Marine Le Pen se alza como la esperanza de la juventud y los obreros franceses
Marine Le Pen y su padre, Jean-Marie, han tomado los mandos de la segunda locomotora europea, pero para dirigir el tren desde el vagón de cola y acelerar en dirección contraria a la conductora alemana. Las mesas de debate de las televisiones francesas eran anoche niágaras de lagrimones vertidos por los representantes políticos del establishment -derecha, centro, izquierda y extrema izquierda- que no encontraban nuevos argumentos para explicar lo que se veía venir desde el lepenazo de 2002, cuando el ogro Le Pen eliminó al socialista Lionel Jospin en la primera vuelta de las presidenciales.
Antes y después de esa fecha, esos mismos representantes de la "elite", como dicen los Le Pen, acompañados en los coros por la prensa bienpensante y experta en la política del avestruz, encontraba un arma contra el FN: el vituperio y la descalificación no sólo de sus líderes -perfectamente lícito- sino, más grave, insulto y desprecio a sus votantes.
Luis Rivas |
Antes y después de esa fecha, esos mismos representantes de la "elite", como dicen los Le Pen, acompañados en los coros por la prensa bienpensante y experta en la política del avestruz, encontraba un arma contra el FN: el vituperio y la descalificación no sólo de sus líderes -perfectamente lícito- sino, más grave, insulto y desprecio a sus votantes.
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