26/09/2021 Daniel Montero |
La Justicia de Estados Unidos bloquea la petición de los investigadores españoles de acceder a la información de los servidores de sus redes sociales, alojados allí.
El objetivo era conocer si los acusados publicaron mensajes en sus redes sociales momentos después de la muerte del joven y los borraron antes de que fueran capturados.
Estados Unidos se ha negado a colaborar en el esclarecimiento del crimen de Samuel Luiz, el joven de A Coruña que murió tras una paliza multitudinaria al grito de “maricón”. Tras una comisión rogatoria enviada por la Justicia española para solicitar información contenida en los los servidores de las redes sociales de los acusados, EEUU ha negado el acceso a los datos alegando que no encuentra relación suficiente en la petición de los investigadores y la resolución del crimen.
En una comisión rogatoria instada por la Fiscalía, el juez encargado del caso solicitaba todos los mensajes publicados por los acusados en los momentos posteriores a la muerte de Samuel y que fueron borrados presuntamente antes de ser detenidos. El objetivo era conocer la información de esos mensajes, ante la sospecha de que podrían aportar información concreta sobre la persona que le asestó el golpe que le causó la muerte.
Sin embargo, Estados Unidos ha rechazado la petición judicial española, al considerar que los argumentos aportados por los investigadores no son suficientes como para oficiar a empresas como Facebook, propietaria de la red Instagram, para que confirmen si en sus servidores quedan rastros de esos mensajes, y si es así, que se remitan con cumplida cadena de custodia a los juzgados que investigan el caso.
Dos juicios para un mismo caso
De hecho, la investigación de la muerte de Samuel Luiz sigue un camino doble. Por un lado, la Fiscalía de Menores indaga en el papel de dos jóvenes acusados de participar en el ataque. Hasta el momento y según fuentes del caso, la tesis de los investigadores refleja que uno de esos dos acusados sería la persona que asestó el golpe que causó la muerte del joven, golpeando su cabeza con un objeto romo, como el culo de una botella de cristal, tal y como adelantó este diario.
Por otro lado, el Juzgado de Instrucción número 8 de A Coruña investiga también a otras dos personas, mayores de edad en este caso y a las que se considera partícipes de la agresión al joven fallecido.
Tras el rechazo de EEUU a la diligencia solicitada por España, los investigadores cuentan como principales pruebas del caso con las cámaras de seguridad que registraron la escena, aunque sin la nitidez suficiente como para pormenorizar la intervención de cada uno de los acusados, las declaraciones de los distintos testigos y la de los propios investigados, que en los puntos clave ofrecen versiones prácticamente contrapuestas sobre la agresión a Samuel, además de los análisis de ADN, que vinculan al menos a dos de los detenidos con la paliza. que se prolongó durante seis minutos según las investigaciones. De hecho, fuentes de la investigación explican que la negativa de EEUU a entregar los datos no compromete la acusación de los principales investigados.
De hecho y según las mismas fuentes, es habitual que la Justicia del país se niegue a oficiar a las empresas propietarias de estas redes tras peticiones internacionales. De hecho, el blindaje legal sobre estos datos en EEUU es tal que Apple se pudo negar a desbloquear el teléfono del causante de la masacre de San Bernardino en 2016 y los de varios acusados de narcotráfico y terrorismo desde entonces. Algo similar sucedió por ejemplo con el teléfono de la joven española Diana Quer, que tuvo que ser abierto por una empresa israelí.
El objetivo era conocer si los acusados publicaron mensajes en sus redes sociales momentos después de la muerte del joven y los borraron antes de que fueran capturados.
Estados Unidos se ha negado a colaborar en el esclarecimiento del crimen de Samuel Luiz, el joven de A Coruña que murió tras una paliza multitudinaria al grito de “maricón”. Tras una comisión rogatoria enviada por la Justicia española para solicitar información contenida en los los servidores de las redes sociales de los acusados, EEUU ha negado el acceso a los datos alegando que no encuentra relación suficiente en la petición de los investigadores y la resolución del crimen.
En una comisión rogatoria instada por la Fiscalía, el juez encargado del caso solicitaba todos los mensajes publicados por los acusados en los momentos posteriores a la muerte de Samuel y que fueron borrados presuntamente antes de ser detenidos. El objetivo era conocer la información de esos mensajes, ante la sospecha de que podrían aportar información concreta sobre la persona que le asestó el golpe que le causó la muerte.
Sin embargo, Estados Unidos ha rechazado la petición judicial española, al considerar que los argumentos aportados por los investigadores no son suficientes como para oficiar a empresas como Facebook, propietaria de la red Instagram, para que confirmen si en sus servidores quedan rastros de esos mensajes, y si es así, que se remitan con cumplida cadena de custodia a los juzgados que investigan el caso.
Dos juicios para un mismo caso
De hecho, la investigación de la muerte de Samuel Luiz sigue un camino doble. Por un lado, la Fiscalía de Menores indaga en el papel de dos jóvenes acusados de participar en el ataque. Hasta el momento y según fuentes del caso, la tesis de los investigadores refleja que uno de esos dos acusados sería la persona que asestó el golpe que causó la muerte del joven, golpeando su cabeza con un objeto romo, como el culo de una botella de cristal, tal y como adelantó este diario.
Por otro lado, el Juzgado de Instrucción número 8 de A Coruña investiga también a otras dos personas, mayores de edad en este caso y a las que se considera partícipes de la agresión al joven fallecido.
Tras el rechazo de EEUU a la diligencia solicitada por España, los investigadores cuentan como principales pruebas del caso con las cámaras de seguridad que registraron la escena, aunque sin la nitidez suficiente como para pormenorizar la intervención de cada uno de los acusados, las declaraciones de los distintos testigos y la de los propios investigados, que en los puntos clave ofrecen versiones prácticamente contrapuestas sobre la agresión a Samuel, además de los análisis de ADN, que vinculan al menos a dos de los detenidos con la paliza. que se prolongó durante seis minutos según las investigaciones. De hecho, fuentes de la investigación explican que la negativa de EEUU a entregar los datos no compromete la acusación de los principales investigados.
De hecho y según las mismas fuentes, es habitual que la Justicia del país se niegue a oficiar a las empresas propietarias de estas redes tras peticiones internacionales. De hecho, el blindaje legal sobre estos datos en EEUU es tal que Apple se pudo negar a desbloquear el teléfono del causante de la masacre de San Bernardino en 2016 y los de varios acusados de narcotráfico y terrorismo desde entonces. Algo similar sucedió por ejemplo con el teléfono de la joven española Diana Quer, que tuvo que ser abierto por una empresa israelí.
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