“NOS PREOCUPAMOS CADA VEZ MÁS POR LOS OTROS”
La iniciativa solidaria que recauda dinero convirtiendo el vino en agua potable
Lavamanos en la ciudad de Adís Abeba. (Fundación Cuentasueños)
Héctor G. Barnés
18/01/2013
(06:00)
Apelando a aquella célebre parábola bíblica en la que Jesucristo convertía el agua en vino durante las bodas de Caná, aunque en sentido inverso, la Fundación Cuentasueños y las bodegas Muga
se han propuesto obrar el milagro y llevar agua potable a los más
desfavorecidos gracias al vino. El objetivo de la iniciativa puesta en
marcha por la Fundación Cuentasueños y Bodegas Muga es comercializar una
serie limitada de vinos exclusivos que, gracias al dinero recaudado,
permitirán financiar el proyecto de hacer llegar agua potable a la
barriada de Kechene, en Adís Abeba, capital de Etiopía. En Kechene hay
un gran número de asentamientos ilegales donde tan sólo el 15% de sus
habitantes tiene acceso a agua potable, lo que provoca el contagio de enfermedades como el cólera o la malaria.
El proyecto, que ha recibido el nombre del Club de los 300 por el número de socios con que cuenta, se puso en marcha el pasado año y ya ha cumplido casi sus objetivos. Como señala la directora de la Fundación Cuentasueños Ana Felgueira, se espera “poder realizar la entrega de fondos este mismo mes, aunque no sea toda la cantidad completa, para que se pueda poner en marcha el proyecto”. El dinero necesario, unos 49.000 euros, ha sido recaudado a partir de un vino diseñado especialmente para la ocasión, y que se llama “Flor Nueva” (la traducción de “Adís Abeba” en español).
Que la gente se interese por el que tiene al lado significa que cada vez nos preocupamos más por los demásSegún indica la información proporcionada por la bodega, dicha bebida, descrita como “innovadora por su composición”, está compuesta por “un 30% de mazuelo, un 25% de garnacha, un 20% de graciano, un 10% de maturana y un 15% de tempranillo”. Se trata del primer vino que Muga saca al mercado desde el año 2000. A día de hoy, aún quedan disponibles entre ocho y diez plazas por cubrir de las 300 de los socios. La inscripción supone la compra de seis botellas de este vino por 180 euros.
Tanto en África como en España
Un proyecto de este tipo plantea dos preguntas de radical importancia. La primera, si el contexto de crisis económica actual no esté provocando que nos olvidemos de los países más lejanos, en cuanto que asistimos en nuestro entorno inmediato a una pobreza que nos toca de más cerca, aunque en muchos casos sea aún invisible. La presidenta de la Fundación afirma a tal respecto que “el que la gente se preocupe más por lo cercano es inevitable y lógico. Lo más importante es la sensibilización, aunque creo que somos tantos españoles que hay suficientes personas para llegar a todo el planeta”.
Sin embargo, Folgueira matiza que comprobar de primera mano la situación del país le ha hecho comprender las diferencias que existen entre el Tercer Mundo y nuestro país. “Yo, que he viajado a África, puedo decir que cuando la gente lo pasa mal, lo pasa peor que aquí, porque no tienen cubiertas ni sus necesidades básicas, ni casa, ni agua potable, ni salud”, indica la presidenta de Cuentasueños. “Aquí al menos tenemos instituciones y redes familiares que nos ayudan. Pero que la gente se preocupe por el de al lado es perfecto, porque significa que la gente cada vez se está interesando con más frecuencia por ayudar a los demás”.
La segunda pregunta que surge, muy pertinente en este mes de enero, es si tras la campaña navideña, no nos olvidamos rápidamente de los más desfavorecidos. “Esperamos que no sea algo que se produzca sólo durante la campaña navideña, sino que se prolongue en otros momentos posteriores”, indica Felgueira. Aunque es obvio que esta época recién terminada es la más propicia para este tipo de campañas, y en la que la campaña ha gozado de una mayor difusión, finalizando casi por completo su financiación.
