Residuos sólidos en el área metropolitana de Buenos Aires: La necesidad de una gestión integral en el marco del paradigma ambiental
I. Introducción
La gestión de los residuos sólidos constituye uno de los mayores desafíos urbanos en los tiempos actuales. Diversos aspectos sociales, económicos y ecológicos convergen en esta problemática, demandando una intervención estatal que permita afrontar simultáneamente los conflictos que se suscitan, así como también dar respuesta a los riesgos que se generan en términos de calidad ambiental y, particularmente, de salud pública.
La sustentabilidad del desarrollo y el afianzamiento del paradigma ambiental, consagrados por la Constitución Nacional en el art. 41 y reconocidos internacionalmente a partir de la Declaración de Río sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo del año 1992, resultan fundamentales para la efectiva vigencia de los derechos humanos; por lo que exigen promover cambios culturales y políticos con miras a incorporar la dimensión ambiental como parte estructural de las políticas a implementarse.
En tal sentido, es preciso que la gestión de los residuos ocupe un lugar central en la agenda de las autoridades públicas, así como también que el sector privado y las organizaciones intermedias aúnen esfuerzos en una estrategia común que posibilite revertir las inadecuadas prácticas vigentes en la materia.
II. Residuos sólidos en el área metropolitana de Buenos Aires
En el área metropolitana de Buenos Aires (AMBA), donde habitan más de trece millones de personas, se generan unas 17.000 toneladas de residuos por día. La mayoría de ellos son enviados a los rellenos sanitarios de la Coordinación Ecológica Área Metropolitana Sociedad del Estado (CEAMSE). Otra fracción se deposita en basurales a cielo abierto, algunos clandestinos y otros gestionados por municipios. Finalmente, un pequeño porcentaje es reciclado y puesto nuevamente en el circuito productivo, esencialmente gracias al trabajo de recicladores informales y algunas pocas plantas de tratamiento.
Este es el modo en que se han gestionado durante los últimos treinta y tres años los residuos de esta gran área: recolección domiciliaria, transporte a rellenos sanitarios o basurales y posterior enterramiento.
Es un modelo lineal de gestión, que aleja de los domicilios y lugares de generación a los residuos y los acumula, para siempre, en grandes instalaciones de disposición final. Esta forma se basa en un paradigma que se ha revelado insustentable.
Los rellenos sanitarios del AMBA están cerca de finalizar su vida útil, en pocos años ya no podrán continuar recibiendo la cantidad actual de residuos, situación agravada por el enérgico rechazo por parte de la población que despierta cada propuesta de apertura de nuevos rellenos.
Ante este escenario crítico, las autoridades evalúan la ampliación de las instalaciones existentes, y se planea hacerlo en terrenos cercanos al actual Relleno Sanitario Norte III, pertenecientes a Campo de Mayo, propiedad del Estado Nacional.
III. La gestión de los residuos en el marco del paradigma ambiental
Hoy sabemos que existen otros modelos para lograr la sustentabilidad de la gestión de los residuos. Es importante destacar que se trata de modelos que están establecidos normativamente por las leyes de presupuestos mínimos de Gestión de Residuos Domiciliarios (Nº 25.916) y de Residuos Industriales y de Actividades de Servicios (Nº 25.612), e incluso en las leyes sectoriales locales N° 13.592, de la provincia de Buenos Aires, y N° 1854, de la ciudad homónima.
La gestión integral de residuos excede al mero hecho de sacarlos de la ciudad y llevarlos a depósitos controlados. Exige la organización de recursos normativos, económicos y técnicos para abordar una serie de actividades complementarias que permitan reducir la generación de residuos, separarlos al momento de su generación en diferentes fracciones, dar a cada tipo un tratamiento adecuado privilegiando su reciclaje o su compostado y asegurar en cada etapa que las actividades se realicen de modo tal que se eviten o minimicen los impactos ambientales negativos.
Ello requiere planificar acciones respecto a su generación, disposición inicial, recolección, transporte, transferencia, tratamiento y disposición final. Etapas que corresponde articular de un modo coherente, contemplando su interdependencia y complementariedad.
