La Historia está en el Génesis
Más de medio millón de personas visitan cada año en EEUU el Museo de la Creación, donde la Historia Natural y la Historia Antigua se explican conforme a los textos de la Biblia.
Escenario interior del Museo de la Creación
por PABLO PARDO | Washington
125 millones de estadounidenses —el 42% de la
población— creen que Dios creó el cosmos en seis días y descansó el
séptimo, que Noé salvó en su arca a todos los animales y que los
diferentes grupos étnicos se deben a la confusión creada entre los
hombres tras la Torre de Babel, el infructuoso intento bíblico del ser
humano de llegar al cielo. Son los llamados 'creacionistas', es decir,
personas que creen que la Biblia debe ser interpretada de forma literal. Y no son gente de bajo nivel cultural. Entre ellos, por ejemplo, está uno de los inventores de las resonancias magnéticas, Raymond Damadian, quien según algunos creacionistas no ganó el Nobel precisamente por su defensa de la literalidad de la Biblia.
Según una encuesta de la empresa de estudios
demoscópicos Zogby, el 71% de los estadounidenses «quiere que los
profesores de Biología enseñen en clase la Teoría de la Evolución de
Darwin, pero también los argumentos científicos en su contra».
Y los creacionistas tienen sus propios Museos de Historia Natural. En
Alberta (Canadá) y, en EEUU, en Missouri, en Texas y en Florida. Pero
ninguno de ellos iguala al espectacular Museo de la Creación,
situado en Kentucky, en las afueras de la ciudad de Cincinnati. Ese
Museo, creado y gestionado por la organización religiosa protestante Respuestas en el Génesis, es, al mismo tiempo, un museo de Historia Natural y de Historia Antigua en el que todo se explica conforme a la Biblia.
Eso significa que hay, por ejemplo, reproducciones a escala del Arca de
Noé explicando cómo pudo meter a los animales en ella (en el caso de
los reptiles y dinosaurios, el patriarca bíblico no introdujo animales
adultos, sino sus huevos, con lo que ganó espacio). O reproducciones del
Jardín del Edén en las que se muestra cómo los animales —incluyendo un
espectacular cocodrilo— eran vegetarianos antes de que Adán y Eva
comieran del árbol de la fruta del bien y del mal.
El Museo, abierto hace dos años, recibe más de medio millón de visitantes anuales.
Algunos acuden movidos por la curiosidad. Pero no cabe duda de que gran
parte de las personas que van al Museo de la Creación están
convencidas, como su director, el biólogo australiano Ken Ham, de que la Teoría de la Evolución es esencialmente un fraude para destruir la religión.
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