Nacho Cardero @nachocardero Director de El Confidencial |
Fernando García Rubio era el jefe de la asesoría jurídica municipal y formaba parte de la mesa de contrataciones cuando se adjudicó el contrato de 14 millones en Alcalá
Su siguiente destino lo encontró en Alcalá de Henares. De Majadahonda a Madrid pasando por Pozuelo y de ahí a Alcalá. El tablero de las finanzas municipales, de las que García Rubio es jugador avezado, tiene estas cosas: de oca en oca y tiro porque me toca.
Hace unos días, los partidos de esta localidad decidieron enviar a la Fiscalía Anticorrupción varios expedientes relacionados con las empresas de la trama Púnica, entre ellos un contrato de 14 millones a Cofely para el mantenimiento y gestión de las instalaciones de dos polideportivos y seis colegios. García Rubio era por entonces el jefe de la asesoría jurídica de Alcalá y formaba parte de la mesa de contrataciones. Aunque la favorita para la adjudicación era la también francesa Dalkia, finalmente se la quedó Cofely. En una minuciosa investigación de Jaime G. Treceño en el diario El Mundo, se hacía hincapié en el hecho de que Cofely, a pesar de presentar una peor oferta económica (789.831,99 euros más 142.169,76) que Dalkia (748.270 euros más 134.688,60), se llevara el gato al agua.
Lo que nadie ha destacado en este maremagno de cifras son las deserciones que se produjeron en aquellos días en los que se estaba negociando el millonario contrato. Por aquel entonces, el equipo directivo de Dalkia, filial de la también francesa Veolia, que estaba conformado por Constantino Álvarez de la Cueva y Pedro García, se pasó con armas y bagajes a Cofely. ¿Les suenan? Son los mismos que han sido detenidos en el transcurso de la Operación Púnica. Los dos primeros han salido en libertad. Al tercero no le dejan pisar la calle. Nadie sabe por qué extrañas circunstancias hace unos años, a finales de 2011, decidieron cambiar de equipo.
En septiembre de 2012, García Rubio puso pies en polvorosa y salió del Ayuntamiento de Alcalá de Henares. Su carta de despedida la dedicó, básicamente, a salir en defensa de la filial de GDF Suez, cuyo contrato estaba adjudicado pero no cerrado. Advertía de que la no formalización del mismo era una “clara falta de legalidad” y de que habría que indemnizar a la empresa “sin perjuicio de otras interpretaciones jurídicas” si no había acuerdo.Leer más: Operación Púnica: Chucky y otras pesadillas púnicas: así son las cloacas municipales de Madrid. Blogs de Caza Mayor http://goo.gl/k4wIlq
Su siguiente destino lo encontró en Alcalá de Henares. De Majadahonda a Madrid pasando por Pozuelo y de ahí a Alcalá. El tablero de las finanzas municipales, de las que García Rubio es jugador avezado, tiene estas cosas: de oca en oca y tiro porque me toca.
Hace unos días, los partidos de esta localidad decidieron enviar a la Fiscalía Anticorrupción varios expedientes relacionados con las empresas de la trama Púnica, entre ellos un contrato de 14 millones a Cofely para el mantenimiento y gestión de las instalaciones de dos polideportivos y seis colegios. García Rubio era por entonces el jefe de la asesoría jurídica de Alcalá y formaba parte de la mesa de contrataciones. Aunque la favorita para la adjudicación era la también francesa Dalkia, finalmente se la quedó Cofely. En una minuciosa investigación de Jaime G. Treceño en el diario El Mundo, se hacía hincapié en el hecho de que Cofely, a pesar de presentar una peor oferta económica (789.831,99 euros más 142.169,76) que Dalkia (748.270 euros más 134.688,60), se llevara el gato al agua.
Lo que nadie ha destacado en este maremagno de cifras son las deserciones que se produjeron en aquellos días en los que se estaba negociando el millonario contrato. Por aquel entonces, el equipo directivo de Dalkia, filial de la también francesa Veolia, que estaba conformado por Constantino Álvarez de la Cueva y Pedro García, se pasó con armas y bagajes a Cofely. ¿Les suenan? Son los mismos que han sido detenidos en el transcurso de la Operación Púnica. Los dos primeros han salido en libertad. Al tercero no le dejan pisar la calle. Nadie sabe por qué extrañas circunstancias hace unos años, a finales de 2011, decidieron cambiar de equipo.
En septiembre de 2012, García Rubio puso pies en polvorosa y salió del Ayuntamiento de Alcalá de Henares. Su carta de despedida la dedicó, básicamente, a salir en defensa de la filial de GDF Suez, cuyo contrato estaba adjudicado pero no cerrado. Advertía de que la no formalización del mismo era una “clara falta de legalidad” y de que habría que indemnizar a la empresa “sin perjuicio de otras interpretaciones jurídicas” si no había acuerdo.Leer más: Operación Púnica: Chucky y otras pesadillas púnicas: así son las cloacas municipales de Madrid. Blogs de Caza Mayor http://goo.gl/k4wIlq
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