15/10/2020 |
La indignidad que justificó la moción.
Prada consiguió el objetivo de ofrecer un sustento a una moción que jamás tendría que haber prosperado.
El Supremo ha constatado lo que muchos defendimos sobre la moción de censura que provocó que el PP fuera desalojado del gobierno. La izquierda política y mediática se abalanzó con la voracidad habitual para conseguir que Sánchez alcanzara la presidencia. Lo más interesante fue observar el fervor de periodistas y políticos socialistas y podemitas que lo detestaban. Es lo que irónicamente denomino los neosanchistas que, en muchos casos, son ahora estómagos agradecidos gracias al pesebre gubernamental. Lo fundamental era expulsar al PP del poder y hay que reconocer que los que criticaban a Sánchez, e incluso le insultaban en privado, consiguieron crear un clima político que hizo imposible que el PNV rechazara la moción de censura. Todo fue gracias a un párrafo que colocó el juez De Prada atribuyendo al PP un delito que no se enjuiciaba como era la existencia de una caja B. El Supremo pone las cosas en su sitio aclarando que no se puede afirmar una responsabilidad penal sin acusación o defensa. A los juristas que abrazan con fervor el uso alternativo del Derecho poco les importa la verdad y el rigor.
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