Lluís Pellicer 29/03/2020 |
“Repugnante”. El primer ministro portugués, António Costa, elegía sin apenas pensarlo esa palabra para desacreditar la ocurrencia del ministro de Finanzas holandés, Wopke Hoekstra, de sugerir que algunos países pedían dinero para hacer frente a la pandemia por derrochadores. El énfasis del adjetivo empleado por Costa, que incluso repitió, describía el hastío del Sur de Europa hacia la actitud de La Haya, erigida como líder de los halcones, de abusar del cuento de la hormiga y la cigarra para cerrarse en banda a la creación de unos eurobonos para afrontar la mayor emergencia que vive el continente desde la Segunda Guerra Mundial. Seguir leyendo>>
No hay comentarios:
Publicar un comentario