Nacimiento de un proyecto anual
Los proyectos llevados a cabo por el club de los 300 tendrán carácter anual. Precisamente este mes se cumple un año del arranque de la iniciativa etíope. “Por estas fechas, el año pasado, las Bodegas Muga se pusieron en contacto con nosotros porque querían hacer un proyecto de responsabilidad social corporativa, algo que fuese especial”, explica Ana Folgueira. “Ellos tenían claro que querían un proyecto de agua potable, algo relacionado con su actividad, así que nos pusimos a buscar proyectos que encajaran con lo que querían. Hemos trabajado en diferentes proyectos y finalmente encontramos este con AMREF”, siglas de la African Medical and Research Foundation. “Contamos a Muga los proyectos posibles y eligieron el que les tocaba más el corazón”.
Queríamos socios que garantizasen una cierta estabilidadEllo les condujo a uno de los suburbios de Adís Abeba, que fue visitada in situ por los miembros del equipo. “Fue la guinda del proceso que ya se había iniciado anteriormente”. Felgueira señala que esta organización cumplía los objetivos perseguidos, que era “evitar los problemas que pueden surgir, y que ofreciese la garantías de que el proyecto y el dinero iban a llegar a las manos adecuadas”. La cabeza pensante de la iniciativa es Gadissa Hailu, gerente del proyecto y director de Proyectos de Agua de AMREF.
Mirando al futuro
El club, sin embargo, se puso finalmente en marcha después del verano, y rápidamente se encontró a la mayor parte de los socios. “Ha sido bastante fácil encontrar a los 300, porque hemos tirado de nuestros contactos inmediatos, de los de la familia Muga, de la fundación Cuentasueños, etc”. Lo llamativo es, precisamente, ese proceso de selección en el que se ha buscado en primer lugar en los círculos más cercanos. ¿Por qué? “Principalmente, porque queríamos gente con sensibilidad y comprometida con estos asuntos, para que apuesten año tras año por los diferentes proyectos que hagamos, no socios que entrasen y saliesen de manera continuada. Que lo del vino fuese lo de menos, ya que por el producto ya están fidelizados”.
¿Qué le depara el futuro al club de los 300, es decir, qué están valorando para el presente año? “Tenemos varias alternativas”, indica Felgueira. “La primera es hacer algo precisamente en España, pero depende de que encontremos el proyecto adecuado y la organización que nos pueda ayudar en ello”.
El proyecto, que ha recibido el nombre del Club de los 300 por el número de socios con que cuenta, se puso en marcha el pasado año y ya ha cumplido casi sus objetivos. Como señala la directora de la Fundación Cuentasueños Ana Felgueira, se espera “poder realizar la entrega de fondos este mismo mes, aunque no sea toda la cantidad completa, para que se pueda poner en marcha el proyecto”. El dinero necesario, unos 49.000 euros, ha sido recaudado a partir de un vino diseñado especialmente para la ocasión, y que se llama “Flor Nueva” (la traducción de “Adís Abeba” en español).
Que la gente se interese por el que tiene al lado significa que cada vez nos preocupamos más por los demásSegún indica la información proporcionada por la bodega, dicha bebida, descrita como “innovadora por su composición”, está compuesta por “un 30% de mazuelo, un 25% de garnacha, un 20% de graciano, un 10% de maturana y un 15% de tempranillo”. Se trata del primer vino que Muga saca al mercado desde el año 2000. A día de hoy, aún quedan disponibles entre ocho y diez plazas por cubrir de las 300 de los socios. La inscripción supone la compra de seis botellas de este vino por 180 euros.
