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| EFE 20/12/2020 |
"Pero en Nochebuena no podéis ser más de seis": indignación por el concierto masivo de Raphael en Madrid que Ayuso justifica.
Ni la pandemia ha podido impedir que el cantante español Raphael volviese por Navidad, un año más, al principal escenario de Madrid, en esta ocasión para celebrar este sábado los 60 años de carrera, un concierto con todo vendido y 5.000 asistentes e invitados de primer nivel, como los compañeros de profesión Manuel Carrasco y Pablo López.
Desde que el pasado mes de marzo estas mismas gradas del Wizink Center de la capital recibieran a 10.000 almas para disfrutar del dúo español Camela, ningún otro evento musical en España había recibido a tanto público, eso sí, con todas las medidas y precauciones sanitarias.
"Qué felicidad más grande tenerles enfrente. Esta noche es muy importante para mí y sé que para muchos de ustedes también, que esto empiece a rodar", certificó el protagonista de la noche ante un sentimiento generalizado y una panorámica del recinto que alentaba la esperanza de recuperar la normalidad de tiempos precedentes.
La excusa bien lo merecía, los 60 años de profesión del artista internacional, un aniversario que hace solo unas semanas motivó el lanzamiento del disco ‘Raphael 6.0’, en el que versiona con dúos de altura canciones ajenas igualmente míticas, como "Resistiré", "Se nos rompió el amor" o el "Me olvidé de vivir" que popularizó Julio Iglesias.
"¡Qué bonita noche! Muchas gracias. Y que el año que viene nos volvamos a ver con todo arreglado, ¡cuídense mucho!", así se despidió el artista. Pero, claro, la realidad que se vive en el país está muy lejos de ese deseo del cantante, que aboga por la salud de sus seguidores al mismo tiempo que les reúne en mas en un recinto cerrado. Para más inri, un día antes, en una entrevista en El Mundo, afirmaba esto contra la clase política: “Nos quejábamos de Trump , y fíjate lo que tenemos en España”.
A eso se le suma la crispación que existe porque las familias tan sólo van a poder reunirse de seis en seis y al ver que en el Wizink Center, por muchas medidas y precauciones que se tomasen, había 5.000 almas. Un doble rasero que está indignando a la población, que no se olvida de la Comunidad de Madrid tampoco en sus críticas por dejar que una cosa suceda y otra no. Seguir leyendo>>
Desde que el pasado mes de marzo estas mismas gradas del Wizink Center de la capital recibieran a 10.000 almas para disfrutar del dúo español Camela, ningún otro evento musical en España había recibido a tanto público, eso sí, con todas las medidas y precauciones sanitarias.
"Qué felicidad más grande tenerles enfrente. Esta noche es muy importante para mí y sé que para muchos de ustedes también, que esto empiece a rodar", certificó el protagonista de la noche ante un sentimiento generalizado y una panorámica del recinto que alentaba la esperanza de recuperar la normalidad de tiempos precedentes.
La excusa bien lo merecía, los 60 años de profesión del artista internacional, un aniversario que hace solo unas semanas motivó el lanzamiento del disco ‘Raphael 6.0’, en el que versiona con dúos de altura canciones ajenas igualmente míticas, como "Resistiré", "Se nos rompió el amor" o el "Me olvidé de vivir" que popularizó Julio Iglesias.
"¡Qué bonita noche! Muchas gracias. Y que el año que viene nos volvamos a ver con todo arreglado, ¡cuídense mucho!", así se despidió el artista. Pero, claro, la realidad que se vive en el país está muy lejos de ese deseo del cantante, que aboga por la salud de sus seguidores al mismo tiempo que les reúne en mas en un recinto cerrado. Para más inri, un día antes, en una entrevista en El Mundo, afirmaba esto contra la clase política: “Nos quejábamos de Trump , y fíjate lo que tenemos en España”.
A eso se le suma la crispación que existe porque las familias tan sólo van a poder reunirse de seis en seis y al ver que en el Wizink Center, por muchas medidas y precauciones que se tomasen, había 5.000 almas. Un doble rasero que está indignando a la población, que no se olvida de la Comunidad de Madrid tampoco en sus críticas por dejar que una cosa suceda y otra no. Seguir leyendo>>
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