Incursionar en ellas de un modo aislado e inconexo es una garantía de fracaso. Por tales motivos, construir nuevos centros de dispo(*) sición final o promover instalaciones para la incineración u otros tipos de tratamientos térmicos sin compromisos políticos, normativos y presupuestarios firmes y creíbles que tiendan al establecimiento de un sistema metropolitano de gestión integral sería un error estratégico, que tendería a perpetuar una gestión insustentable.
Sin perjuicio de actuar sobre los síntomas más visibles de la problemática, resulta indispensable adoptar medidas en relación
a las causas que conducen a los conflictosactuales.
Asimismo, es vital comprender la dinámica regional de la temática. Los residuos, al igual que el transporte, las cuencas hídricas y el uso del suelo, entre otros, son un problema que excede a las jurisdicciones locales y requieren un abordaje metropolitano, del que participen todos los niveles de gobierno: elEstado Nacional, la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, la Provincia de Buenos Aires y los municipios de la región.
En el sentido descripto, los acuerdos interjurisdiccionales (cfme. art. 125 CN) resultan una vía adecuada para formular un proyecto de largo plazo. Sin soslayar el carácter eminentemente local de la temática, es preciso reconocer que la envergadura del reto demanda propiciar sinergias entre todas las partes involucradas, sin perjuiciode las responsabilidades diferenciadas quele competen a cada una de ellas.
IV. Criterios para una gestión integral de los residuos en el AMBA
Recientemente, en el marco de la ejecución de la sentencia de la “causa Matanza Riachuelo” (fallos 331:1622), la Autoridad de Cuenca (ACUMAR) convocó a una audiencia pública donde se presentó el Plan Maestro de Gestión Integral de Residuos Sólidos Urbanos de la cuenca. La Defensoría del Pueblo de la Nación expresó allí un conjunto de criterios que creemos deberían guiar una política metropolitana de gestión integral. En dicha ocasión expresamos que los Estados responsables deberían adoptar medidas que permitan contar con:
Riachuelo” (fallos 331:1622), la Autoridad de Cuenca (ACUMAR) convocó a una audiencia pública donde se presentó el Plan Maestro de Gestión Integral de Residuos Sólidos Urbanos de la cuenca. La Defensoría del Pueblo de la Nación expresó allí un conjunto de criterios que creemos deberían guiar una política metropolitana de gestión integral. En dicha ocasión expresamos que los Estados responsables deberían adoptar medidas quepermitan contar con:
1. un plan que sea elaborado previa evaluación ambiental estratégica con participación social;
2. un sistema de cobertura universal, que tenga capacidad para minimizar la generación de residuos y que cumpla con las siguientes condiciones:
a) se base en la separación en origen y el reciclado,
b) contemple la recolección diferenciada de los residuos,
c) no realice la disposición final sin antes haber agotado las etapas previas de gestión,
d) cuente con información de gestión y financiera abierta, transparente y auditada que permita a todas las partes evaluar su eficiencia y eficacia.
Para ello, entendemos que debe llevarse adelante una política de gestión integral en la cual necesariamente participen de manera coordinada las diferentes jurisdicciones, tanto generadoras como receptoras. Política que debe caracterizarse por el seguimiento de las directrices emanadas de las leyes vigentes en la materia y por promover las siguientes orientaciones:
1. Reducir la cantidad de residuos generados en el área metropolitana, estableciendo programas específicos que prevean normas sobre envases, responsabilidad del productor, incentivos para el compostaje u otros pertinentes.
2. Poner especial atención en la educación ambiental relacionada a la gestión integral de residuos, como instrumento de transformación cultural.
3. Implementar de modo obligatorio la disposición inicial selectiva o separación en origen para la totalidad de la población y los generadores especiales de residuos domiciliarios, tal como lo establece la legislación nacional, provincial y de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
4. Adaptar los servicios municipales cubriendo la totalidad del área metropolitana con servicios de recolección diferenciada. A este fin, es necesario establecer compromisos firmes de planificación, organización y financiamiento.
