03-10-2021 Celia Maza |
Thomas, un dentista con clínica en el suroeste de Londres, ha tenido que cancelar muchas citas en la última semana porque los clientes no han podido acudir. “Algunos se habían quedado literalmente ya sin gasolina. Otros aún tenían algo en el depósito, pero han decidido posponer la cita si no era para algo urgente por miedo a quedarse sin combustible para poder acudir a su trabajo. La enfermera que está con nosotros tampoco ha podido venir a su puesto”, relata a este diario. Varios autobuses que transportan a niños con necesidades especiales a los colegios también han tenido que cancelar su trayecto.
El Reino Unido lleva ya una semana sumida en el caos ante la falta de combustible en las estaciones de servicio por falta de transportistas. El país tiene reservas suficientes. El problema es que no tiene camioneros para llevarlas desde las refinerías hasta las gasolineras. Se calcula que hay un déficit de 100.000.
La situación se está estabilizando en el noreste de Inglaterra, Yorkshire, Escocia y Gales. Pero en las grandes metrópolis, según reconoció ayer el propio Gobierno de Boris Johnson, el desabastecimiento podría alargarse durante otra semana.
Los niveles medios de combustible en las estaciones de servicio se mantienen en el 20% por cuarto día consecutivo, en comparación con el 43% habitual. Fuentes de la industria son más pesimistas y temen que las interrupciones podrían ser incluso por todo un mes.
El análisis de Whitehall -donde se encuentran los ministerios- clasifica cada región en rojo, ámbar o verde. Y en Inglaterra, tanto Londres, como el sureste, y zona de las Midlands están en la situación más precaria con niveles de menos del 20%.
La falta de mano de obra sacude a toda Europa y los Estados Unidos. En el caso de los transportistas, mientras que en Alemania faltan entre 45.000 y 65.000 -con una imagen similar en Francia-; en Polonia, la cifra es de casi 124.000. Y ahora hay que conseguir ese factor de diferenciación a fin de cubrir las vacantes. En Berlín, se está invirtiendo en instalaciones, con mejores baños y zonas de catering. En Varsovia, se están poniendo incluso gimnasios en las estaciones de descanso. La pandemia ha hecho mella a ambos lados del Atlántico. Pero en el caso del Reino Unido, la situación es todavía más dramática por el Brexit.
Antes de que los británicos salieran del bloque, la industria del transporte ya advertía que se enfrentaba a un desafío de reclutamiento demográfico a largo plazo en un momento de aumento significativo de la demanda. Más de un tercio de los conductores de vehículos pesados tienen más de 55 años y en los últimos 18 meses alrededor de 55.000 conductores británicos han abandonado la industria.
El trabajo es duro. Las jornadas son largas y solitarias. Muchas paradas de camiones tienen servicios limitados de catering y baños y los sindicatos llevan tiempo presentando quejas justificadas que ni la industria ni el gobierno se han tomado en serio. La solución para las empresas, sin embargo, no fue mejorar las condiciones y pagar más para atraer nuevos empleados, sino mirar hacia Europa del Este para llenar los vacíos.
Pero ahora el Brexit complica sobremanera las cosas. Y ya no solo porque la estricta normativa de inmigración dificulta trabajar en el país, sino porque, ante todo el tiempo que se pierde ahora con los nuevos controles de aduanas, a los camioneros no les compensa hacer los repartos en el Reino Unido. ¿Qué necesidad tienen cuando hay tanto trabajo cerca de casa?
A fin de paliar la situación, Downing Street ha ofrecido 5.000 visados temporales hasta Navidades. Pero la industria los ve insuficientes. “Ofreciendo este tipo de visados a corto plazo, el gobierno británico demuestra que ve a los trabajadores extranjeros como un grifo que pueden abrir y cerrar cuando sea necesario. No son visados que permita a las personas establecerse en el país o encontrar estabilidad laboral”, denunciaba en The Times Tomasz Oryński, un conductor polaco.
El problema de la falta de mano de obra no solo se limita a los transportistas. Es una crisis que se extiende a varios sectores. La patronal británica de los productores avícolas señala que en torno a uno de cada siete puestos han quedado vacantes en su sector -cerca de 7.000 empleos-. Por su parte, la Asociación Británica de la Industria Cárnica anticipa problemas en la producción y el suministro de menús típicos de Navidad. Sus miembros afrontan una extraordinaria falta de plantilla, que ya supera el 15%. En un país donde el paro se sitúa en el 4.7% algunas empresas se han puesto a contratar incluso a presos que puedan disfrutar de días de permiso porque sencillamente no tienen manera de cubrir las vacantes.
Un granjero del condado inglés de Yorkshire ha tenido que sacrificar cientos de crías de cerdo al no poder llevar a los ejemplares maduros a los mataderos locales debido a la falta de personal en esas instalaciones, informaba ayer la BBC. El granjero en cuestión, que se mantuvo en el anonimato, dijo estar “destrozado” por haber tenido que matar “cerditos perfectamente sanos y viables”.
El presidente de la Asociación nacional del cerdo, Rob Mutimer, señala que la falta de personal en mataderos y procesadoras se ha agudizado “en las últimas tres semanas” y, dado que los productores no tienen suficiente sitio para mantener el exceso de ejemplares, no se descarta “un sacrificio masivo de animales” en las próximas semanas.
Según datos de la Asociación británica de procesadores de carne (BMPA, en inglés), antes de la pandemia y el Brexit un 80 % de la plantilla en dos grandes plantas procesadoras de carne en Hull, norte de Inglaterra, procedía de Europa del Este. La asociación advierte que, si el Gobierno conservador no concede visados temporales a trabajadores extranjeros -como ha hecho con los transportistas-, podría no haber suficiente oferta de productos típicos de la Navidad como pavos y jamones.
Nick Allen, de la BMPA, dijo que los mataderos tienen un 15 % menos de personal de lo que sería normal cara al periodo navideño, cuando de todos modos las plantillas se aumentan entre un 10 y un 15 %. En este sentido, Downing Street se plantea conceder unos 1.000 visados de emergencia a carniceros extranjeros a fin de salvar la temporada navideña.
En definitiva, no es mejor escenario para comenzar este fin de semana el congreso anual del Partido Conservador con el que Johnson quiere exponer sus planes para la nueva Global Britain.
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