martes, 13 de agosto de 2013

VENEZUELA: POLITICA DE LIMITACION DE POBLACIONES DE GATOS URBANOS

LOS VERDES DE ALCALÁ DE HENARES

Gatos callejeros ¿molestia o plaga?


Al contrario de otras especies que nos rodean en zonas urbanas, como los estorninos o roedores, los gatos que viven en nuestras calles y parques no proceden de especies autóctonas adaptadas a las ciudades.


La especie Felis silvestris contiene tres subespecies: Felis silvestris silvestris (gato salvaje europeo), Felis silvestris libyca (gato salvaje africano) y Felis silvestris catus (domesticado debido al desarrollo de la agricultura en el séptimo milenio A.C.).

Algunos gatos domésticos regresan a la vida salvaje o semi-salvaje, creando colonias en zonas urbanas que pueden alcanzar el centenar de felinos. Se estima que en España hay unos dos millones de gatos callejeros. Esta población está compuesta, en parte, por gatos que han huido y no han regresado con sus dueños. Según un estudio en los Estados Unidos, el 60% de los gatos domésticos no esterilizados se convierte en gatos callejeros. En parte, estos gatos son abandonados: en España se abandonan unos 200.000 animales domésticos cada año, récord europeo poco glorioso.

Los gatos callejeros que han vivido cerca de los humanos se consideran medio-salvajes, estos se pueden volver a domesticar. La descendencia de los anteriores ya no se puede domesticar al no haber vivido con humanos. Se forman colonias por falta de depredadores naturales y por la existencia de fuentes de comida, la gente que lleva alimentos contribuye en la formación de estas colonias.

Los gatos callejeros, así como los domésticos, pueden tener un impacto importante sobre la fauna autóctona, cazando avecillas, roedores y reptiles.

Aunque ayudan a regular otras plagas urbanas, como aves o roedores, pueden llegar a un número muy elevando y ser fuente de molestias. Las molestias que generan las agrupaciones de gatos callejeros son de tipo ambiental/bienestar y sanitario. Un gran número de personas teme la mordedura de un perro vagabundo, por el riesgo de heridas y la transmisión de la rabia. En cambio, los gatos crean molestias por formar colonias muy numerosas, sobretodo en lugares donde encuentran fuentes humanas de comida, como cerca de los basureros. Una de las molestias son los ruidos que producen al maullar, especialmente durante el periodo de celo o por disputas de territorio. Además, generan mucha suciedad en las cercanías donde se alimentan al esparcir alimentos y basura, también por sus excrementos y olores de marcado de territorio, lo que puede atraer e incrementar a otras plagas como los insectos.

Asimismo, los gatos callejeros son un riesgo sanitario por las enfermedades que pueden transmitir a los animales domésticos y a los humanos. Las enfermedades que afectan a otros animales pueden ser de origen parasitario (pulgas, sarna, lombrices,...), bacteriológico, fúngico o viral (rabia, micosis internas y externas, hemobartonelosis, leucemia viral, inmunodeficiencia viral felina,...). Se transmiten por contacto directo (mordedura, arañazo, contacto sexual) o indirecto a través de los excrementos o alimentos contaminados pero también por insectos como pulgas, piojos, cucarachas, escarabajos o roedores. Los gatos pueden transmitir enfermedades a los humanos por vectores similares: mordedura, arañazo o contacto directo e indirecto (por alimentos contaminados por ejemplo). Se trata de enfermedades como la rabia, enfermedad por arañazo de gato (bartonellonosis), tuberculosis, salmonelosis o toxoplasmosis. Recientemente, se ha descubierto que los gatos pueden ser portadores de la cepa de la gripe aviaria H5N1, pues podrían infectar a la población con este virus.

Para minimizar el riesgo de contraer enfermedades asociadas a los felinos, hay que evitar al máximo el contacto con los animales enfermos, lavarse las manos o desinfectarlas en caso necesario. Ponerse guantes en caso de contacto prolongado con substancias contaminadas y evitar las heridas respetando las medidas de seguridad adecuadas. En casos particulares se pueden también poner barreras físicas de protección como los cercados eléctricos.

