21/03/2023 Iván Gil Ana Belén Ramos |
El Gobierno expande el miedo a la derecha con Feijóo ausente. En el PP, aseguran sentirse "cómodos" con la abstención, frente al rechazo frontal que exhibieron en la censura de 2020.
La primera moción de censura de Vox contra Pedro Sánchez ensambló el bloque de la moción de investidura antes de los primeros presupuestos de la legislatura y la segunda ha cohesionado el Gobierno de coalición en su momento más crítico. Después de la ruptura de puentes entre el PSOE y Unidas Podemos tras la fractura por la reforma de la ley del solo sí es sí y en pleno arranque de un ciclo electoral en el que cada actor comenzaba a marcar terreno peligrosamente. Y con la amenaza de colisión para acudir a las urnas sin compartir la mesa del Consejo de Ministros. La paradoja de la moción presentada para sacar a Sánchez del Ejecutivo y provocar un adelanto electoral es que ha contribuido a alejar ambos objetivos. Nada más útil que el enemigo común para unir a dos hermanos enfrentados. Pero las particularidades de la iniciativa no se limitan únicamente a alejar la ruptura entre los socios.
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