25/09/2021 |
Más del 85% de los berlineses vive de alquiler.
Casi el 50% de los residentes de la capital están a favor de la medida,
Los precios se han incrementado un 90% respecto a niveles de 2009.
Fin de semana clave para el futuro de los residentes de Berlín. Este 26 de septiembre, alrededor de 2,5 millones de berlineses con derecho a voto están llamadas a la urnas para elegir al sucesor de la canciller Angela Merkel, los miembros del parlamento, su nuevo alcalde, los representantes de los 12 distritos de la capital alemana y decidir si el ayuntamiento expropia 240.000 viviendas a las grandes inmobiliarias.
El control de los precios de la vivienda, que experimenta una subida desenfrenada desde hace años que se ha agravado con la pandemia, es un problema al que se enfrentan muchos gobiernos, entre ellos el español. El caso de Alemania es muy significativo, más de la mitad de su población no son propietarios del piso en el que viven, y el de su capital todavía más. En Berlín, donde más del 85% de los berlineses vive de alquiler, los precios casi se han duplicado en los últimos cinco años, según un informe reciente de Deutsche Bank sobre el mercado inmobiliario, provocando la expulsión de las personas con rentas más bajas hacia los distritos periféricos.
Los desequilibrios en el precio y la oferta de la vivienda entre las grandes ciudades y las zonas rurales en Alemania son resultado de la inmigración interna, la llegada de trabajadores extranjeros y unos tipos de interés decrecientes y unos rendimientos del alquiler de un 4%, señala Jochen Möbert, analista de Deutsche Bank, al diario El País. Como consecuencia, el precio de los pisos se ha incrementado un 90% respecto a los niveles de 2009 y los alquileres casi se han duplicado.
Tras el rechazo del Tribunal Constitucional alemán a la ley que restringir el precio de los alquileres en la ciudad-estado de Berlín desde 2020 por ser contraria a la Constitución, este referéndum no vinculante es la respuesta de unos ciudadanos que se ven obligados a competir con más de 200 personas de media por un apartamento, lo que hace subir los precios mientras los sueldos son los mismos desde hace años. Tras meses de lucha, de recogidas de firmas y manifestaciones, los berlineses decidirán este fin de semana el futuro de las mayores inmobiliarias de Alemania con más de 3.000 pisos.
Si las predicciones se cumplen -las encuestas señalan que casi el 50% de los berlineses están a favor de esta iniciativa- empresas como Vonovia y Deutsche Wohnen, en alza en el mercado europeo, se verían obligadas a vender sus propiedades al gobierno de Berlín por un precio "equitativo". Los más críticos ven el coste de la expropiación como un problema, dado los niveles de endeudamiento de la capital alemana. El ayuntamiento de Berlín calcula que esta medida le costaría más de 35.000 millones de euros. Los activistas barajan cifras más bajas, no superaría los 11.000 millones, y desde la Asociación de Inquilinos proponen crear una entidad de derecho público con la que obtener financiación de los bancos con las viviendas y los alquileres como garantía. Estudios recientes sitúan la horquilla entre ambas cifras, entre 14.500 y 22.800 millones de euros.
La relevancia del referéndum traspasa las fronteras de Berlín, pues, dependiendo de su resultado, otras ciudades europeas que se enfrentan al aumento del precio de los alquileres podrían seguir su ejemplo.
"Municipalización" de viviendas
En un intento por devolver a los inquilinos la seguridad de que sus apartamentos permanecerán en el segmento de bajo coste, el ayuntamiento de Berlín, a través de las empresas municipales Degewo, Howoge y Berlinovo, ha acordado recientemente la compra 14.750 apartamentos a Vonovia y Deutsche Wohnen, dos mayores propietarios de Alemania, por un importe de 2.460 millones de euros.
Las dos compañías se comprometen además a limitar los aumentos de los alquileres hasta 2026, así como a construir 13.000 nuevos apartamentos para dar respuesta a la demanda de vivienda.
La venta de estas viviendas por parte de Vonovia y Deutsche Wohnen forma parte de su plan para crear un gigante de la vivienda con más de 500.000 unidades residenciales en el país germano, un proceso que el gobierno de Alemania vigila muy de cerca.
Cuestión de ámbito nacional
El problema con el control del precio de los alquileres no se reduce solo a Berlín sino que afecta a todo el país. Por ese motivo, era inevitable que la cuestión se colara en la agenda de los candidatos de los diferentes partidos políticos que se presentan a la cancillería.
Por un lado, los conservadores proponen construir más de 1,5 millones de viviendas hasta 2025 pero no hablan de limitar la subida de los precios. Mientras, el plan del SPD es construir 100.000 viviendas sociales al año y congelar los alquileres para evitar que superen el IPC. Por su parte, los liberales del FDP se muestran en contra de limitar el precio de los alquileres y apuestan por la compra de viviendas. Queda por ver cómo llevarían a cabo la limitación del precio de los alquileres los partidarios de esta medida, dado que es competencia federal.
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