domingo, 17 de mayo de 2015

ALCALÁ DE HENARES Y LA EDUCACIÓN AMBIENTAL EN LA COMARCA HIDRÁULICA DE LA CUENCA DEL RIO HENARES ENTRE LA FABRICA DE CERVEZAS MAHOU Y LA EDAR DE SOTO DE ESPINILLOS:UN PROYECTO DE PARTICIPACIÓN COMUNITARIA EN LA EDUCACIÓN PARA EL DESARROLLO HUMANO SOSTENIBLE

LA AGENDA 21 ESCOLAR: PROYECTO DE PARTICIPACIÓN COMUNITARIA EN LA EDUCACIÓN PARA EL DESARROLLO HUMANO SOSTENIBLE

por Pilar Aznar Minguet, Catedrática de Teoría de la Educación de la Universidad de Valencia; imparte clases de Teoría de la Educación y de Pedagogía Ambiental. Sus líneas de investigación son : Educación y desarrollo sostenible (ambientalización de las instituciones educativas); Constructivismo y procesos de aprendizaje; Educación y participación ciudadana. Coordinadora en la UVEG del Programa Inter..-Universitario de Educación Ambiental: Vicepresidenta de AVEADS (Asociación Valenciana de Educación Ambiental y desarrollo sostenible)

COMUNIDAD LOCAL / COMUNIDAD ESCOLAR: LA PARTICIPACIÓN CIUDADANA 

La participación de la comunidad educativa en la escuela y en la comunidad en la que esta ubicada representa uno de los elementos clave en el desarrollo de una Agenda 21 escolar, por cuanto la participación de la ciudadanía en este proceso posibilita profundos cambios personales y sociales. Pero hace falta reorientar la educación hacia la comprensión, análisis crítico y apoyo personal y público respecto a la sosteniblidad del desarrollo desde prácticas más plurales y desde iniciativas locales. Lo cual implica la integración de la educación en la gestión del desarrollo sostenible a nivel local, la participación de la comunidad educativa en los planes de acción locales, la colaboración entre los agentes educativos locales, así como una interacción entre los ámbitos formal, no formal e informal de la educación a nivel local. Sin perder el referente de globalidad la relación municipio o comunidad local y escuela es compleja; como sistemas abiertos que son, les es inherente la complejidad. La experiencia directa nos esta informando que la iniciativa en la implantación y desarrollo de planes de sostenibilidad local proviene, generalmente, de la administración política municipal; si bien existen casos aislados en los que la iniciativa ha partido de los centros educativos del municipio desde los que, a través de propuestas y acciones concretas, han involucrado a otros agentes sociales y a los responsables de la administración local, que se han visto en la tesitura de responder a las "presiones" de la ciudadanía iniciando un proceso de desarrollo sostenible para la comunidad. Y aunque es difícil generalizar la posibilidad de que se produzcan procesos de este tipo (de abajo a arriba), es bien cierto que de este modo, la implicación y participación de toda la ciudadanía no sólo puede quedar más asegurada, sino que representa una fuente de presión para el desarrollo y seguimiento de los planes de actuación municipal de cara a la sostenibilidad de desarrollo local. La relación educación-municipio implica una referencia a la aplicación de las prácticas educativas como herramienta tendente a solucionar los problemas sociales, culturales, económicos y ambientales originados: a) por el desarrollo desigual de clases en el capitalismo avanzado -educación compensatoria-; b) por los importantes movimientos migratorios y la configuración de contextos multiculturales -educación intercultural -; c) por la progresiva conquista de un mayor "estado de bienestar" -educación para la salud, educación para la paz, educación estética, educación para el tiempo libre-; d) o por las consecuencias producidas por la profunda crisis ecológica de nivel planetario -educación ambiental-. En esta "onda" se ha propiciado desde la Pedagogía un acercamiento teórico/práctico a los fenómenos educativos con incidencia en la problemática socio-política local, ya desde la configuración inicial de la llamada "urban education", o la "ciudad educativa" (AAVV. 1990; AAVV. 1999 a), y desde planteamientos más novedosos la educación para el desarrollo humano sostenible. El Programa 21 de la Cumbre de Río de 1992 otorga a la educación un papel de instrumento del desarrollo sostenible a través de la preparación de planes y programas de acción educativa dirigidos a desarrollar conocimientos, procedimientos y actitudes que implementen una mayor conciencia medioambiental y desarrollen comportamientos coherentes con una eco-ética basada en el respeto hacia todas las formas de vida, la responsabilidad en el uso de recursos y la solidaridad intra e intergeneracional. Desarrollar la conciencia medio-ambiental de una sociedad significa propiciar el establecimiento de pautas culturales individuales y colectivas que implementen el sentimiento de responsabilidad de la ciudadanía, posibiliten su participación en los procesos de toma de decisiones y aseguren su implicación en la protección del medio ambiente (natural y social) disminuyendo su vulnerabilidad ante contingencias más o menos coyunturales. La sostenibilidad es una responsabilidad compartida; requiere configurar estructuras reales de participación a través de las cuales la ciudadanía pueda implicarse en la búsqueda de soluciones a los problemas locales que atañen a todos; lo cual hace preciso reorientar la educación, la concienciación y la capacitación a fin de lograr una mayor comprensión, análisis crítico y apoyo público con respecto al desarrollo sostenible (UNESCO 1997) desde practicas más plurales y desde iniciativas locales, dando protagonismo real a los sujetos y a los grupos. La participación pública exige la creación de una estructura que la facilite y potencie; una estructura de participación se basa en planteamientos de tipo asociativo y en una concepción del trabajo a realizar en "redes" para asegurar la transversalidad de las acciones; las diversas acciones que requiere la consecución de un desarrollo sostenible, exige el apoyo y la colaboración activa de una serie de agentes y organismos también diversos; el trabajo en "redes" representa un planteamiento participativo en la implantación de las Agendas 21 para aprovechar habilidades, recursos y compromisos de todas las partes, al mismo tiempo que garantiza la propiedad conjunta de las soluciones (Comisión Europea 1996: 78); los ayuntamientos tienen que desempeñar un papel importante en la organización estructural de estas asociaciones de agentes diversos para el establecimiento de redes de trabajo de cara a la sostenibilidad local.
Ver III JORNADAS DE EDUCACIÓN AMBIENTAL DE LA COMUNIDAD VALENCIANA, CELEBRADAS EN ALICANTE en http://www.magrama.gob.es/es/ceneam/articulos-de-opinion/2004_04aznar_tcm7-53038.pdf

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