Gerente de conocimiento y transformación organizativa, PRISA
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Publicado 6 diciembre 2014
El incidente de Ferguson ha puesto al descubierto una herida que continúa sin cicatrizar en el corazón de la república estadounidense. Un corte profundo que sangra abundantemente pese a los esfuerzos del Gobierno federal y resto de instituciones políticas, educativas y económicas por ocultarlo tras las vendas de unos mitos reconciliadores durante los últimos 45 años.
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