Xavier Fontdeglòria
04/03/2017
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Brasil se ha convertido en los últimos dos años en el principal beneficiario de las abundantes líneas de crédito de los bancos institucionales chinos. Vayan directamente al Estado o a empresas públicas, Pekín otorgó el año pasado préstamos por valor de 15.000 millones de dólares, un máximo histórico que coincidió con uno de los años más convulsos en lo político y lo económico en el país latinoamericano. La fuerte inyección en 2016, junto a la realizada el año anterior, sitúa a Brasil como el segundo mayor prestatario de China en la región después de Venezuela, que en los últimos años había acaparado el flujo de dinero del gigante asiático hacia América Latina.
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