25/07/2022 George Chaya |
Según autoridades europeas y estadounidenses el convenio de asistencia es violatorio de las sanciones impuestas al régimen persa. La esa situación adquiere centralidad para la administración Biden y constituye alta importancia ante las renovadas movilizaciones populares que -nuevamente- tienen lugar en Irán y están adquiriendo entidad de una gran protesta nacional que se ha disparado en todo el territorio de Irán y que amenaza el rígido control del poder que lleva adelante línea dura del régimen khomeinista.
La respuesta del gobierno iraní conducido por el líder supremo Ali Khamenei focalizó su esfuerzo de las últimas tres semanas en reprimir las masivas protestas como lo hizo siempre, a través de gases lacrimógenos, golpizas brutales y detenciones arbitrarias por parte de sus fuerzas de seguridad. Sin embargo, no ha tenido éxito en sofocar los reclamos populares y el régimen está fracasado en contener las movilizaciones en la mayoría de las ciudades de Irán. Es aquí es donde surge una información que ha llamado la atención de los gobiernos occidentales ya que en medio de las protestas, Teherán está avanzando en conversaciones con Beijing para fortalecer e impulsar sus organismos y sectores de seguridad; ello incluye al cuerpo del servicio secreto interior y las áreas militares de la Guardia Revolucionaria Islámica (IRGC por sus siglas en inglés). Seguir leyendo>>
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