25/09/2022 César G. Calero |
Según las encuestas, el líder progresista roza la victoria en las elecciones del próximo domingo en Brasil; el ultraderechista Bolsonaro redobla la difusión de bulos en redes y confía en forzar una segunda vuelta con el respaldo del lobby evangélico.
"Prepárense. El día 2 se levantan, se ponen su ropa más bonita y van a votar". Destacado en las encuestas, Luiz Inácio Lula da Silva no tiene, sin embargo, asegurado el triunfo en primera vuelta el próximo domingo (necesita más del 50% de los votos), como les transmitió hace unos días a un grupo de ancianos durante un acto electoral. Junto a las apelaciones a "no dejar de votar", es decir, a evitar a toda costa el triunfalismo del "ya ganó", el expresidente progresista (2003-2011) de 76 años ha intensificado en los últimos días la búsqueda del voto útil y el acercamiento al denominado Centrão, un bloque de pequeños partidos conservadores y liberales que suelen apostar siempre al caballo ganador. En la trinchera opuesta, el presidente ultraderechista Jair Bolsonaro (67 años) confía en forzar una segunda vuelta gracias al apoyo del influyente lobby evangélico y a través de la imparable difusión de bulos en redes sociales como principal herramienta de su campaña. Seguir leyendo>>
"Prepárense. El día 2 se levantan, se ponen su ropa más bonita y van a votar". Destacado en las encuestas, Luiz Inácio Lula da Silva no tiene, sin embargo, asegurado el triunfo en primera vuelta el próximo domingo (necesita más del 50% de los votos), como les transmitió hace unos días a un grupo de ancianos durante un acto electoral. Junto a las apelaciones a "no dejar de votar", es decir, a evitar a toda costa el triunfalismo del "ya ganó", el expresidente progresista (2003-2011) de 76 años ha intensificado en los últimos días la búsqueda del voto útil y el acercamiento al denominado Centrão, un bloque de pequeños partidos conservadores y liberales que suelen apostar siempre al caballo ganador. En la trinchera opuesta, el presidente ultraderechista Jair Bolsonaro (67 años) confía en forzar una segunda vuelta gracias al apoyo del influyente lobby evangélico y a través de la imparable difusión de bulos en redes sociales como principal herramienta de su campaña. Seguir leyendo>>
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