| 25/10/2021 INMA CARRETERO |
El PSOE considera fundamental la presencia de Economía en la mesa para buscar un acuerdo con la patronal, los sindicatos y Bruselas.
PSOE y Unidas Podemos se van a ver este lunes por la tarde. Después de un fin de semana de mucho teléfono y antes de la reunión del Consejo de Ministros del martes, los representantes de PSOE y Unidas Podemos vuelven a reunirse esta tarde en la mesa de seguimiento del pacto que sostiene la coalición con un tema central sobre la mesa que disparó la tensión entre socios el viernes: la negociación de la derogación de la reforma laboral.
La jornada terminó definitivamente en viernes negro con la retirada del acta al diputado de Unidas Podemos Alberto Rodríguez y el anuncio de querella contra Meritxell Batet pero este asunto ha quedado desarticulado antes de la reunión, a pesar del profundo malestar que ha provocado. Ambas partes coinciden en que el gran motivo de discusión ahora es cómo será la negociación con los agentes sociales y económicos en la recta final para derogar la reforma laboral y quién llevará la voz cantante. El compromiso con Bruselas es que este asunto esté resuelto el 31 de diciembre.
La batuta del diálogo social la ha llevado hasta ahora el Ministerio de Trabajo, que desde hace siete meses negocia con sindicatos y empresarios en las reuniones que se celebran los miércoles. Pero la reforma laboral es un “asunto nuclear” y el PSOE ha pedido paso. Movió ficha Nadia Calviño y Pedro Sánchez la respaldó con absoluta claridad. “Somos el partido mayoritario del Gobierno y todo el mundo entiende, también los sindicatos, que estemos en esta negociación, es lo lógico”, sostienen fuentes del sector socialista, que defienden además que quieren propiciar un acuerdo del Ejecutivo, los sindicatos, la patronal y la Comisión Europea. Insisten en eso: en que todo lo que se acuerde tiene que tener luego el “beneplácito de Bruselas” y que para atar ese cabo es muy relevante que no sólo Yolanda Díaz dirija las conversaciones sino que Economía, con Nadia Calviño al frente, esté implicada directamente en las conversaciones.
Fuentes socialistas argumentan además que ha habido cargos de Unidas Podemos que han estado en las reuniones con los grupos parlamentarios sobre los Presupuestos Generales del Estado, que afectan al conjunto del Gobierno, y que la Ley de Vivienda, que es de un ministerio del PSOE, se ha negociado artículo por artículo con los socios minoritarios. En Trabajo, hasta ahora, se han negado a este formato porque entienden la mesa de diálogo social tienen que estar “los que tienen las competencias” y que ahí nunca ha estado Economía, en negociaciones que han llegado a buen puerto sobre el teletrabajo o los ERTE.
En Trabajo aseguran que ha habido coordinación en todas las negociación que han llegado a buen puerto, pero fuentes del sector socialista aseguran que se estaban “moviendo papeles” de los que no tenían constancia y eso fue lo que provocó que la vicepresidenta Nadia Calviño convocase una reunión, como número dos del Ejecutivo y coordinadora del área económica. “En absoluto esperábamos que provocase esa reacción en Podemos”, explican fuentes del sector socialista.
La respuesta de los morados la conocieron vía tuit de la líder de Podemos, Ione Belarra, apelando a la comisión de seguimiento de la coalición. Los ministros económicos, con Nadia Calviño a la cabeza, se enteraron a la salida de la reunión de la Comisión Delegada de Asuntos Económicos, en la que estaban Yolanda Díaz y Alberto Garzón y, circunstancialmente, también Ione Belarra, que defendía una propuesta de su ministerio. Según fuentes del ala socialista, ninguno comentó el asunto en la reunión.
Durante el fin de semana, ambas partes han buscado rebajar la tensión con llamadas entre Félix Bolaños y Yolanda Díaz y Adriana Lastra e Ione Belarra después de que el viernes se cruzaran “algunas líneas rojas”, según coinciden distintas fuentes del PSOE. También la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, ha estado hablando con los sindicatos para trasladar directamente cuál es la posición del PSOE, que insiste en que sí que quieren derogar la reforma laboral, pero que no pueden ser “convidados de piedra” en un asunto tan “trascendental y transversal” como es la regulación de las relaciones laborales en España.
“Injerencia” versus "Sobreactuación”
Lo que el viernes provocaba airadas respuestas de unos y otros se ve con más distancia pasados un par de días. De hecho, hay miembros del Gobierno del núcleo duro del presidente que ven cierta “sobreactuación” en sus socios, alimentada además, dicen, porque este fin de semana se celebraba el Congreso de Comisiones Obreras, en el que Yolanda Díaz se ha reivindicado como la dirigente que enterrará el marco laboral del Partido Popular. “En este momento no estamos discutiendo por las discrepancias de fondo, que las habrá”, sostienen fuentes del sector socialista. Para los morados, esto es una “injerencia”.
Y en lo que coinciden ambas partes es en que esto no es la antesala de una ruptura de la coalición que no interesa nadie. No interesa a Pedro Sánchez, que quiere estabilidad y consolidar la recuperación económica antes de llegar a las urnas y no le interesa a Yolanda Díaz, que necesita la plataforma del Gobierno para seguir lanzándose como candidata, cuando todavía no tiene definido cómo y con quién lo hará.
Durante el fin de semana, ambas partes han buscado rebajar la tensión con llamadas entre Félix Bolaños y Yolanda Díaz y Adriana Lastra e Ione Belarra después de que el viernes se cruzaran “algunas líneas rojas”, según coinciden distintas fuentes del PSOE. También la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, ha estado hablando con los sindicatos para trasladar directamente cuál es la posición del PSOE, que insiste en que sí que quieren derogar la reforma laboral, pero que no pueden ser “convidados de piedra” en un asunto tan “trascendental y transversal” como es la regulación de las relaciones laborales en España.
“Injerencia” versus "Sobreactuación”
Lo que el viernes provocaba airadas respuestas de unos y otros se ve con más distancia pasados un par de días. De hecho, hay miembros del Gobierno del núcleo duro del presidente que ven cierta “sobreactuación” en sus socios, alimentada además, dicen, porque este fin de semana se celebraba el Congreso de Comisiones Obreras, en el que Yolanda Díaz se ha reivindicado como la dirigente que enterrará el marco laboral del Partido Popular. “En este momento no estamos discutiendo por las discrepancias de fondo, que las habrá”, sostienen fuentes del sector socialista. Para los morados, esto es una “injerencia”.
Y en lo que coinciden ambas partes es en que esto no es la antesala de una ruptura de la coalición que no interesa nadie. No interesa a Pedro Sánchez, que quiere estabilidad y consolidar la recuperación económica antes de llegar a las urnas y no le interesa a Yolanda Díaz, que necesita la plataforma del Gobierno para seguir lanzándose como candidata, cuando todavía no tiene definido cómo y con quién lo hará.
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