Mi yo adictivo derrotado
“No vale nada la vida, la vida no vale nada, comienza siempre llorando y así llorando se acaba, por eso en este mundo la vida no vale nada”.
No, no es la reflexión filosófica de ningún pensador universal. Se trata del canta-autor mexicano componiendo elegías a la vacuidad efímera y sin sentido. Componía sus canciones en la mayoría de los casos, bajo los efectos de su ansiolítico preferido: el alcohol. Por eso creo que su reflexión es tan válida como aquella expresada en el Mito de Sísifo: rodar una piedra hasta la cima de la montaña para dejarla caer de nuevo, y así hasta el sin fin, es lo mismo que derramar lágrimas de principio al final de la vida, cuando ésta después de todo, no vale nada.
Mi interés es reflexionar y escribir pensando mi ignorancia en el tema: las adicciones. He dedicado varias horas al estudio de las mismas, me he autoanalizado, cuestionando el proceder en mi historia personal, mi relación íntima con el alcohol y sus consecuencias desesperadas, así como las vivencias actuales en la labor incipiente como asesor de adictos.
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