19/3/2019 Andrea Mármol |
Convendría aclarar que el hecho de que deba ser la Junta Electoral el árbitro responsable de que las instituciones públicas catalanas no estén pobladas de lazos amarillos, es antes un motivo para la desazón que para la alegría, aun conviniendo que se trata de una buena noticia que una resolución judicial ratifique lo que es de sentido común. No es solo que la restricción de la propaganda separatista se circunscriba a la coyuntura electoral, circunstancia que valida la vocación de permanencia de símbolos excluyentes que pretende Joaquim Torra en la Generalitat y en las consejerías y, en consecuencia, la idea extendida más allá del nacionalismo que sustituye a Cataluña por el independentismo. Seguir leyendo>>
"Quim Torra es un pobre hombre que no debe de saber por qué está aquí"
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