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LOS VERDES DE ALCALÁ DE HENARES |
La nueva UAB muestra la incapacidad del pensamiento noliberal y capitalista, negando a Josep Fontana y Jordi Nadal el título de doctor honoris causa
La ignorancia y la arrogancia de la nueva UAB neoliberal muestra, a las claras, su incapacidad de interpretar el mundo y de analizarlo. Ellos sólo saben gestionarlo, y mal, en beneficio de su amos.
Kaos. Cultura y Memoria Histórica | Para Kaos en la Red |
www.kaosenlared.net/noticia/nueva-uab-muestra-incapacidad-pensamiento-noliberal-capitalista-negand
Jordi Nadal y Josep Fontana
Un episodio de lucha de clases académica (y de desinformación sectaria) en la UAB
La Universidad Autónoma de Barcelona rechaza el nombramiento de doctores honoris causa a Josep Fontana y Jordi Nadal
Salvador López Arnal
No es una broma, dejamos atrás las fechas de finales de diciembre. Les
parecerá increíble pero es verdad. No es tampoco ninguna información,
recientemente descubierta, sobre alguna tropelía del franquismo en la
Universidad.
Según
algunas voces críticas, está, por una parte, el negativo peso de la
incorporación de las nuevas generaciones de profesores y, además, la
neta influencia del ex rector Carles Solà, ex candidato de Solidaridad
Catalana, la formación de Josep Laporta [2]. Nadal y Fontana son
vistos, por estos sectores, vivir para ver, como representantes… ¡de un
“marxismo españolista”! Como suena.
Así están las cosas
JOSÉ RAMÓN GINER 14/02/2011
Esta semana, hemos sabido que la Universidad Autónoma de Barcelona había negado el honoris causa
a los historiadores Jordi Nadal y Josep Fontana. Los profesores de las
facultades de Letras y Económicas consideraron que ninguno de los dos
historiadores reunía méritos suficientes para alcanzar la distinción.
Para quienes conozcan la trayectoria académica de Nadal y Fontana, la
decisión habrá resultado paradójica. No lo es tanto si consideramos el
momento actual de nuestra Universidad. El esfuerzo realizado para
convertirnos en una universidad de masas ha sido enorme, y se ha hecho a
costa de rebajar la calidad. Es probable que las cosas no pudieran
resolverse de otra manera, dada la realidad social del país. En
cualquier caso, carreras académicas como las de Nadal o Fontana serán
cada día menos frecuentes, porque no es lo que la sociedad demanda.
Cada vez que se difunde un informe Pisa, leemos decenas de artículos lamentando la situación en que se encuentra nuestra enseñanza. Para remediarlo, los articulistas nos proponen imitar los modelos que aplican las naciones mejor valoradas. Jamás nos dicen cómo podríamos llevar a cabo tal cosa. En contra de lo que suele pensarse, la enseñanza no es una técnica o un libro de instrucciones que puedan aplicarse aquí o allá, según convenga. La enseñanza de un país no puede ser distinta de la sociedad de ese país, de sus creencias, de sus valores, de sus expectativas. Y al día de hoy -digan lo que digan las ampulosas palabras de nuestros gobernantes-, el saber, la inteligencia, no están valorados entre nosotros. La sociedad tiene otras preferencias. Para comprobarlo, basta mirar a nuestro alrededor y extraer consecuencias.
A esta situación se ha llegado por diversos caminos, pero en todos ellos han sido los políticos son quienes más han trabajado para que tal cosa se produjera. Al político que ha hecho de su actividad una profesión, un modo de vida permanente, sólo le preocupa el corto plazo, aquello que puede reportarle un beneficio, es decir, unos votos, en las próximas elecciones. Lo que no entra dentro de este limitado horizonte, no se tiene en cuenta, se ignora, cuando no se combate por un interés partidista. Estas conductas son las que calan en la sociedad y se generalizan hasta que son aceptadas.
En la Comunidad Valenciana, podemos apreciar esto de un modo más acusado por su proximidad y abundancia. Acabamos de ver como la Universidad de Valencia ha debido concluir en solitario la edición de las obras completas de Luis Vives que comenzó veinte años atrás. El proyecto, iniciado en 1992, fue desechado por el Partido Popular en cuanto llegó al poder. A Eduardo Zaplana -que presumía de amistad íntima con el jesuita Batllori-, la figura de Vives no le resultaba de interés porque no iba a proporcionarle ningún voto. Mucho menos, la edición de sus obras. El político que despilfarró millones de euros en las empresas más descabelladas, no quiso malgastar unos miles en la edición de Vives.
