Josep Fontana nos habla de "El futuro es un país extraño"
ÓSCAR LÓPEZ / PÁGINA 2
25.03.2013
Varios son los libros que se han publicado últimamente en relación a la crisis económica que nos acecha. Pero la mayoría han sido escritos por economistas o periodistas especialistas en el tema. Sin embargo, en Página 2 hemos querido apostar por el de un prestigioso historiador, Josep Fontana, que ha publicado "El futuro es un país extraño" (Pasado&Presente).
Tal y como nos dijo en la entrevista que rodamos en el Ayuntamiento de Barcelona, es una prolongación de su imponente obra anterior, Por el bien del imperio, publicada también en esta misma editorial.
A sus 84 años, este eminente intelectual desgranó sin pelos en la lengua la situación actual, lanzando varias tesis que darán que pensar a quienes vean el programa. Entre otras cosas, aseguró que la crisis no se inició en 2008 como se suele comentar en diversos foros sino mucho antes, en la década de los 70.
Asimismo, Fontana criticó con dureza a los políticos actuales por su incapacidad para gestionar esta crisis, pero también a la banca, por entrometerse en el proceso político, causa directa de la situación en la que nos encontramos.
Tuvimos tiempo durante la charla de abordar el tema del movimiento de los Indignados, de si los jóvenes tienen la clave de este futuro incierto, pero lamentablemente no se mostró excesivamente optimista dado que, en líneas generales, considera que los gobiernos han sabido neutralizar sus acciones. Pero a pesar del gris panorama que augura, el historiador deja un mensaje de esperanza que pasa por diferentes premisas.
Asimismo, Fontana criticó con dureza a los políticos actuales por su incapacidad para gestionar esta crisis, pero también a la banca, por entrometerse en el proceso político, causa directa de la situación en la que nos encontramos.
Tuvimos tiempo durante la charla de abordar el tema del movimiento de los Indignados, de si los jóvenes tienen la clave de este futuro incierto, pero lamentablemente no se mostró excesivamente optimista dado que, en líneas generales, considera que los gobiernos han sabido neutralizar sus acciones. Pero a pesar del gris panorama que augura, el historiador deja un mensaje de esperanza que pasa por diferentes premisas.
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