martes, 22 de julio de 2014

Alcalá de Henares:Alonso Guerrero candidato de Podemos a las elecciones autonómicas en la Comunidad de Madrid

Alonso Guerrero
No - El Digital de Madrid
Podemos Pablo Iglesias: El exmarido de Letizia podría ser el candidato de Podemos a las elecciones autonómicas en la Comunidad de Madrid
El resultado de las europeas no ha sido sorprendente, excepto para los que han perdido. Suele pasar. Más inauditas resultan las conclusiones a que después han llegado PP y PSOE. El PP dice que ha habido un problema de comunicación con el electorado. El PSOE va a limitarse a renovar las caras, no la política. Ninguno ha comprendido de qué va la cosa. Ninguno puede aportar soluciones, por una razón imposible de aceptar: tendrían que dejar de ser lo que son. Quien quiera ganar las próximas elecciones deberá reformar la ley hipotecaria, la ley del aborto, tendrá que hacer la justicia accesible a quien la necesita y devolver a la gente normal lo que el Gobierno le ha quitado para dárselo a los bancos, además de mandar a la papelera la reforma laboral. Sencillo, ¿no?

En cuanto a Europa, es una pantomima. La han convertido en una tierra de desigualdades. Quien retome el proyecto de hacer de ella una reserva de justicia social ganará las elecciones. Es eso, no los movimientos de capital, ni la competencia con China, lo que anhelan los europeos. A partir de aquí, cualquier promesa del PP y del PSOE será mentira. El llamado orden constitucional no corre peligro, como el señor Floriano repite. Es el diseño de ese orden, impuesto por su partido lo que está al borde de la extinción. Me da la impresión de que el fenómeno es imparable, de que los partidos tradicionales han empezado a disolverse en sus propias mentiras.

No se trata ya de cambios en la estrategia política, sino de medidas para que los que votan puedan vivir vidas normales, no vidas de Carpantas. Es evidente que en España hay más pobres que ricos. Un hombre, un voto. Ese es el problema que para los dos grandes partidos tiene la democracia. Qué pena. El triunfo de Podemos no es producto de la esperanza, sino del asco. Puede que también engañen a todo el mundo. Se verá si consiguen un porcentaje suficiente en el Parlamento. Puede que el sistema se los coma. Hasta que eso ocurra, la gente ha encontrado el hilo de Ariadna en este laberinto. A los que no lo vean, no les quedará otra cosa que pactar para mantener la estabilidad y el estado de derecho. O convocar primarias.

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