sábado, 6 de octubre de 2018

Brasil, con 13 millones de desempleados, vive la pesadilla de una economía que se tambalea ante la llegada de un nuevo presidente.


6/10/2018
Beatriz Jucá
Marina Rossi
Felipe Betim
El ocaso del esplendor brasileño.
La avenida Álvaro Guimarães, en São Bernardo do Campo, al sureste de Brasil, es un retrato de cómo la crisis ha afectado a los brasileños y convertido el desempleo en una de las principales preocupaciones en las elecciones presidenciales del próximo domingo. La vía está ubicada en una zona industrial, uno de los sectores que más ha sido afectado por los años de recesión que el país vivió entre 2015 y 2016. Allí, al menos tres empresas – Panex, Rolls-Royce y P&G – han cesado sus actividades en los últimos cuatro años, engordando los números del desempleo en la ciudad. São Bernardo es la ciudad que proyectó al expresidente Lula da Silva como líder sindical en los años ochenta, vecina de Santo André y San Caetano, el triángulo del ABC, que creció en los años setenta con las industrias automovilísticas. Hoy, ABC, como Brasil, no pasa por su mejor momento. 52.000 trabajos se han perdido desde 2014. En todo el país, hay 13 millones de desempleados, casi tres veces más que en las elecciones presidenciales de cuatro años antes. Seguir leyendo>>

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