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Correa engordaba las facturas de los actos que le encargaban sus amigos
Caso Gürtel: Hasta el terrorismo era negocio
Correa fue durante muchos años hombre de confianza del PP. Tanto, que se recurrió a él hasta para hacer la pancarta de la manifestación unitaria en repulsa por el atentado de las Torres Gemelas, lo que aprovechó para quedarse con un beneficio de casi el 50 por ciento. El jefe de la Gürtel engordaba las facturas de sus amigos. Cómo demostrara su agradecimiento después, es otra historia.
El 11 de septiembre de 2001, dos aviones pilotados por terroristas se estrellaron contra las torres que conformaban el World Trade Center de Nueva York, mientras un tercero lo hacía contra el Pentágono; cuando minutos después se desplomaron los rascacielos, se tambaleó el mundo entero.
En aquella España presidida por José María Aznar, las fuerzas políticas y organizaciones sociales convocaron una manifestación unitaria para el día 20, para canalizar la repulsa social por los atentados del Al Qaeda. Allí acudió el Gobierno, con el vicepresidente Rodrigo Rato a la cabeza, el secretario general del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero, y el del PP, Javier Arenas, los expresidentes del Gobierno Adolfo Suárez y Leopoldo Calvo Sotelo, los líderes sindicales, presidentes autonómicos…
Para la importante concentración se necesitaban dos cosas: una frase y una pancarta. La frase fue corta y contundente: “Por la paz y contra el terrorismo”. De la pancarta se encargó el gobernante Partido Popular y, por supuesto, fue Francisco Correa quien acabó haciendo el trabajo por encargo del aparato que controlaba entonces Javier Arenas.
La factura la cursó Special Events, una de las principales empresas de la trama corrupta, al PP y alcanzó las 80.000 pesetas más el 16 por ciento de IVA, pero la Gürtel tenía la costumbre de confeccionar una cuenta interna en la que reflejaba el coste real del trabajo, lo que facturaba y, por tanto, su margen de beneficio.
En aquella España presidida por José María Aznar, las fuerzas políticas y organizaciones sociales convocaron una manifestación unitaria para el día 20, para canalizar la repulsa social por los atentados del Al Qaeda. Allí acudió el Gobierno, con el vicepresidente Rodrigo Rato a la cabeza, el secretario general del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero, y el del PP, Javier Arenas, los expresidentes del Gobierno Adolfo Suárez y Leopoldo Calvo Sotelo, los líderes sindicales, presidentes autonómicos…
Para la importante concentración se necesitaban dos cosas: una frase y una pancarta. La frase fue corta y contundente: “Por la paz y contra el terrorismo”. De la pancarta se encargó el gobernante Partido Popular y, por supuesto, fue Francisco Correa quien acabó haciendo el trabajo por encargo del aparato que controlaba entonces Javier Arenas.
La factura la cursó Special Events, una de las principales empresas de la trama corrupta, al PP y alcanzó las 80.000 pesetas más el 16 por ciento de IVA, pero la Gürtel tenía la costumbre de confeccionar una cuenta interna en la que reflejaba el coste real del trabajo, lo que facturaba y, por tanto, su margen de beneficio.
Pese a que se trataba de una cita contra el terrorismo, de que en la convocatoria participaron todas las fuerzas políticas y sociales, de que no era un acto al uso, Francisco Correa no pudo contener las ganas de hacer dinero y cargó el trabajo con casi un cincuenta por ciento de margen de beneficio. Lo que costaba 54.000 pesetas se convirtió en 80.000: la pancarta contra los atentados de Al Qaeda supuso un negocio para la Gürtel de 26.000 pesetas.
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