20/02/2021 |
Noticia de Catalunya
ENFOQUE
Todavía no ha pasado una semana de las elecciones catalanas y parece que haya transcurrido casi un mes. La aceleración de los acontecimientos en este momento crítico de la sociedad provoca una curvatura del tiempo político.
Ningún acontecimiento soporta más de una semana bajo el foco obsesivo de los medios. La digestión de los resultados electorales en Catalunya se ha visto rápidamente solapada por las manifestaciones por la libertad del rapero Pablo Hasél, encarcelado el pasado lunes. El foco se centra ahora en las manifestaciones, en los graves incidentes en Barcelona, Madrid, València, Granada y otras ciudades, y en las tensiones dentro del Gobierno a propósito de la ambigua actitud de Unidas Podemos ante los disturbios. UP no ha alentado ningún acto de violencia, pero no ha querido, a fecha de hoy, efectuar declaraciones contundentes contra la condenable agresividad que está mostrando una parte de los manifestantes. La dirigente de este ámbito político que se ha pronunciado de manera más explícita al respecto ha sido la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau.
Existe un nexo entre las elecciones catalanas y las explosiones de rabia de estos últimos días. Este fin de semana va a ser duro. El nexo existe y lo comentamos en el vídeo-blog de esta semana.
ENFOQUE
Todavía no ha pasado una semana de las elecciones catalanas y parece que haya transcurrido casi un mes. La aceleración de los acontecimientos en este momento crítico de la sociedad provoca una curvatura del tiempo político.
Ningún acontecimiento soporta más de una semana bajo el foco obsesivo de los medios. La digestión de los resultados electorales en Catalunya se ha visto rápidamente solapada por las manifestaciones por la libertad del rapero Pablo Hasél, encarcelado el pasado lunes. El foco se centra ahora en las manifestaciones, en los graves incidentes en Barcelona, Madrid, València, Granada y otras ciudades, y en las tensiones dentro del Gobierno a propósito de la ambigua actitud de Unidas Podemos ante los disturbios. UP no ha alentado ningún acto de violencia, pero no ha querido, a fecha de hoy, efectuar declaraciones contundentes contra la condenable agresividad que está mostrando una parte de los manifestantes. La dirigente de este ámbito político que se ha pronunciado de manera más explícita al respecto ha sido la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau.
Existe un nexo entre las elecciones catalanas y las explosiones de rabia de estos últimos días. Este fin de semana va a ser duro. El nexo existe y lo comentamos en el vídeo-blog de esta semana.
- Escrutado el voto en el extranjero, las elecciones catalanas se han saldado con una abstención del 46,4%. (Participación del 53,6%). Un porcentaje muy significativo si recordamos que en las anteriores elecciones al Parlament fue a votar el 82% del censo.
- El independentismo se ha dejado más de 600.000 votos en casa, lo cual es un dato muy remarcable, si tenemos en cuenta la enorme cohesión emocional y política que en los últimos diez años ha demostrado el electorado favorable a la secesión. Con una mayor movilización, el independentismo hubiese logrado un resultado verdaderamente espectacular. Esa elevada abstención es un claro signo de fatiga
- La abstención ha sido escalofriante en los barrios y municipios del área metropolitana de Barcelona con un menor nivel de renta, donde es mayoritario el voto a los partidos contrarios o alejados del programa pro-independencia. Pese a esa abstención oceánica, el PSC ha conseguido ser el partido más votado en Catalunya, multiplicando casi por dos sus diputados. Ese buen resultado del PSC no ha supuesto la evaporación de los Comunes. La peor parte se la han llevado Ciudadanos y el Partido Popular, en favor de Vox. El cuadro ha cambiado de manera sustantiva .
- Más allá del miedo al contagio, la alta abstención en los dos campos es una señal clara de fatiga, desafección, desesperanza, irritación e incluso rabia anti-política. Catalizados por sectores juveniles, estos sentimientos se ven ahora reflejados en las manifestaciones y los incidentes de estos días.
- Las negociaciones postelectorales se presentan muy complicadas. No se sabe con exactitud cuál será la combinación de partidos gobernantes, pero muy probablemente el próximo presidente de la Generalitat será Pere Aragonès, de Esquerra Republicana. Dos van a ser sus tareas más inmediatas: dar certidumbre y confianza a una ciudadanía hoy desmoralizada.
- Es improbable una repetición de las elecciones. El independentismo no le regalará una segunda vuelta a Salvador Illa.
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