jueves, 18 de septiembre de 2014

España: Renovación de las ciudades y la nueva economía

La Oficina de Javier García Breva

Renovación de las ciudades y la nueva economía

El objetivo principal de la Ley 8/2013 es aprovechar el potencial de la rehabilitación energética del parque de edificios como instrumento de reactivación económica y creación de empleo. El preámbulo de la ley expresa el ámbito de la actividad de rehabilitación que deberá buscar “áreas que permitan aplicar políticas integrales que contemplen intervenciones no solo en el ámbito físico-espacial, sino también en los ámbitos social, económico, ambiental y de integración de la ciudad”. “El tamaño de estas operaciones permitirá la puesta en servicio de redes de instalaciones energéticas a escala de barrio, con menor consumo de recursos, y que permitirían que los barrios tiendan a la autosuficiencia energética en el medio plazo”. Potenciar la rehabilitación de barrios dando la mayor relevancia al uso de la energía a través del autoconsumo y sistemas centralizados de calefacción y refrigeración es el fundamento de las directivas europeas de eficiencia energética que se incorpora ahora a la Ley 8/2013.

Las actuaciones de rehabilitación urbanas comprenderán obras de rehabilitación de edificios existentes en situación de degradación y obras de regeneración y renovación de la urbanización del espacio público que afecte tanto a edificios como al tejido urbano. Deberán ser actuaciones de carácter integrado a través de medidas sociales, ambientales y económicas enmarcadas en una estrategia global.

Serán las comunidades de propietarios o las Administraciones Públicas quienes tengan la obligación de realizar las obras comprendidas en cada actuación. A las Administraciones Públicas se les responsabiliza de abordar las situaciones de degradación de barrios o conjuntos urbanos homogéneos, priorizando las medidas para eliminar situaciones de infravivienda y promover el uso racional de la energía. Entre las reglas básicas que se establecen en el artículo 10 de la ley, se facilita la realización de obras de mejora de la eficiencia energética en espacios que consigan una reducción del 30% de la demanda energética de calefacción y refrigeración a través de mejoras en la envolvente del edificio, dispositivos bioclimáticos, instalaciones energéticas centralizadas o integración de renovables que consigan reducir un 30% de consumo de energía no renovable.

Estas actuaciones requerirán una memoria que asegure su viabilidad económica y, en el caso de la eficiencia energética, que puedan generar ingresos para financiar la mayor parte del coste de la rehabilitación. Para este análisis participarán empresas de servicios energéticos con el compromiso de integrarse en la gestión mediante la financiación a través de los ahorros obtenidos, en clara alusión a los contratos de rendimiento energético.

El Ministerio de Fomento ha acompañado esta ley de rehabilitación con el RD 233/2013 para la financiación de programas de ayudas por 2.421 M€ a rehabilitación de inmuebles y barrios a las que se acaba de añadir la convocatoria de ayudas a la rehabilitación energética de edificios del IDAE y la actualización del Código Técnico de la Edificación mediante la Orden 1635/2013 para elevar la calificación energética mínima a B. A partir de 2014 el 20% de los fondos FEDER se deberán destinar a eficiencia energética de edificios y la Comisión Europea ha puesto como ejemplos de buenas prácticas los contratos de servicios energéticos en edificios públicos en Alemania y la rehabilitación energética de viviendas sociales en Francia mediante fondos FEDER.

La prioridad de los fondos europeos para el periodo 2014-2020 es la innovación energética en las ciudades y eso supone miles de millones de euros destinados a eficiencia energética de edificios. La rehabilitación energética se convierte así en una nueva especialización productiva para impulsar un cambio en nuestra economía y la ciudad constituye el escenario de un cambio en el uso de la energía hacia un modelo de negocio basado en el ahorro y la eficiencia energética. Para que este cambio sea una realidad será preciso levantar las barreras para abrir la competencia del mercado eléctrico a esta nueva economía.

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