sábado, 13 de mayo de 2023

Italia: Odiados por querer salvar el planeta.

13/05/2023
Carla Mascia
La protesta de unos ecologistas en la Piazza Navona de Roma, cuya fuente tiñeron de negro, fue muy criticada en redes donde se tildó a los activistas de “ignorantes” y “delincuentes”.
La última vez que vi la Fontana di Trevi en Roma me costó mucho esfuerzo retener las lágrimas. Mirara por donde mirara solo veía a una horda salvaje sedienta de selfies buscando el mejor ángulo desde el que sacar la codiciada foto. Volaban los insultos y los codazos, el bótox y las poses impostadas, en una plaza que parecía haberse convertido en el set de la versión moderna de Monstruos de hoy de Dino Risi. En medio de la multitud, los pobres vigili urbani asignados a la custodia de la fuente se dedicaban a pitar y multar a los turistas que pillaban escalando el monumento. Se les veía desbordados. Como Lucia, una mujer que rondaba los cincuenta, quien me contó que antes de integrarse al cuerpo policial había sido bailarina y profesora de baile de Mastroianni en el rodaje de Ginger y Fred de Fellini. A ella el turismo de masas y el deterioro de los sitios culturales le daban bastante igual, a pesar de haber convertido su profesión en un calvario. Lo que quería era hablar de lo guapos que eran los actores franceses y de Salvini, al que adoraba. En los últimos días, me acordé de Lucia al ver en Twitter que activistas climáticos de Ultima Generazione se habían metido en otra fuente, la de la Piazza Navona, para teñir el agua de negro, “como nuestro futuro”. ¿Qué pensaría? ¿Que son unos “imbéciles”, unos “ignorantes”, unos “delincuentes” que se “merecen la cárcel” o recibir “un par de bastonate” (bastonazos), la amenaza preferida de los nostálgicos del fascismo, como sugieren la mayoría de los tuiteros que comentaron el vídeo? ¿Creería también, como denuncian otros usuarios, que lo único que consiguen estas acciones es “socavar el consenso popular sobre la causa ambiental”? O quizá se convencería, al igual que parte de la extrema derecha italiana conspiranoide, de que el magnate George Soros es el que financia estas protestas. Un complot, por si faltaran argumentos delirantes, respaldado por la “nueva izquierda italiana” para evitar que la gente “piense en los problemas reales”, como afirma un tuitero seguidor de Giorgia Meloni. Seguir leyendo>>

No hay comentarios:

Publicar un comentario