martes, 11 de junio de 2013

ALCALÁ DE HENARES, web del Obispado aborda los derechos de los trabajadores



La web del Obispado de Alcalá crea una nueva sección para abordar los derechos de los trabajadores


«La ortodoxia exige la ortopraxis». Desde este presupuesto proponemos a nuestros  lectores algunos textos del Magisterio sobre los derechos de los trabajadores,  teniendo en cuenta que «por encima de los intereses o visiones parciales ha de colocarse el bien integral del hombre, creado a imagen de Dios y llamado  a un destino eterno. En Cristo se nos ha revelado  plenamente el amor de Dios  y la sublime dignidad del hombre». De hecho así  lo enseña el Papa Francisco, cuando explica que este momento de crisis, «no  consiste en una crisis sólo económica; no es una crisis cultural. Es una crisis del hombre: ¡lo que está en crisis es el hombre! ¡Y lo que puede resultar  destruido es el hombre!» (18-05-2013). Con esta perspectiva, que busca el  bien integral de la persona, y exige, por tanto, con la gracia de Dios, una  vida teologal integral, la tradición catequética nos pone en alerta a todos  – personal y socialmente –, y nos recuerda, con caridad y verdad, que «existen  “pecados que claman al cielo”. Claman al cielo: la sangre de Abel (cf Gn 4, 10); el pecado de los sodomitas (cf Gn 18, 20; 19, 13); el clamor del pueblo oprimido en Egipto (cf Ex 3, 7-10); el lamento del extranjero, de la viuda y el huérfano (cf Ex 22, 20-22); la injusticia para con el asalariado (cf Dt 24, 14-15; Jc 5, 4)» (Catecismo de la Iglesia Católica, n. 1867). Como se ve, todo de plena actualidad. (www.obispadoalcala.org/derechos-trabajadores.html)
«La Iglesia ha rechazado las ideologías totalitarias y ateas asociadas  en los tiempos modernos al “comunismo” o “socialismo”. Por otra parte, ha  rechazado en la práctica del “capitalismo” el individualismo y la primacía  absoluta de la ley de mercado sobre el trabajo humano (cf CA 10. 13. 44).  La regulación de la economía por la sola planificación centralizada pervierte  en su base los vínculos sociales; su regulación únicamente por la ley de mercado quebranta la justicia social, porque “existen numerosas necesidades humanas que no pueden ser satisfechas por el mercado” (CA 34). Es preciso promover una regulación razonable del mercado y de las iniciativas económicas, según una justa jerarquía de valores y con vistas al bien común» (Catecismo de la Iglesia Católica, n. 2425).
«Los derechos de los trabajadores, como todos los demás derechos, se basan en la naturaleza de la persona humana y en su dignidad trascendente. El Magisterio social de la Iglesia ha considerado oportuno enunciar algunos de ellos, indicando la conveniencia de su reconocimiento en los ordenamientos jurídicos: el derecho a una justa remuneración; el derecho al descanso; el derecho «a ambientes de trabajo y a procesos productivos que no comporten perjuicio a la salud física de los trabajadores y no dañen su integridad moral»; el derecho a que sea salvaguardada la propia personalidad en el lugar de trabajo, sin que sean «conculcados de ningún modo en la propia conciencia o en la propia dignidad»; el derecho a subsidios adecuados e indispensables para la subsistencia de los trabajadores desocupados y de sus familias; el derecho a la pensión, así como a la seguridad social para la vejez, la enfermedad y en caso de accidentes relacionados con la prestación laboral; el derecho a previsiones sociales vinculadas a la maternidad; el derecho a reunirse y a asociarse. Estos derechos son frecuentemente desatendidos, como confirman los tristes fenómenos del trabajo infraremunerado, sin garantías ni representación adecuadas. Con frecuencia sucede que las condiciones de trabajo para hombres, mujeres y niños, especialmente en los países en vías de desarrollo, son tan inhumanas que ofenden su dignidad y dañan su salud». (Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia, n. 301).

HASTA AQUI LA NOTICIA
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A PARTIR DE AQUI EL COMENTARIO

Creemos que es un actuación en la buena dirección desde el Obispado para desarmar a Pilar de IU y a la "banda de los cuatro" en sus manejos anticlericales infatiloides para ocultar su presunta conducta corrupta en otros asuntos.
Sin dejar de reconocer que en ámbito de actuación de la Iglesia son las almas no esta de mas que de cuando en cuando se acuerden de los asuntos que afectan al cuerpo social.

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