5. Reglamentar el flujo de cada corriente de residuos, con el fin de asegurar el tratamiento adecuado para cada fracción de residuos recolectada.
6. Dar prioridad a la reutilización, el reciclado y el compostaje o digestión de los residuos orgánicos y, en ese sentido, dar el tratamiento adecuado a la totalidad de cada fracción de residuos recolectados.
7. Garantizar que la fracción de residuos que quede como rechazo luego del reciclado o compostaje tenga una disposición finaladecuada, en base a tecnologías previamente autorizadas mediante evaluación de su
impacto ambiental con participación ciudadana habiéndose garantizado el acceso a la información ambiental.
V. A modo de conclusión
La situación actual de los residuos en el área metropolitana de Buenos Aires es por demás compleja. Una gestión obsoleta de los mismos ha conducido a la emergencia de numerosos conflictos, produciéndose en ocasiones la vulneración de los derechos a gozar de un ambiente sano, a la salud, a la calidad de vida y otros derechos relacionados.
En consecuencia, urge adoptar las medidas necesarias para que, en el marco del paradigma ambiental y de la sustentabilidad del desarrollo, se garantice la efectiva vigencia de los derechos humanos de la población.
Las leyes de presupuestos mínimos y las normas locales complementarias vigentes contemplan los aspectos medulares de la problemática, por lo que brindan un marco jurídico adecuado para llevar adelante políticas públicas de intervención en la
materia.
En el sentido descripto, un compromiso que ponga el acento en la minimización y la separación, en lugar de hacerlo en la disposición final, permitirá abordar con una nueva perspectiva los principales problemas que enfrenta el actual sistema: la generación creciente de residuos, los enormes costos de transporte y el derroche de recursos naturales reciclables y de nutrientes, entre otros.
Pero, sobre todo, una política clara en este sentido permitirá revertir la situación injusta por la cual las poblaciones cercanas a los rellenos sanitarios subsidian, con su salud y su integridad, los verdaderos costos de gestionar los residuos que todos generamos.
La gestión de los residuos sólidos constituye uno de los mayores desafíos urbanos en los tiempos actuales. Diversos aspectos sociales, económicos y ecológicos convergen en esta problemática, demandando una intervención estatal que permita afrontar simultáneamente los conflictos que se suscitan, así como también dar respuesta a los riesgos que se generan en términos de calidad ambiental y, particularmente, de salud pública.
La sustentabilidad del desarrollo y el afianzamiento del paradigma ambiental, consagrados por la Constitución Nacional en el art. 41 y reconocidos internacionalmente a partir de la Declaración de Río sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo del año 1992, resultan fundamentales para la efectiva vigencia de los derechos humanos; por lo que exigen promover cambios culturales y políticos con miras a incorporar la dimensión ambiental como parte estructural de las políticas a implementarse.
En tal sentido, es preciso que la gestión de los residuos ocupe un lugar central en la agenda de las autoridades públicas, así como también que el sector privado y las organizaciones intermedias aúnen esfuerzos en una estrategia común que posibilite revertir las inadecuadas prácticas vigentes en la materia.
II. Residuos sólidos en el área metropolitana de Buenos Aires
En el área metropolitana de Buenos Aires (AMBA), donde habitan más de trece millones de personas, se generan unas 17.000 toneladas de residuos por día. La mayoría de ellos son enviados a los rellenos sanitarios de la Coordinación Ecológica Área Metropolitana Sociedad del Estado (CEAMSE). Otra fracción se deposita en basurales a cielo abierto, algunos clandestinos y otros gestionados por municipios. Finalmente, un pequeño porcentaje es reciclado y puesto nuevamente en el circuito productivo, esencialmente gracias al trabajo de recicladores informales y algunas pocas plantas de tratamiento.
Este es el modo en que se han gestionado durante los últimos treinta y tres años los residuos de esta gran área: recolección domiciliaria, transporte a rellenos sanitarios o basurales y posterior enterramiento.