Tampoco la figura de Rafael Altamira despierta el entusiasmo del Ayuntamiento de Alicante. Los intentos realizados por la comisión del Año Altamira para lograr la participación del Ayuntamiento, no han tenido resultado. A la propuesta de situar un busto del escritor frente al edificio de la Universidad de Alicante, que lleva su nombre, Miguel Valor ha dicho que la Concejalía de Cultura no tiene dinero. Un hombre que viajó a Egipto meses atrás para donar una escultura (?) de Víktor Ferrando, o que llena Las Cigarreras con cantantes, semana tras semana, no tiene dinero para honrar a Altamira. Así están las cosas.
La Facultad de Filosofía de la UAB rechaza otorgar el honoris causa a Fontana
Fuentes de la UAB han informado hoy a Efe de que la propuesta de conceder el doctorado honoris causa a Josep Fontana fue aprobada por el departamento de Historia Moderna y Contemporánea de esta universidad por 52 votos a favor y dos en blanco, una votación casi unánime que, sin embargo, no se ratificó cuando llegó a la Facultad de Filosofía y Letras.
El rechazo a Fontana llegó con la votación en la junta de la Facultad de Filosofía y Letras, una de las más potentes de la UAB, ya que congrega los estudios de Filosofía, Filología e Historia.
Una situación similar se dio con la candidatura del profesor Jordi Nadal al honoris causa, que también fue rechazada por el departamento de Economía e Historia Económica y ni siquiera llegó a ser votada por la junta de la facultad.
Nadal, considerado una autoridad en la historia del proceso de industrialización en España, es, al igual que Fontana, discípulo del historiador Jaume Vicens Vives y ambos son referentes internacionales en su ámbito de estudio.
Esta polémica se dio a conocer la semana pasada en un artículo publicado en el diario Ara, en el que los catedráticos de historia de la UAB Borja de Riquer y Jordi Maluquer, que propusieron las candidaturas de Fontana y Nadal, argumentaban que "la valía intelectual no siempre es el criterio dominante en nuestra universidad para decidir quién merece su reconocimiento".
"Se ve que la excelencia académica y científica no cuenta para aquellos que, como Jordi Nadal y Josep Fontana, han sido espíritus críticos e independientes y no han dejado de decir lo que piensan, aunque no guste a algunos", se indica en el citado artículo de opinión.
De Riquer y Maluquer sentencian que "realmente es lamentable que se tengan que escribir artículos explicando estas miserias, pero peor es darlas por buenas y callar".
También se preguntan si no será un "castigo" a Fontana y Nadal por haber abandonado hace unos años la UAB, de la que fueron profesores durante mucho tiempo, para ir a otras universidades catalanas.
Fuentes del rectorado de la UAB han lamentado la situación, pero han recordado que la votación para la concesión de los honoris causa ni siquiera ha llegado al consejo de gobierno de la universidad y que el sistema para escoger a los candidatos es el que es.
Rechazo en la UAB al honoris causa para Jordi Nadal y Josep Fontana
Profesores de la UAB han considerado que los historiadores Jordi Nadal y Josep Fontana
no merecen ser doctor honoris causa por esta universidad. Los
impulsores de las candidaturas, los también catedráticos en Historia
Borja de Riquer y Jordi Maluquer de Motes, denuncian “sectarismo
ideológico”, “envidias” e “ignorancia” detrás del rechazo. La situación
ha dejado perplejos a estos dos profesores y a buena parte de la
comunidad académica española.
Ambos lamentan que en la UAB no reconozcan a dos de los historiadores catalanes más relevantes de la actualidad, profesores de esta universidad durante muchos años y miembros fundacionales de ella. “Sólo encuentro una explicación: esto es la conjura de los necios, de la gente mediocre, envidiosa y sectaria que manda hoy en día en la universidad”, dice sin medias tintas De Riquer. “Nadal y Fontana merecen un reconocimiento en la UAB; su calidad y relevancia académica y científica son indiscutibles, su obra ha superado incluso a la de Vicens Vives”, añade Maluquer de Motes.
Cada vez que se difunde un informe Pisa, leemos decenas de artículos lamentando la situación en que se encuentra nuestra enseñanza. Para remediarlo, los articulistas nos proponen imitar los modelos que aplican las naciones mejor valoradas. Jamás nos dicen cómo podríamos llevar a cabo tal cosa. En contra de lo que suele pensarse, la enseñanza no es una técnica o un libro de instrucciones que puedan aplicarse aquí o allá, según convenga. La enseñanza de un país no puede ser distinta de la sociedad de ese país, de sus creencias, de sus valores, de sus expectativas. Y al día de hoy -digan lo que digan las ampulosas palabras de nuestros gobernantes-, el saber, la inteligencia, no están valorados entre nosotros. La sociedad tiene otras preferencias. Para comprobarlo, basta mirar a nuestro alrededor y extraer consecuencias.
A esta situación se ha llegado por diversos caminos, pero en todos ellos han sido los políticos son quienes más han trabajado para que tal cosa se produjera. Al político que ha hecho de su actividad una profesión, un modo de vida permanente, sólo le preocupa el corto plazo, aquello que puede reportarle un beneficio, es decir, unos votos, en las próximas elecciones. Lo que no entra dentro de este limitado horizonte, no se tiene en cuenta, se ignora, cuando no se combate por un interés partidista. Estas conductas son las que calan en la sociedad y se generalizan hasta que son aceptadas.