A largo plazo, la solución es limitar la población portadora, es decir, el número de gatos infectados. Una solución es atraparlos, lo que implicaría tener que encontrarles un hogar, lo que no es posible para todos los gatos, o eliminarlos. Encontrarles un nuevo sitio para vivir es difícil, en primer lugar por falta de espacio en los refugios y de personas que quieren adoptarlos. En segundo lugar porque los gatos callejeros son salvajes y están poco o nada acostumbrados a los humanos. Solo no se pueden adoptar a los gatitos de menos de 8 semanas y a los gatos abandonados que habían vivido entre nosotros. Muchos de ellos están enfermos, lo que presenta un peligro tanto para los humanos como para los animales domésticos. Sacrificar gatos capturados tampoco es una solución adecuada, las leyes de protección de animales prohíben tal práctica.

Hay gente que cree que el envenenamiento puede ser una solución muy efectiva y fácil de aplicar. Pero es un método poco responsable, peligroso y, sobretodo, ilegal: aparte de ser poco eficaz, porque los gatos se vuelven recelosos a la comida, pueden dar casos de envenenamientos secundarios a otras especies: gatos y perros domésticos, fauna salvaje (buitres, zorros, aves rapaces,...). Pudiendo ser aún más trágico si un niño tocara y comiera un alimento envenenado.

La eliminación de colonias no erradica el problema, el vacío creado es rápidamente ocupado por otros. Además, la reducción drástica de una población de este depredador contribuiría a la proliferación de otras plagas como las de roedores y/o aves.

La única medida de control para los gatos callejeros que perjudica al mínimo el medioambiente, a los animales de compañía y a los humanos es lo que se conoce en inglés por las siglas TNR (Trap-Neuter-Return) o capturar-esterilizar-soltar. Consiste en atrapar a la mayoría de los gatos de una colonia, provocar la muerte por eutanasia a los que tienen enfermedades fatales, esterilizar y vacunar a los gatos sanos y devolverlos a la colonia. Esto implica una campaña organizada antes de la captura y de un posterior seguimiento. Económicamente se requieren muchos recursos humanos y financieros, pero es rentable a largo plazo. Aparte de las campañas de TNR, es necesario también explicar a la gente la necesidad de esterilizar a sus mascotas, responsabilizarlos sobre los riesgos que implica el abandono y sobre las consecuencias de alimentar a los gatos callejeros. En Francia, por ejemplo, para incentivar la esterilización de los animales de compañía, la Sociedad Protectora de Animales (SPA) ha creado una subvención para personas con bajos ingresos (tales como estudiantes o desempleados). Estos reciben un vale para esterilizar, vacunar y tatuar a las mascotas en un veterinario asociado a mitad de precio.

Las intervenciones y el cuidado de las protectoras permiten limitar las colonias porque dejan sueltos animales sanos y esterilizados. De esta manera, los gatos no se reproducen, pero tampoco rompe el equilibrio del ecosistema y permite proteger tanto a los animales domésticos como a los animales salvajes. Desgraciadamente, las protectoras no disponen de suficientes medios humanos, financieros y legislativos para impedir que personas sin experiencia en el control de plagas pongan alimentos envenenados, lo que supone un peligro para animales y hombres.

Por eso, los que tienen que actuar activamente son los gobiernos, que tienen los medios y el poder para limitar la plaga de gatos callejeros a corto plazo por medios propios o ayudando las protectoras. A largo plazo, con programas educativos para evitar el abandono de animales, evitar la puesta de alimentos envenenados por particulares (con multas disuasivas, por ejemplo), y también con programas para incitar a los dueños de mascotas a esterilizarlas sistemáticamente, creando por ejemplo una subvención, para hacer asequible el precio de la operación.

Fuente: Pest Control News Noviembre 07


HASTA AQUI LA INFORMACION
∞∞∞∞∞∞∞∞∞∞∞∞∞∞∞∞
A PARTIR DE AQUI EL COMENTARIO

PLAN DE GESTIÓN DE LOS
GATOS EN VITORIA-GASTEIZ

No hay comentarios:

Publicar un comentario