Tanto en África como en España
Un proyecto de este tipo plantea dos preguntas de radical importancia. La primera, si el contexto de crisis económica actual no esté provocando que nos olvidemos de los países más lejanos, en cuanto que asistimos en nuestro entorno inmediato a una pobreza que nos toca de más cerca, aunque en muchos casos sea aún invisible. La presidenta de la Fundación afirma a tal respecto que “el que la gente se preocupe más por lo cercano es inevitable y lógico. Lo más importante es la sensibilización, aunque creo que somos tantos españoles que hay suficientes personas para llegar a todo el planeta”.
Sin embargo, Folgueira matiza que comprobar de primera mano la situación del país le ha hecho comprender las diferencias que existen entre el Tercer Mundo y nuestro país. “Yo, que he viajado a África, puedo decir que cuando la gente lo pasa mal, lo pasa peor que aquí, porque no tienen cubiertas ni sus necesidades básicas, ni casa, ni agua potable, ni salud”, indica la presidenta de Cuentasueños. “Aquí al menos tenemos instituciones y redes familiares que nos ayudan. Pero que la gente se preocupe por el de al lado es perfecto, porque significa que la gente cada vez se está interesando con más frecuencia por ayudar a los demás”.
La segunda pregunta que surge, muy pertinente en este mes de enero, es si tras la campaña navideña, no nos olvidamos rápidamente de los más desfavorecidos. “Esperamos que no sea algo que se produzca sólo durante la campaña navideña, sino que se prolongue en otros momentos posteriores”, indica Felgueira. Aunque es obvio que esta época recién terminada es la más propicia para este tipo de campañas, y en la que la campaña ha gozado de una mayor difusión, finalizando casi por completo su financiación.
Nacimiento de un proyecto anual
Los proyectos llevados a cabo por el club de los 300 tendrán carácter anual. Precisamente este mes se cumple un año del arranque de la iniciativa etíope. “Por estas fechas, el año pasado, las Bodegas Muga se pusieron en contacto con nosotros porque querían hacer un proyecto de responsabilidad social corporativa, algo que fuese especial”, explica Ana Folgueira. “Ellos tenían claro que querían un proyecto de agua potable, algo relacionado con su actividad, así que nos pusimos a buscar proyectos que encajaran con lo que querían. Hemos trabajado en diferentes proyectos y finalmente encontramos este con AMREF”, siglas de la African Medical and Research Foundation. “Contamos a Muga los proyectos posibles y eligieron el que les tocaba más el corazón”.
Queríamos socios que garantizasen una cierta estabilidadEllo les condujo a uno de los suburbios de Adís Abeba, que fue visitada in situ por los miembros del equipo. “Fue la guinda del proceso que ya se había iniciado anteriormente”. Felgueira señala que esta organización cumplía los objetivos perseguidos, que era “evitar los problemas que pueden surgir, y que ofreciese la garantías de que el proyecto y el dinero iban a llegar a las manos adecuadas”. La cabeza pensante de la iniciativa es Gadissa Hailu, gerente del proyecto y director de Proyectos de Agua de AMREF.
Mirando al futuro
El club, sin embargo, se puso finalmente en marcha después del verano, y rápidamente se encontró a la mayor parte de los socios. “Ha sido bastante fácil encontrar a los 300, porque hemos tirado de nuestros contactos inmediatos, de los de la familia Muga, de la fundación Cuentasueños, etc”. Lo llamativo es, precisamente, ese proceso de selección en el que se ha buscado en primer lugar en los círculos más cercanos. ¿Por qué? “Principalmente, porque queríamos gente con sensibilidad y comprometida con estos asuntos, para que apuesten año tras año por los diferentes proyectos que hagamos, no socios que entrasen y saliesen de manera continuada. Que lo del vino fuese lo de menos, ya que por el producto ya están fidelizados”.
¿Qué le depara el futuro al club de los 300, es decir, qué están valorando para el presente año? “Tenemos varias alternativas”, indica Felgueira. “La primera es hacer algo precisamente en España, pero depende de que encontremos el proyecto adecuado y la organización que nos pueda ayudar en ello”.
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