lunes, 27 de septiembre de 2021

Reino Unido: El Gobierno británico podría llamar a sus militares a conducir camiones para aliviar la crisis de combustible.

27/09/2021
Ivannia Salazar
Estas medidas llegan después de que el gobierno acordara ofrecer hasta 10.000 visados temporales para conductores europeos de camiones y trabajadores del sector alimentario, de cara a salvar las Navidades.
«Operación Escalin» es el nombre que se le ha puesto al plan para que cientos de soldados británicos se pongan tras el volante de los camiones cisterna que transportaron combustible, con el objetivo de aliviar la escasez que sufre el país actualmente, no exactamente por falta del preciado líquido, sino porque no hay choferes que lo lleven hasta las estaciones de servicio y porque el pánico que se extendió entre la población desde finales de la semana pasada hizo que miles de personas no solo repostaran, tras hacer fila durante horas, sino que se llevaran a casa bidones de gasolina, una imagen que recuerda a la compra compulsiva de papel higiénico en los primeros días de la pandemia. Precisamente, este lunes el primer ministro Boris Johnson y su gabinete están discutiendo la viabilidad de este plan, después de que los datos indicaran que las existencias están por debajo del 20% en las gasolineras, suficiente para apenas un par de días. Según algunos informes de la prensa local, entre 1.500 y 2.000 estaciones de servicio se han quedado ya sin al menos un tipo de combustible.

A la idea de poner a los soldados a conducir camiones se suman otras medidas para atajar el problema, como la flexibilización de las leyes de competencia, según explicó el ministro británico de Comercio, Kwasi Kwarteng, quien señaló que «si bien siempre ha habido, y sigue habiendo, mucho combustible en las refinerías, somos conscientes de que ha habido algunos problemas con las cadenas de suministro». El problema no es nuevo. Precisamente, la escasez de pollo obligó a la cadena de comida rápida Nando's a cerrar medio centenar de restaurantes hace unas semanas, mientras que McDonald's tuvo que dejar de vender batidos y otras bebidas por la falta de disponibilidad de algunos productos. Ahora, le ha tocado el turno a otro sector. «Tenemos planes de contingencia establecidos desde hace mucho tiempo para trabajar con la industria, de modo que se pueda mantener el suministro de combustible y se puedan realizar entregas en caso de una interrupción grave», prometió el ministro. Por su parte, Grant Shapps, titular del departamento de Transporte, señaló como culpables de la crisis a las personas que compran en estado de «pánico».

Visados temporales

Estas medidas llegan después de que el gobierno acordara ofrecer hasta 10.000 visados temporales para conductores europeos de camiones y trabajadores del sector alimentario, de cara a salvar las Navidades. Así lo informó el Ejecutivo en un comunicado, según el cual «5.000 conductores de vehículos pesados podrán venir al Reino Unido durante tres meses antes de Navidad, lo que proporcionará un alivio a corto plazo para la industria del transporte. También se pondrán a disposición otras 5.500 visas para trabajadores avícolas durante el mismo breve período, para evitar posibles presiones adicionales sobre la industria alimentaria durante este período excepcional». Además, el gobierno prometió aumentar la capacidad de examinar a nuevos conductores británicos, un proceso que se habría ralentizado por culpa de la pandemia de Covid-19. Sin embargo, algunas voces han calificado como «insuficientes» estos planes. Es el caso de Ruby McGregor-Smith, presidenta de la Cámara de Comercio Británica, para quien este anuncio es «el equivalente a arrojar un dedal de agua a una hoguera». «Este es un comienzo, pero necesitamos que el gobierno continúe colaborando con la industria y busque soluciones adicionales a largo plazo», declaró por su parte Ian Wright, director ejecutivo de la Federación de Alimentos y Bebidas.

El líder del Partido Laborista, Keir Starmer, acusó al gobierno de Johnson de «una completa falta de planificación» para la escasez de mano de obra que se ha producido como consecuencia del Brexit, que se consumó el 31 de diciembre del año pasado. En declaraciones a un programa de la BBC, aseveró que «tomamos la decisión de dejar la UE en el 2016, por lo que el gobierno ha tenido cinco años para hacerse cargo de las consecuencias», dijo, y apuntó: «Y aquí estamos, un domingo por la mañana con estaciones de servicio cerradas o colas masivas, con supermercados con estantes vacíos, con una falta total de planificación y un primer ministro que no puede tomar ninguna decisión».

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