Redacción - Jueves, 27 Noviembre 2014 12:27
Manuel Ureña, obispo de Alcalá de de 1991 a 1998, sorprendió a
propios y extraños anunciando hace pocos días su renuncia a la púrpura
del Arzobispado de Zaragoza por motivos de salud. Pero más sorprendente
ha sido conocer en las últimas horas que el motivo real de esa salida
precipitada de la prelatura ha sido una orden de la Santa Sede, a causa
de la sospechosa indemnización a un diácono.
La orden de Roma se tomó tras tenerse conocimiento de que el religioso valenciano acababa de autorizar el pago de una indemnización de 60.000 euros a un diácono al que había decidido no ordenar como sacerdote. El montante final de la operación fue mayor, puesto que el joven cobró en ‘limpio’ y el arzobispo se comprometió a pagar de su pecunio la parte de la cuantía que corresponde a Hacienda: otros 45.000 euros.
La indemnización, sin precedentes y que ascendería por tanto a 105.000 euros, se hizo por los cauces legales y mediante transferencia bancaria en concepto de nómina de noviembre.
Según informa El Heraldo de Aragón, en el seno del propio arzobispado se cuestionaron tanto la forma de arreglar el asunto del diácono como los verdaderos motivos que había detrás del abono de una suma de semejante entidad. De ahí que se decidiera informar de esta importante operación contable y de la decisión de Ureña al Vaticano, que reaccionó de forma rápida y contundente llamando por teléfono al arzobispo para que dejara de inmediato el cargo. De acuerdo con la información reunida por el rotativo aragonés, Ureña ni siquiera pudo justificar los motivos que le llevaron a autorizar el pago, puesto que Roma había tomado ya una decisión y no había marcha atrás.
¿Un caso de acoso?
La controvertida decisión de monseñor Ureña también podría tener otra turbia explicación. Según ha informado la Cadena Ser, el diácono en cuestión le había pedido que mediara ante el acoso sexual que sufría por parte del párroco con el que convivía en un pueblo de la provincia de Zaragoza. Otros testimonios indican, no obstante, que el acoso se producía al contrario. Sea como fuere, según esta versión, el prelado quiso tapar el escándalo con esa llamativa indemnización al diácono, que además fue su secretario durante algunos años.
Manuel Ureña aseguró el día que comunicó oficialmente su renuncia que "hacía tiempo" que había pedido su relevo a Roma. El arzobispo, que en marzo próximo cumplirá 70 años y que ejercía el cargo de arzobispo de Zaragoza desde 2005, recordó que durante los últimos meses se había sometido a varias operaciones de corazón y próstata y que su salud era delicada.
La orden de Roma se tomó tras tenerse conocimiento de que el religioso valenciano acababa de autorizar el pago de una indemnización de 60.000 euros a un diácono al que había decidido no ordenar como sacerdote. El montante final de la operación fue mayor, puesto que el joven cobró en ‘limpio’ y el arzobispo se comprometió a pagar de su pecunio la parte de la cuantía que corresponde a Hacienda: otros 45.000 euros.
La indemnización, sin precedentes y que ascendería por tanto a 105.000 euros, se hizo por los cauces legales y mediante transferencia bancaria en concepto de nómina de noviembre.
Según informa El Heraldo de Aragón, en el seno del propio arzobispado se cuestionaron tanto la forma de arreglar el asunto del diácono como los verdaderos motivos que había detrás del abono de una suma de semejante entidad. De ahí que se decidiera informar de esta importante operación contable y de la decisión de Ureña al Vaticano, que reaccionó de forma rápida y contundente llamando por teléfono al arzobispo para que dejara de inmediato el cargo. De acuerdo con la información reunida por el rotativo aragonés, Ureña ni siquiera pudo justificar los motivos que le llevaron a autorizar el pago, puesto que Roma había tomado ya una decisión y no había marcha atrás.
¿Un caso de acoso?
La controvertida decisión de monseñor Ureña también podría tener otra turbia explicación. Según ha informado la Cadena Ser, el diácono en cuestión le había pedido que mediara ante el acoso sexual que sufría por parte del párroco con el que convivía en un pueblo de la provincia de Zaragoza. Otros testimonios indican, no obstante, que el acoso se producía al contrario. Sea como fuere, según esta versión, el prelado quiso tapar el escándalo con esa llamativa indemnización al diácono, que además fue su secretario durante algunos años.
Manuel Ureña aseguró el día que comunicó oficialmente su renuncia que "hacía tiempo" que había pedido su relevo a Roma. El arzobispo, que en marzo próximo cumplirá 70 años y que ejercía el cargo de arzobispo de Zaragoza desde 2005, recordó que durante los últimos meses se había sometido a varias operaciones de corazón y próstata y que su salud era delicada.
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Escrito por Juan Antonio Camargo*
PIDO LA PALABRA POR ALUSIONES
SIN MIEDO AL OPUS DEI
Alcalá de Henares, entre el obispo Reig y el cura de Puxin Galicia.
Este titular fue publicado el 13/05/14 10:37 Hora de Europa Central y yo soy el único responsable. No voy a escurrir el bulto y apuntarme apresuradamente a esa caterva de indocumentados y de entrenadores de los lunes que afirman que ya lo sabían.
Este titular fue publicado el 13/05/14 10:37 Hora de Europa Central y yo soy el único responsable. No voy a escurrir el bulto y apuntarme apresuradamente a esa caterva de indocumentados y de entrenadores de los lunes que afirman que ya lo sabían.
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