Después de lustros de una ¿estación? en ¡una calle!, ahora les han entrado las prisas. Se le escapó a la portavoz municipal, Marta Viñuelas cuando, para presentar el proyecto que había sido aprobado en una Junta de Gobierno, utilizó la frase; “como no tenemos tiempo”.
Existen dos posibles razones para esa frase: una, que no quede tiempo para poder inaugurarla antes de las próximas elecciones municipales que se celebrarán en mayo de 2015; la otra, que no queda tiempo para cumplir una promesa, de hace más de un año a los vecinos de la zona, de que la estación se quitaría de allí.
¡Hace más de un año!, de la promesa y, sin embargo, la aprobación del proyecto fue una sorpresa para todo el mundo. Fue una sorpresa para los partidos de la oposición que, unos días más tarde en la “Mesa de la movilidad”, interpelaron al concejal del Equipo de Gobierno, Marcelo Isoldi, que parecía no saber nada tampoco sobre el proyecto de traslado de la ¿estación de autobuses?
De la sorpresa que produjo a todo el mundo el proyecto, me queda claro que se trata de un proyecto de Bello & Domínguez.
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