19/04/2021 Beatriz García |
La expresidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre y su marido vendieron en 2012 un Goya por cinco millones de euros sin declararlo Bien de Interés Cultural para ahorrarse el pago de impuestos, según relata Diario.es. El cuadro, un auténtico Goya que retrata a Valentín Belvís de Moncada y Pizarro, marqués de Villanueva del Duero y un antepasado del marido de la expresidenta, pertenecía a la familia de este y no estaba firmado, tal y como ocurre con muchas de sus obras.
El diplomático Íñigo Ramírez de Haro, cuñado de Aguirre, denunció al matrimonio por estafa, blanqueo, fraude y apropiación indebida al vender el cuadro cuando Aguirre todavía presidía la Comunidad de Madrid, que era competente para proteger el Goya como Bien Cultural.
En la denuncia que explica el diario.es, el cuñado de Aguirre manifiesta que, en diciembre de 2011, Esperanza Aguirre avisó a su familia política de que su marido estaba en quiebra por deudas con el Banco Santander. Según relata el periódico, Aguirre contó la situación a sus cuñados, y les pidió poder vender el cuadro para salvar la situación económica. La familia Ramírez de Haro que, aunque sospechaban la autenticidad del cuadro, no lo sabían con seguridad, aceptaron y les animaron a venderlo para salvar la mala situación por la que pasaba el matrimonio para después ajustar cuentas.
Según relata el diario, según la ley de Patrimonio Histórico Español, cuando aparece una obra así, las administraciones están obligadas a protegerla como bien de interés cultural, una competencia que queda transferida a las comunidades autónomas, por lo que son estas quienes deben llevar a cabo el trámite.
Un retrato del marqués de Villanueva del Duero
La pintura, que no está firmada como gran parte de la obra de Goya, es un retrato de Valentín Belvís de Moncada y Pizarro, marqués de Villanueva del Duero, teniente general del Ejército de Carlos IV y grande de España, y antepasado de la familia política de Aguirre. Este cuadro era propiedad de Ignacio Ramírez de Haro, el conde de Bornos, suegro de la expresidenta, que desconocía el valor del cuadro. Tras su muerte en 2010, la familia encargó un peritaje del cuadro para intentar conocer su autoría.
El diplomático Íñigo Ramírez de Haro, cuñado de Aguirre, denunció al matrimonio por estafa, blanqueo, fraude y apropiación indebida al vender el cuadro cuando Aguirre todavía presidía la Comunidad de Madrid, que era competente para proteger el Goya como Bien Cultural.
En la denuncia que explica el diario.es, el cuñado de Aguirre manifiesta que, en diciembre de 2011, Esperanza Aguirre avisó a su familia política de que su marido estaba en quiebra por deudas con el Banco Santander. Según relata el periódico, Aguirre contó la situación a sus cuñados, y les pidió poder vender el cuadro para salvar la situación económica. La familia Ramírez de Haro que, aunque sospechaban la autenticidad del cuadro, no lo sabían con seguridad, aceptaron y les animaron a venderlo para salvar la mala situación por la que pasaba el matrimonio para después ajustar cuentas.
Según relata el diario, según la ley de Patrimonio Histórico Español, cuando aparece una obra así, las administraciones están obligadas a protegerla como bien de interés cultural, una competencia que queda transferida a las comunidades autónomas, por lo que son estas quienes deben llevar a cabo el trámite.
Un retrato del marqués de Villanueva del Duero
La pintura, que no está firmada como gran parte de la obra de Goya, es un retrato de Valentín Belvís de Moncada y Pizarro, marqués de Villanueva del Duero, teniente general del Ejército de Carlos IV y grande de España, y antepasado de la familia política de Aguirre. Este cuadro era propiedad de Ignacio Ramírez de Haro, el conde de Bornos, suegro de la expresidenta, que desconocía el valor del cuadro. Tras su muerte en 2010, la familia encargó un peritaje del cuadro para intentar conocer su autoría.
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