El asunto del alcalde de Brunete me ha traído a la memoria un episodio similar ocurrido en Alcalá de Henares y protagonizado por la sindicalista Manuela Cabado.
En efecto poco tiempo después de la privatizacion del servicios de aguas, una demostrada traición de Manuela a sus compañeros del Parque Municipal de Servicios, y a los trabajadores municipales en general, nos reunimos en la cafetería La Alcalaína para hablar sobre mi futuro profesional en el Ayuntamiento de Alcalá de Henares.
Manuela afirmó ser la portavoz autorizada de Bartolome Gonzalez y de la antigua UTE Aguas de Alcalá para ofecerme un destino tranquilo y bien remunerado en una población costera.
Después de reunirme con el gerente de la antigua UTE Aguas de Alcalá quien rechazó de plano la existencia de tal oferta pedí explicaciones a Manuela en una tensa reunión en el restaurante Verdalia, en presencia de Ángel Corral y Marta Mejias; Manuela se presentó tarde a la reunión y visiblemente irritada me dijo que le había pedido mi cabeza a Marta Viñuelas y que se la había concedido, presuntamente claro.
Poco tiempo despues se inició una informacion reservada sobre a instancias de Manuela, presuntamente claro.
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