28/11/2021 Ana Alonso |
El próximo 10 de diciembre se va a cumplir un año de un hecho histórico para Marruecos e Israel. Marruecos se convertía en el segundo país del norte de África, después de que lo hiciera Egipto en 1978, que reconocía al Estado de Israel. En agosto Emiratos Árabes Unidos y Bahréin habían firmado los Acuerdos de Abraham, bajo el amparo del presidente de Estados Unidos, Donald Trump. Abraham recordaba el origen común del islamismo y el judaísmo.
Marruecos logró gracias a este acercamiento a Israel una doble victoria: por un lado, ganaba un aliado fuerte para reforzarse de cara a su rivalidad con Argelia; y a la vez conseguía que Estados Unidos reconociera la marroquinidad del Sáhara. Y el actual presidente de EEUU, Joe Biden, no ha dado marcha atrás, para infortunio de los saharauis, dejados a su suerte más que nunca.
El secretario de Estado de EEUU, Antony Blinken, acaba de recibir en Washington al ministro marroquí de Exteriores, Nasser Bourita, que ha abogado por establecer «relaciones cada vez más fuertes», según informó Europa Press. Todo indica que la Administración Biden prefiere que Marruecos siga actuando como muro de contención de Argelia en el Magreb. Un Sáhara independiente sería un satélite de Argelia y un foco de inestabilidad más, a juicio de Washington. Seguir leyendo>>
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