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Los Verdes de Alcalá de Henares |
La disociación en la vida cotidiana
Recientemente escribí un post que titulé “La mujer proteica”
donde presentaba el caso de una muchacha con graves oscilaciones de la
identidad sexual y del peso. Este post sirvió para que algunos de mis
lectores escribieran lúcidos comentarios sobre la disociación. Escojo
algunos comentarios de Francisco Orengo probablemente uno de los
psiquiatras españoles que más saben sobre el asunto y la TID (trastorno
de identidad disociativa), la antigua personalidad múltiple.
En este sentido disociación (Spaltung según Freud) es:
Un mecanismo de defensa primordial que opera en la persona desde
etapas muy tempranas del desarrollo psicoevolutivo y que origina una
separación, una continua fractura entre diferentes estados yoicos de
manera que no hay un desarrollo integrado y sintético, sino fragmentario
y desagregado. Esta otra evolución “disociada”, “desagregada” como la
llamaba Janet, es un continuo ejercicio de separación de distintas
lineas de conductas caracterizadas por mantener en paralelo, sin apenas
tocarse -digamos-, conductas que reflejan una cosa y su contraria: por
ejemplo, papá es un crápula al que tengo terror pero le quiero mucho
porque és mi papá.
La disociación nos viene de serie y está íntimamente ligada a
lo humano y a nuestra epifanía vinculada a las ideas del bien y del
mal. Lo que nos hace humanos es esa dispocición a la dualidad y la
posibilidad de generar estados de superior nivel de definición que
resuelvan (o fracasen) en las fricciones dialécticas entre opuestos y
entre estados Yoicos opuestos. Es necesario recordar que estos estados
Yoicos o internos se corresponden con las mismas estrategias que
utilizamos para resolver pares antitéticos (dilemas) en la realidad
consciente, sólo cuando el par se hace irresoluble se interioriza como
tal y forma dos estados yoicos fragmentados. Dicho de otra manera: lo que podamos resolver en la realidad no se literalizará en nuestra carne.
Continua Orengo (en cursiva) diciendo:
En primer lugar porque el mecanismo, el recurso, el “modus
operandi”, la herramienta disociativa permite algo único y de enorme
valor adaptativo: que las dos experiencias psiquicas opuestas coexistan simultáneamente sin bloquear por completo el cerebro.
No hay que olvidar que en la infancia y, sobre todo en las experiencias
traumáticas continuadas, es la regla la coexistencia de la dualidad
antitética ” X ó Y son unos canallas pero les quiero (o tengo que
querer, o “estoy obligado a querer”) porque son mis padres etc.”.
Naturalmente esta coexistencia de dos opuestos, inconciliables en
términos normales (de logica formal), tiene un coste: la producción de
una habituación a este tipo de procesamiento disociado / tivo. Con el
tiempo, en los casos más graves, se constituye en un patrón conductual
generalizado y puede cristalizar finalmente en lo que llamamos un TID
(Dr. Jekill y Mr. Hyde).
Obviamente, también hay una ganancia extraordinaria disociando:
puedo conservar a mi papá e, incluso, amarlo, a pesar de que sea un
crápula, como probablemente hacemos todos con nuestras figuras de
referencia infantiles, solo que las personas normales no desagregamos
los estados yoicos (amor-odio), -la conocida ambivalencia que tiñe de
gris todas nuestras relaciones- sino que los integramos en una nueva
síntesis lo más creadora y realística posible .
Naturalmente, esto tiene un límite: cuando ese papá / mamá etc.
se empeñan en demostrar que no aman nada y pasan a ser unos
maltratadores reales tambien con un@mism@. A partir de ese momento, la
disociación se hace estructural y ya no es solo un mecanismo para
“desdoblar” la realidad externa, sino que pasa a ser un mecanismo de
desdoblamiento de la realidad interna. En ese momento se consagra en
cuerpo y alma, por así decir.
De esta manera, se constituyen los “estados yoicos” que actuan en
el sujeto de manera autónoma, trasladándonos sin compasión a los
extremos anoréxicos o bulímicos, depresivos o maniacos de la existencia.
Se crean estados bipolaroides, caracterizados por la alternancia y la circularidad. Por el retorno obligado de lo mismo.
Se trata de algo que ha sido más y mejor explorado por la literatura,
el cine o el arte en general que por la propia psiquiatría. En
realidad el término “personalidad múltiple” ha sido muy criticado en
nuestra especialidad (aunque la palabra esquizofrenia hace referencia a
esta escisión original) y lo cierto es que los TID son raros y dificiles
de identificar en una clinica que opere solo a través de una
observación fenomenológica. Muy probablemente porque los que
describieron el término y mejor lo estudiaron como Pierre Janet no
sabian que estaban describiendo un mecanismo fundacional en nuestra especie con dos hemisferios asimétricos
y no tanto una patologia especifica que sin embargo en sus versiones
más leves podemos encontrar de forma ubicua entre nuestros conocidos, en
la vida común, en nuestras relaciones sociales y cotidianas. De eso me
gustaria hablar: de esa ubicuidad.
Naturalmente la disociación generará patologia o no dependiendo de
qué elementos se disocien, pero no sólo de esa cualidad de opuestos en
ellos sino tambien del valor de supervivencia que se les adjudique. Si
lo que se disocia son ideas/emociones que no son amenazantes para la
vida, el individuo puede salir bien parado de ellas, el problema es
cuando lo que se disocia pertenece a proposiciones que son
contradictorias entre si y que amenazan la supervivencia, la
responsabilidad o la autoestima incluyendo el fitness.
Cuando dos clusters de ideas se encuentran disociadas
siempre tenemos oportunidad de alternarlas, de hacerlas periódicas o
secuenciales tal y como sucede en el trastorno bipolar o la oscilación
anorexia/obesidad. El problema sucede cuaando estos clusters
son irreconciliables desde el punto de vista lógico, son importantes de
cara a la vida y además el individuo es incapaz de encontrar una salida
abarcativa (síntesis) a la contradicción, tal y como conté en este post
sobre el aufheben hegeliano. Lo que sucede en estas situaciones es un colapso mental, el sujeto se rompe mentalmente.
Pero la mayor parte de las disociaciones que nos encontramos en la
vida común son mucho más sutiles y no atentan contra la salud mental de
los sujetos que la utilizan sin embargo muchas veces ciertas de esas
acitudes nos parecen incomprensibles, raras o ilógicas. Pondré ahora un
ejemplo y es seguro que usted podrá encontrar inmediatamente ejemplos
sacados de su vida cotidiana similares.
Todos hemos tenido la experiencia de tener a esa clase de amigos con
los que hemos mantenido relaciones estables durante mucho tiempo y con
los que hemos compartido contratiempos, dificultades, alegrias,
sinsabores y hemos compartido con ellos proyectos, diversiones
familiares, excursiones, viajes y salidas nocturnas. Y un buen dia
-cuando más los necesitamos- por la muerte o enfermedad de alguién el
amigo nos decepciona, nos abandona o no está a la altura de nuestras
expectativas.
Lo peor que usted puede hacer si esto le sucede es ajustar cuentas y
verbalizar la desilusión. Porque si lo hace corre el riesgo de que el
amigo saque a colación un catálogo de ofensas similares a las que usted
no habia dado ninguna importancia o quizá no habia reparado en ellas.
Las personas normales (las que no están demasiado disociadas) saldan
cuentas de esa manera: se ventilan los problemas, se sacan los colores
el uno al otro, se hacen reproches pero al poco tiempo -si la relación
tiene un fundamento propio-, las cosas se olvidan (nótese como funciona
la memoria no disociada) y todo vuelve al estado anterior.
Pero si usted tiene la mala suerte de tener un amigo disociado, el
ajuste de cuentas no se resolverá favorablemente sino que empeorará las
cosas y la amistad se romperá.
Pues en realidad su amigo no podrá integrar su reproche con su
conducta reprochada si afecta a algun cluster de disociación y tenderá
a:
- Abandonar el campo (la amistad)
- Rechazar o minusvalorar sus argumentos.
- Distanciarse de usted.
- Proyectar en usted toda clase de amenazas.
- Ponerle los cuernos con sus mejores amigos ,etc.
Si esto sucediera la mejor forma de comprobarlo (la prueba del 9) es ésta: pídale un favor. Si se lo hace es que está muy disociado en sus afectos pero no espere recuperarlo como amistad de fondo de armario. El/ella ya ha constituido dos estado yoicos y usted está fuera, lo que no le impediria hacerle ese favor del que hablaba antes -pues el que hace un favor a otro adquiere autorelevancia para si mismo- y ese no es el problema del disociado (no es un simple rencoroso) sino alguien que le ha desgajado del campo de sus intereses. Y le ha desagregado.
Si le hace el favor a pesar de andar desagregado de usted es que su amigo está disociado y que ya no le necesita para sus intereses directos pero no insista demasiado en la demanda pues lo más probable es que se canse de hacerselos o piense que ya ha saldado su deuda.
Naturalmente su deuda es consigo mismo, una especie de tributo a la disociación.Y hay algo en las deudas que nos resulta insoportable a todos, es por eso que la disociación es un mecanismo que puede ser exitoso para la supervivencia al mismo tiempo que puede llegar a colapsar una mente entera.
Y e spor eso que la disociación es tan dificil de resolver desde la amistad, pues la amistad no es una posición de poder lo suficientemente intensa para obligar al amigo a reconsiderar sus desagregaciones.
Solo la terapia puede conseguirlo, con mucho trabajo y sufrimiento, desde luego. es por eso que los pacientes nos abandonan cuando se lo ven venir.
hasta aquí el articulo
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a partir de aquí el comentario
Hay algunas veces en la vida de cualquier ser humano el que el uno harta de intentar ser amigo de personas que plantean la amistad como una relación humana univoca ó unidireccional.
Este no es objeto del magnifico articulo de doctor en medicina don Francisco Traver pero viene a cuento de ciertas conductas que parecen que forman parte del sistema relacional entre políticos y también entre banqueros: la absoluta y total disociación entre la conducta y la afectividad.
Decía Abel Cádiz , maestro de políticos y de empresarios de la Ciudad de Alcalá de Henares en una reunión de presentación de la candidatura de Los Verdes de la Comunidad en el Hotel Convención de Madrid y ante una intervención de Cristina de Galgos sin Fronteras "VOSOTROS REALMENTE SENTIS Y CREEIS TODO AQUELLO EN LO QUE PREDICAIS, EL PROBLEMA ES LO LUEGO OS METEN EN UNA SALA EN DONDE HAY CUATRICIENTOS HIJOS E HIJAS DE PUTA Y OS CORROMPEREIS COMO TODOS".
Abel asistía como invitado lo mismo que Seli en aquella aciaga fechas en la que se consumo la traición de Juan Manuel Román y su jefe el presunto capo verde, el presunto gürteliano.
Mas tarde las argucias políticas de ambos engañaron a Cayo Lara.
En el libro Historia de una monja (The Nun´s Story) la escritora norteamericana Katryn Hulme describe con todo lujo de detalles el proceso de la destrucción del amor propio de unas jovencísimas mujeres que se postulan desde las mas angelical inocencia como monjas.
Mas allá del hecho de que se trate de una monja ó de un monje la cuestión es que la destrucción del amor propio del pueblo es el objetivo principal de banqueros. políticos y no tememos que de una parte de la jerarquía católica afín a los postulados del Papa nazi de Roma y contrarios al Papa Paco, presuntamente claro.
En odio a los indiferentes, Antonio Gramsci dibuja algunos perfiles lo mismo que filosofo Benedecto Croce que a diferencia de Gramsci si se hizo ateo durante el Papado Benedicto XV.
Ya en Alcalá de Henares uno se pregunta como es posible que el presunto criminal político y mediático Antonio Rodríguez Naranjo y su Banda de los Cuatro* defiendan la conveniencia política de apoyar un gobierno filonazi y presuntamente afin con los asesinos del joven antifascista francés frente a unos presuntos glotones y comilones concejales de UPYD afines a la izquierda socialista, presuntamente claro.
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