Es un modelo lineal de gestión, que aleja de los domicilios y lugares de generación a los residuos y los acumula, para siempre, en grandes instalaciones de disposición final. Esta forma se basa en un paradigma que se ha revelado insustentable.
Los rellenos sanitarios del AMBA están cerca de finalizar su vida útil, en pocos años ya no podrán continuar recibiendo la cantidad actual de residuos, situación agravada por el enérgico rechazo por parte de la población que despierta cada propuesta de apertura de nuevos rellenos.
Ante este escenario crítico, las autoridades evalúan la ampliación de las instalaciones existentes, y se planea hacerlo en terrenos cercanos al actual Relleno Sanitario Norte III, pertenecientes a Campo de Mayo, propiedad del Estado Nacional.
III. La gestión de los residuos en el marco del paradigma ambiental
Hoy sabemos que existen otros modelos para lograr la sustentabilidad de la gestión de los residuos. Es importante destacar que se trata de modelos que están establecidos normativamente por las leyes de presupuestos mínimos de Gestión de Residuos Domiciliarios (Nº 25.916) y de Residuos Industriales y de Actividades de Servicios (Nº 25.612), e incluso en las leyes sectoriales locales N° 13.592, de la provincia de Buenos Aires, y N° 1854, de la ciudad homónima.
La gestión integral de residuos excede al mero hecho de sacarlos de la ciudad y llevarlos a depósitos controlados. Exige la organización de recursos normativos, económicos y técnicos para abordar una serie de actividades complementarias que permitan reducir la generación de residuos, separarlos al momento de su generación en diferentes fracciones, dar a cada tipo un tratamiento adecuado privilegiando su reciclaje o su compostado y asegurar en cada etapa que las actividades se realicen de modo tal que se eviten o minimicen los impactos ambientales negativos.
Ello requiere planificar acciones respecto a su generación, disposición inicial, recolección, transporte, transferencia, tratamiento y disposición final. Etapas que corresponde articular de un modo coherente, contemplando su interdependencia y complementariedad.
Incursionar en ellas de un modo aislado e inconexo es una garantía de fracaso. Por tales motivos, construir nuevos centros de dispo(*) sición final o promover instalaciones para la incineración u otros tipos de tratamientos térmicos sin compromisos políticos, normativos y presupuestarios firmes y creíbles que tiendan al establecimiento de un sistema metropolitano de gestión integral sería un error estratégico, que tendería a perpetuar una gestión insustentable.
Sin perjuicio de actuar sobre los síntomas más visibles de la problemática, resulta indispensable adoptar medidas en relación
a las causas que conducen a los conflictosactuales.
Asimismo, es vital comprender la dinámica regional de la temática. Los residuos, al igual que el transporte, las cuencas hídricas y el uso del suelo, entre otros, son un problema que excede a las jurisdicciones locales y requieren un abordaje metropolitano, del que participen todos los niveles de gobierno: elEstado Nacional, la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, la Provincia de Buenos Aires y los municipios de la región.
En el sentido descripto, los acuerdos interjurisdiccionales (cfme. art. 125 CN) resultan una vía adecuada para formular un proyecto de largo plazo. Sin soslayar el carácter eminentemente local de la temática, es preciso reconocer que la envergadura del reto demanda propiciar sinergias entre todas las partes involucradas, sin perjuiciode las responsabilidades diferenciadas quele competen a cada una de ellas.
