3/10/2018
Joaquín Gil
José María Irujo
|
Francisco Menéndez comió entre 2012 y 2016 más de 500 veces con comisarios, magistrados de la Audiencia Nacional, fiscales y empresarios. En un reservado del restaurante madrileño Casa Piluca, este abogado escuchó centenares de confidencias y chismorreos de alto voltaje judicial y político. Confesiones que se registraron en la grabadora del comisario José Villarejo. Un asiduo a estos encuentros que se estiraban hasta las ocho de la tarde entre whisky y habanos.
La cuenta corría siempre a cargo de Menéndez. Un hombre que puso a la Fiscalía Anticorrupción sobre la pista para arrestar el pasado noviembre al policía más controvertido de España, según fuentes de la investigación del caso Tándem, que indaga una red dirigida por Villarejo, imputado por organización criminal, cohecho y blanqueo de capitales.
No hay comentarios:
Publicar un comentario