracias al doctor Mayor , me situó ante una tesitura muy clásica de la "soledad del mando de los jefes": era su vida ó la mía.
Después de consultar con el alcalde su posible traslado temporal, a lo que se negó y descartar el asesinato como una solución al problema, opte por invitarle a comer después de lograr del alcalde carta blanca en gastos de comida para el personal adscrito a la campaña de la legionella.
 
Debo confesar que durante la comida, en la que valoraba la viabilidad técnica de usar el calor para combatir la bacteria, estuve en mas de una ocasión con la tentación de clavarle un tenedor en la garganta, pero le salvó una idea de Jesús Blanco de "engañar" los termostatos de los circuitos sumergiéndoles en cubos con agua a la temperatura deseada.
 
La idea fue muy celebrada incluso por el mismo que en esos momento llevaba bebidos dos litros de vino tinto y una cantidad asquerosa de comida, que le pagaba el pueblo de Alcalá de Henares, presuntamente claro.
 
la factura de su comida ascendió a casi 100 euros y eso que era la zona VIP de un restaurante del Polígono industrial JUMAPI, de Alcalá de Henares, presuntamente claro.
 
Continuará por supuesto, en el capitulo 2, El segundo intento, de los diez habidos hasta el año 2006, de destruir el Parque de Servicios por parte de Juan María Palacios Díaz por Juan Antonio Camargo Muñoz.
 
Empieza así: Recuerdo cierto día en el que el señor Tomas, un muy callado, serio y muy respetado encargado de obras del Parque Municipal de Servicios, con expresión muy serio se ofreció para recogerme en mi casa después de comer para tomar un café y hablar de Juan María y de Ángel Corral. Lo que contó me dejo atónito pero esa es otra historia, presuntamente claro.



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