“Moriremos diciendo a los nietos que no confíen en los bancos”
Elvira Méndez Pinedo, profesora de Derecho en la Universidad de Islandia y autora del libro 'La revolución de los vikingos' (Planeta).
“España, como Islandia, tiene que determinar qué deuda es moral que la sociedad ayude a pagar y cuál no”
Esta profesora en Reikiavik logró en los tribunales aliviar la soga que apretaba a miles de hipotecados
La factura que ha pasado la crisis es inolvidable. Nos moriremos diciéndoles a los nietos que no confíen en los bancos. Nos ha dejado muy marcados. Los peor parados han sido los jóvenes que habían puesto todos sus ahorros en un primer piso, y como la deuda estaba indexada en moneda extranjera, ahora deben una casa y media. Muchos han abandonado el país, han dado las llaves y malvendido la casa. Esta gente no va a olvidar que les han privado de su futuro. En Islandia nacen unos 5.000 bebés al año. En dos años, se han marchado 20.000 personas, de ellas, 10.000 islandeses. Se han perdido dos generaciones, aunque ahora empiezan a regresar. Los mayores de 60 años, que perdieron sus ahorros, también están marcados. ¿Quién tira del país? Los que se han quedado, los que tienen entre 40 y 60 años. Pero los islandeses no se quejan en público. Son un pueblo que mira hacia delante, hacia tiempos mejores. Esa factura también está llegando a España.
Elvira Méndez Pinedo, profesora de Derecho en la Universidad de Islandia y autora del libro 'La revolución de los vikingos' (Planeta).
“España, como Islandia, tiene que determinar qué deuda es moral que la sociedad ayude a pagar y cuál no”
Esta profesora en Reikiavik logró en los tribunales aliviar la soga que apretaba a miles de hipotecados
La factura que ha pasado la crisis es inolvidable. Nos moriremos diciéndoles a los nietos que no confíen en los bancos. Nos ha dejado muy marcados. Los peor parados han sido los jóvenes que habían puesto todos sus ahorros en un primer piso, y como la deuda estaba indexada en moneda extranjera, ahora deben una casa y media. Muchos han abandonado el país, han dado las llaves y malvendido la casa. Esta gente no va a olvidar que les han privado de su futuro. En Islandia nacen unos 5.000 bebés al año. En dos años, se han marchado 20.000 personas, de ellas, 10.000 islandeses. Se han perdido dos generaciones, aunque ahora empiezan a regresar. Los mayores de 60 años, que perdieron sus ahorros, también están marcados. ¿Quién tira del país? Los que se han quedado, los que tienen entre 40 y 60 años. Pero los islandeses no se quejan en público. Son un pueblo que mira hacia delante, hacia tiempos mejores. Esa factura también está llegando a España.
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