IV. Criterios para una gestión integral de los residuos en el AMBA
Recientemente, en el marco de la ejecución de la sentencia de la “causa Matanza Riachuelo” (fallos 331:1622), la Autoridad de Cuenca (ACUMAR) convocó a una audiencia pública donde se presentó el Plan Maestro de Gestión Integral de Residuos Sólidos Urbanos de la cuenca. La Defensoría del Pueblo de la Nación expresó allí un conjunto de criterios que creemos deberían guiar una política metropolitana de gestión integral. En dicha ocasión expresamos que los Estados responsables deberían adoptar medidas que permitan contar con:
Riachuelo” (fallos 331:1622), la Autoridad de Cuenca (ACUMAR) convocó a una audiencia pública donde se presentó el Plan Maestro de Gestión Integral de Residuos Sólidos Urbanos de la cuenca. La Defensoría del Pueblo de la Nación expresó allí un conjunto de criterios que creemos deberían guiar una política metropolitana de gestión integral. En dicha ocasión expresamos que los Estados responsables deberían adoptar medidas quepermitan contar con:
1. un plan que sea elaborado previa evaluación ambiental estratégica con participación social;
2. un sistema de cobertura universal, que tenga capacidad para minimizar la generación de residuos y que cumpla con las siguientes condiciones:
a) se base en la separación en origen y el reciclado,
b) contemple la recolección diferenciada de los residuos,
c) no realice la disposición final sin antes haber agotado las etapas previas de gestión,
d) cuente con información de gestión y financiera abierta, transparente y auditada que permita a todas las partes evaluar su eficiencia y eficacia.
Para ello, entendemos que debe llevarse adelante una política de gestión integral en la cual necesariamente participen de manera coordinada las diferentes jurisdicciones, tanto generadoras como receptoras. Política que debe caracterizarse por el seguimiento de las directrices emanadas de las leyes vigentes en la materia y por promover las siguientes orientaciones:
1. Reducir la cantidad de residuos generados en el área metropolitana, estableciendo programas específicos que prevean normas sobre envases, responsabilidad del productor, incentivos para el compostaje u otros pertinentes.
2. Poner especial atención en la educación ambiental relacionada a la gestión integral de residuos, como instrumento de transformación cultural.
3. Implementar de modo obligatorio la disposición inicial selectiva o separación en origen para la totalidad de la población y los generadores especiales de residuos domiciliarios, tal como lo establece la legislación nacional, provincial y de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
4. Adaptar los servicios municipales cubriendo la totalidad del área metropolitana con servicios de recolección diferenciada. A este fin, es necesario establecer compromisos firmes de planificación, organización y financiamiento.
5. Reglamentar el flujo de cada corriente de residuos, con el fin de asegurar el tratamiento adecuado para cada fracción de residuos recolectada.
6. Dar prioridad a la reutilización, el reciclado y el compostaje o digestión de los residuos orgánicos y, en ese sentido, dar el tratamiento adecuado a la totalidad de cada fracción de residuos recolectados.
7. Garantizar que la fracción de residuos que quede como rechazo luego del reciclado o compostaje tenga una disposición finaladecuada, en base a tecnologías previamente autorizadas mediante evaluación de su
impacto ambiental con participación ciudadana habiéndose garantizado el acceso a la información ambiental.
V. A modo de conclusión
La situación actual de los residuos en el área metropolitana de Buenos Aires es por demás compleja. Una gestión obsoleta de los mismos ha conducido a la emergencia de numerosos conflictos, produciéndose en ocasiones la vulneración de los derechos a gozar de un ambiente sano, a la salud, a la calidad de vida y otros derechos relacionados.
En consecuencia, urge adoptar las medidas necesarias para que, en el marco del paradigma ambiental y de la sustentabilidad del desarrollo, se garantice la efectiva vigencia de los derechos humanos de la población.
Las leyes de presupuestos mínimos y las normas locales complementarias vigentes contemplan los aspectos medulares de la problemática, por lo que brindan un marco jurídico adecuado para llevar adelante políticas públicas de intervención en la
materia.
En el sentido descripto, un compromiso que ponga el acento en la minimización y la separación, en lugar de hacerlo en la disposición final, permitirá abordar con una nueva perspectiva los principales problemas que enfrenta el actual sistema: la generación creciente de residuos, los enormes costos de transporte y el derroche de recursos naturales reciclables y de nutrientes, entre otros.
Pero, sobre todo, una política clara en este sentido permitirá revertir la situación injusta por la cual las poblaciones cercanas a los rellenos sanitarios subsidian, con su salud y su integridad, los verdaderos costos de gestionar los residuos que todos generamos.
Por: Anselmo A. Sella
Fuente: Fundación Ambiente y Recursos Naturales
Fuente: Fundación Ambiente y Recursos Naturales
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