En la Comunidad Valenciana, podemos apreciar esto de un modo más acusado por su proximidad y abundancia. Acabamos de ver como la Universidad de Valencia ha debido concluir en solitario la edición de las obras completas de Luis Vives que comenzó veinte años atrás. El proyecto, iniciado en 1992, fue desechado por el Partido Popular en cuanto llegó al poder. A Eduardo Zaplana -que presumía de amistad íntima con el jesuita Batllori-, la figura de Vives no le resultaba de interés porque no iba a proporcionarle ningún voto. Mucho menos, la edición de sus obras. El político que despilfarró millones de euros en las empresas más descabelladas, no quiso malgastar unos miles en la edición de Vives.
Tampoco la figura de Rafael Altamira despierta el entusiasmo del Ayuntamiento de Alicante. Los intentos realizados por la comisión del Año Altamira para lograr la participación del Ayuntamiento, no han tenido resultado. A la propuesta de situar un busto del escritor frente al edificio de la Universidad de Alicante, que lleva su nombre, Miguel Valor ha dicho que la Concejalía de Cultura no tiene dinero. Un hombre que viajó a Egipto meses atrás para donar una escultura (?) de Víktor Ferrando, o que llena Las Cigarreras con cantantes, semana tras semana, no tiene dinero para honrar a Altamira. Así están las cosas.
La Facultad de Filosofía de la UAB rechaza otorgar el honoris causa a Fontana
EFE , Barcelona | 11/02/2011
La
junta de gobierno de la Facultad de Filosofía y Letras de la
Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) ha rechazado otorgar el
doctorado honoris causa al historiador Josep Fontana, una de las máximas
personalidades de la historiografía catalana actual junto con Martí de
Riquer.Fuentes de la UAB han informado hoy a Efe de que la propuesta de conceder el doctorado honoris causa a Josep Fontana fue aprobada por el departamento de Historia Moderna y Contemporánea de esta universidad por 52 votos a favor y dos en blanco, una votación casi unánime que, sin embargo, no se ratificó cuando llegó a la Facultad de Filosofía y Letras.
El rechazo a Fontana llegó con la votación en la junta de la Facultad de Filosofía y Letras, una de las más potentes de la UAB, ya que congrega los estudios de Filosofía, Filología e Historia.
Una situación similar se dio con la candidatura del profesor Jordi Nadal al honoris causa, que también fue rechazada por el departamento de Economía e Historia Económica y ni siquiera llegó a ser votada por la junta de la facultad.
Nadal, considerado una autoridad en la historia del proceso de industrialización en España, es, al igual que Fontana, discípulo del historiador Jaume Vicens Vives y ambos son referentes internacionales en su ámbito de estudio.
Esta polémica se dio a conocer la semana pasada en un artículo publicado en el diario Ara, en el que los catedráticos de historia de la UAB Borja de Riquer y Jordi Maluquer, que propusieron las candidaturas de Fontana y Nadal, argumentaban que "la valía intelectual no siempre es el criterio dominante en nuestra universidad para decidir quién merece su reconocimiento".
"Se ve que la excelencia académica y científica no cuenta para aquellos que, como Jordi Nadal y Josep Fontana, han sido espíritus críticos e independientes y no han dejado de decir lo que piensan, aunque no guste a algunos", se indica en el citado artículo de opinión.
De Riquer y Maluquer sentencian que "realmente es lamentable que se tengan que escribir artículos explicando estas miserias, pero peor es darlas por buenas y callar".
También se preguntan si no será un "castigo" a Fontana y Nadal por haber abandonado hace unos años la UAB, de la que fueron profesores durante mucho tiempo, para ir a otras universidades catalanas.
Fuentes del rectorado de la UAB han lamentado la situación, pero han recordado que la votación para la concesión de los honoris causa ni siquiera ha llegado al consejo de gobierno de la universidad y que el sistema para escoger a los candidatos es el que es.
Rechazo en la UAB al honoris causa para Jordi Nadal y Josep Fontana
Borja de Riquer y Jordi Maluquer, los impulsores, denuncian "sectarismo"
Ambos lamentan que en la UAB no reconozcan a dos de los historiadores catalanes más relevantes de la actualidad, profesores de esta universidad durante muchos años y miembros fundacionales de ella. “Sólo encuentro una explicación: esto es la conjura de los necios, de la gente mediocre, envidiosa y sectaria que manda hoy en día en la universidad”, dice sin medias tintas De Riquer. “Nadal y Fontana merecen un reconocimiento en la UAB; su calidad y relevancia académica y científica son indiscutibles, su obra ha superado incluso a la de Vicens Vives”, añade Maluquer de Motes.
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