Guardiola ordenó a Método 3
espiar a Piqué cuando comenzó a salir con Shakira
Antonio Fernández 25/02/2013
(06:00)
La agencia
de detectives Método 3 se dedicó a espiar a jugadores del FC Barcelona
por encargo del entonces director de Seguridad y actual director general de
Servicios Penitenciarios de la Generalitat, Xavier Martorell. El interés
por saber qué hacían las estrellas del balón en sus ratos libres era del
entrenador, Pep Guardiola, que cuidaba mucho que sus chicos se
concentrasen en el fútbol para tenerlos a pleno rendimiento. El más seguido
fue Gerard Piqué: oficialmente, no se conocía aún su romance con la
cantante Shakira, pero el entrenador quería asegurarse de que el jugador
cumplía a rajatabla con las normas y no atendía más a las juergas que al
deporte.
Guardiola
llegó incluso a telefonear a casa de algunos de sus cracks para saber
si, efectivamente, se encontraban en el domicilio y no trasnochando en algún
bar de copas, según confirmaron a El Confidencial fuentes cercanas a los
jugadores. Pero ese control casi artesanal no era suficiente, de ahí
que el entrenador pidiese informes sobre los jóvenes.
“Estaba
obsesionado con que los jugadores mantuviesen una vida privada ordenada
y que no saliesen de juerga porque después no rendían en el césped”, asegura
una persona que trabajó en el club durante aquella etapa. Y subraya que tanto
el míster como Manel Estiarte, director de Relaciones Externas del
Barça, no dudaban en pedir la colaboración de detectives cuando tenían
sospechas de que algún jugador se podía desmandar en sus horas libres.
Las mismas
fuentes señalan que durante el tiempo que Pep estuvo al frente del
primer equipo azulgrana entabló una fluida y cordial relación con Martorell,
que ejecutaba la voluntad de Guardiola de estar informado en todo momento. El
míster solicitaba los servicios de los detectives incluso en horas
intempestivas, debido a que se enteraba de que cualquiera de ellos organizaba
una salida con amigos y pedía que se montasen controles inmediatamente.
Hubo, según
estas fuentes, seguimientos a Ronaldinho, Deco y Samuel Eto’o.
Sin embargo, quien más esfuerzos acaparó fue Gerard Piqué, seguido y
controlado en varias etapas, al menos en 2008 y en 2010, según ha podido
conocer El Confidencial. El jugador tuvo a los detectives detrás durante
un buen puñado de semanas.
El
seguimiento a Piqué alcanzó una especial intensidad tras iniciar su romance con
la cantante Shakira. Así, supieron que uno de sus locales favoritos es un bar
de copas que hay cerca de las instalaciones del Barça, en la calle Regent
Mendieta, que salía bastante con un grupo de amigos y que algunas noches llegaba
a casa de sus padres, en la localidad de Sant Just Desvern, pasadas las 2 de la
madrugada. Incluso detallaban las copas que se tomaba. En uno de los
informes que hicieron los detectives, se señala que, tras asistir a un
concierto de Alejandro Sanz junto a tres amigos, le paró la Guardia
Urbana y tuvo que someterse a un control de alcoholemia, que dio negativo.
Esta anécdota tuvo lugar el 15 de septiembre del 2010, precisamente el día que
la cantante iniciaba en Montreal su gira mundial, mientras el jugador se
encontraba en Barcelona.
La prensa
del corazón
Tantos días
le pisaron los talones que en un momento determinado fueron descubiertos. El
representante de Piqué llegó a denunciar ante el club que el jugador estaba
siendo seguido por desconocidos. El propio jugador se lo comentó a
Guardiola. Para soslayar el asunto y que no se destapase el espionaje, Martorell
tuvo una gran idea: le dijo al representante del futbolista que, tras las
pesquisas que había hecho, los que le seguían eran de la prensa del corazón
y le prometió que controlaría el tema y que se ocuparía de su seguridad.
Las andanzas
de Ronaldinho y Deco en Castelldefels también fueron plasmadas en varios
seguimientos. Los jugadores, que vivían en una urbanización de esta localidad,
tenían sus restaurantes preferidos dentro de la misma y también frecuentaban
la zona de copas Port Ginesta, en el puerto deportivo, de acceso
restringido. Allí, frecuentaban varios locales, pero, preferentemente, los que
eran propiedad de un amigo del astro brasileño que también tiene un restaurante
en la localidad. A pesar de que el futbolista disponía de un reservado en su
discoteca favorita, separado del resto del local por una cortina, no resistía
la tentación de hacerse ver... y notar, puesto que no dudaba en bailar en la
pista, hablar con la gente o incluso cantar.
Las juergas
de Ronaldinho, que iba acompañado casi siempre por su hermano, su
chófer-guardaespaldas y algunos amigos, duraban hasta bien entrada la
madrugada. Precisamente el control a Messi pudo deberse a su
acercamiento, durante una temporada, al grupo de Ronaldinho, por lo que querían
evitar que siguiese sus pasos nocturnos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario