miércoles, 4 de diciembre de 2013

Alcalá de Henares, la India y el Karma-cola ecologista

CIUDAD DE ALCALÁ DE HENARES 

PATRIMONIO DE LA HUMANIDAD

Por Juan Antonio Camargo

LA INDIA Y EL “KARMA COLA* ECOLOGISTA”

La prohibición del consumo de la la Coca-Cola en la India es una medida que aplaudimos como un ejemplo de la obligada defensa del interés general frente a los intereses de las voraces e insaciables corporaciones mundiales regidas por los criterios presuntamente criminales del CEO Blankfein de Goldman Sachs.
Pero una cosa es eso y otra poner a la India como modelo y ejemplo de ecologismo por el uso de las raíces de un árbol para hacer puentes que se planteó en unas jornadas sobre Ética Ambiental organizada por la Universidad de Alcalá de Henares.
Los puentes, la presas y las viviendas, aun las de una sola planta, como cualesquiera otras estructuras, debe ser construidos con una hipótesis sísmica que evite situaciones como la que se produjo que ante un terremoto en la Ciudad de Bam
http://www.elmundo.es/elmundo/2003/12/26/sociedad/1072415505.html , en Irán-Persia en donde murieron unas 30.000 personas mientras que en otra ciudad de Japón ó de Chile en un terremoto de mayor intensidad solo unos pocos heridos de poca consideración.
Parece como si los hippies del karma-cola de antaño se hubiesen convertido en los ecologistas del presente.
En mi opinión apoyar la causa de la Fundación Vicente Ferrer, Anantapur (Andhra Pradesh) | Fundación Vicente Ferrer, sobre el papel de las mujeres en la transformación social de la India es mejor que apoyar un sistema de castas en el que un hombre adulto puede usar su pene como arma para asesinar legalmente a una niña de 8 años en un coito imposible.
El apoyo al mayor protagonismo de papel de la mujer en la India es el mejor camino para la conservación del medio ambiente en mi opinión.

*Karma-cola El mercado del Oriente espiritual de Gita Mehta

A partir de los años sesenta, cientos de miles de occidentales insatisfechos invadieron la India, discípulos de una revolución cultural que proclamaba que en el Este hallarían la magia y el misterio ausentes de sus vidas. Gita Mehta, una escritora india, que también había vivido en Gran Bretaña y Estados Unidos, pudo observar desde una posición ventajosa el espectacular intercambio entre los "peregrinos" europeos y americanos, y sus huéspedes indios. Cuando finalmente fijó sus agudísimas percepciones en Karma Cola, el libro se convirtió inmediatamente en un best-seller y en un clásico, porque describía, con minucioso y despiadado detalle, lo que sucede cuando un pueblo recoge las tradiciones de una sociedad muy antigua y longeva, y las vende a aquellos que no las entienden.
Con una prosa deslumbrante, Mehta pasa revista a todo el espectro de buscadores: estudiantes sin techo, americanos ricos en proceso de desintoxicación, europeos con complejo de culpa, los Beatles y muchos más. Revela además los devastadores subproductos que los occidentales trajeron consigo a los pueblos de la India rural: alta ansiedad y adicción a las drogas, entre otras cosas.

Brillante, irreverente, chocante, patética y muy divertida, Karma Cola es una narración que expone los errores filosóficos subyacentes a la "invasión" de la India por los extranjeros que cada año acuden allí en busca de paz y sosiego, sin excluir a los indios que los explotan alegremente, por divertimiento y con cierto ánimo de lucro.

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